El film, protagonizado por Tom Hanks, Halle Berry, Jim Sturgess, Jim Broadbent, Hugh Grant y Ben Whishaw, supone, en palabras de sus directores, un regreso a décadas pasadas del cine en las que la necesidad imperiosa de exhibir todo el material delante de las narices del espectador brillaba por su ausencia.
“Si la película funciona, conseguirá reconectarnos con esa sensación que nos invadía cuando éramos pequeños”, explica Lana Wachowski. “Cuando las películas que veíamos eran complejas, misteriosas y ambiguas. Cuando no lo sabías todo al instante”. Andy añade: “Es nuestra forma de regresar al espectáculo de los años setenta y sesenta, las películas clave”.
Su modelo, apuntan, es 2001, de Stanley Kubrick.
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“El problema a la hora de hacer arte guiado por las leyes del mercado es que las películas a las que se da luz verde están basadas en películas anteriores”, apunta Lana. “Al igual que la naturaleza aborrece el vacío, el sistema aborrece la originalidad, porque no puede ser modelada económicamente”.
El propio Hanks (desde hace años en el oficio de la producción) así se lo hizo saber. “Está fuera de la escala en cuanto a riesgo”, indicó Hanks a los Wachowski. El actor se apuntó al proyecto tras mantener una larga conversacion con los directores sobre Moby Dick, pero la complejísima estructura de financiación –El Atlas de las Nubes cuenta con cuatro productoras– estuvo a punto de derrumbar la película, lo que podría haber sucedido si uno de los financiadores se hubiera retirado. Cloud Atlas, sin publicidad, ha costado 80 millones de dólares.
El film fue presentado el pasado mes de marzo a la plana mayor de Warner, presidente Jeff Robinov incluido. Los Wachowski pusieron la película y abandonaron el estudio. “Los ejecutivos nos encontraron y de repente se pusieron a aplaudir. Eso casi nunca sucede”, recuerda Lana.
La película se presenta este mes en el Festival de Cine de Toronto.