Hoy en día el ser humano se mueve por el entorno con unas pautas antinaturales, destruyéndolo poco a poco, pensando en el corto plazo, arrasando solo en beneficio de unos pocos. Se puede intentar luchar contra eso (yo lo intenté, cuando era más joven) pero tarde o temprano llegas a una conclusión, que solo hay dos opciones: meterte en una casita del monte, produciendo tu propia agua, tu propia luz y tu propia comida, sin participar... o entrar en la rueda de la mierda de sociedad que hemos construido. Los términos medios no son más que parches para paliar la insatisfacción y la culpabilidad.
Cada cual elige aquello por lo que luchar, sigue su propio ciclo, tenemos nuestras prioridades y nadie tiene derecho a decirte que las suyas son mejores o que las tuyas son una mierda. Se puede luchar contra el maltrato animal, contra la deforestación, contra el cambio climático, contra el tráfico de armas entre países... otra cuestión es si se gana alguna vez, pero luchar se puede.
Sin embargo, no se puede luchar contra todos los males; contra el sistema, contra la globalización, el capistalismo salvaje, o como prefiráis llamarlo. Hay 7.000 millones de personas en el planeta que necesitan comer todos los días, necesitan vestirse, guarecerse, recibir asistencia médica... y hay también personas que han visto un negocio de ello, y no van a dejar que se lo arrebaten "los perroflautas", y estas personas tienen cada vez más implicación en la política, la economía y la justicia.
¿Es una conspiración judeomasónica? No. Es lo de siempre, la ambición humana, que por primera vez, gracias al avance de la información y las comunicaciones, está llegando a nuevos límites que hace unas pocas décadas eran imposibles de alcanzar.
Esa frasecita de "para cambiar el mundo cambia tú" siempre me ha parecido un poco de autoayuda barata, otro parche, otro término medio para paliar la insatisfacción, el miedo por ser una mierda en medio de un sistema inmenso que te devora, la culpabilidad... porque tú cambies, porque tú tomes una decisión moral y hagas a causa de ella, un sacrificio, esos 7.000 millones de personas no van a dejar de existir, ni dejarán de necesitar lo que necesitan, ni dejará de haber quien se lo proporcione encantado a cambio de dinero.
Que si, que el mundo es una mierda. Pero no podemos hacer nada. Nos autoengañamos pensando que si, pero no pasa nada; es un autoengaño por el que todo el mundo pasa en algún momento de su vida.