Comer asesinatos. ¿Es una opción el hacerse vegetariano?

Por si a alguien le interesa, ahí va un artículo con mi experiencia vegana:

CARNE ES ASESINATO

Que cada uno elija su camino en la vida. Lo bueno de debates como este es que la gente sea un poco más consciente de lo que tiene en el plato, de cómo ha llegado hasta allí, lo que cuesta producirlo, y de si es necesario comerlo, preguntas todas que, como habitantes responsables del planeta, es nuestro deber hacernos.


Estaba buscando este artículo de Vega pero parece que ha desaparecido. :lloro

¿Están en algún lado? Me gustaba y me parece una pena que se pierda.
 
Pues sí, la página que lo alojaba ha desaparecido. Lo buscaré en mi disco duro y te lo mandaré, o lo pondré por aquí.
 
Perdona la tardanza wfogg, aquí lo llevas:

“CARNE ES ASESINATO”


Ése es el eslógan que nos encantaba gritar a los cuatro vientos a los veganos. Tiene garra, es secillo, apela a los sentimientos del que escucha. Pero tiene truco, que suele ser el de todos los eslóganes: simplifica demasiado. Simplifica tanto un problema nada simple (¿algún verdadero problema lo es?) que termina por ser falso. Pero funciona. Funciona porque germina en el suelo abonado que forman las mentes de gente bien intencionada, pero profundamente ignorante. Gente que vive dentro de casas de cemento, y asfalto es lo único que pisan cuando salen al exterior, gente que ha crecido viendo películas de dibujos animados protagonizadas por animales convenientemente humanizados, gente que sólo ha visto animales de verdad en el zoológico y en los documentales. Gente que, sirviéndose porciones de esos mismos animales en sus platos cada día, rara vez es consciente de dónde viene esa carne que saborea. Hijos de la cultura urbana.


Yo fui vegano durante ocho años. Con apenas 20 años, enfrentado a imágenes de granjas industriales y mataderos e imbuído de puros y nobles principios, decidí tomar la decisión que parecía más lógica: dejar de participar en aquella matanza. No consumir más carne. Ni carne, ni huevos, ni leche, ni vestirme con cuero. La salvación era fácil, y ese estilo de vida garantizaba una pureza y superioridad moral respecto al resto de mortales muy atractiva para un veinteañero. La familia se opuso, pero la pareja y los amigos conforman una red social suficientemente tupida y compacta en la que permanecer a salvo. Como desde el momento en el que uno toma tan trascendental decisión sólo lee los libros que refuerzan su opinión y frecuenta a la gente que piensa como él, la propaganda vegetariana/vegana va cristalizando en el cerebro hasta conformar sólida roca de hormigón. Se convierte en religión. Uno se radicaliza y acaba mirando a los pies de otros veganos para descubrir si es un vegano auténtico o por el contrario, en un imperdonable gesto de flaqueza moral, lleva zapatos de cuero. El resto de la humanidad no vegana son enemigos a batir. El proselitismo se convierte en motor de existencia. Su propaganda es muy variada y diversa. Las razones que esgrimen los veganos son morales, políticas y dietéticas, y todas impregnadas de una justicia y rectitud sin tacha. El problema es que, cuando uno alcanza a conocer los datos de verdad, cuando uno de verdad aprehende el significado de la vida sobre este planeta, cuando deja atrás ese infantilismo urbanita en el que nos educan a todos, es entonces, cuando toda esa justicia y rectitud sin tacha de los argumentos del vegetarianismo/veganismo se desmoronan como un castillo de arena.


Desmontar punto por punto todas esas falacias llevaría demasiado espacio y tiempo, y el lector interesado puede acudir a fuentes tan llenas de conocimiento fundado como “The vegetarian myth” de Lierre Keith, “The meat fix” de John Nicholson o “Protein power” de los Doctores. Eades, por poner unos ejemplos. Baste decir aquí que el ser humano es lo que es gracias a cientos de miles de años de evolución consumiendo productos animales, sobre todo su carne y su grasa, fuente vital de aminoácidos esenciales y energía para mantener un cerebro que es una máquina de consumir calorías; que el descubrimiento del fuego aumentó ese consumo de carne de forma exponencial, que nuestra biología dicta que estamos hechos para alimentarnos básicamente de carne y grasa animal (nuestros intestinos y forma de digerir no mienten), complementándola con vegetales y fruta, que cuando abandonamos nuestro modo de vida natural de cazadores recolectores, el que dio origen a nuestra biología (que sigue siendo la misma) y optamos por la agricultura, comenzaron los problemas que aún a día de hoy no sabemos cómo solucionar: superpoblación, hacinamiento en ciudades, propiedad privada, señores y vasallos, ricos y pobres, esclavitud, dominación del débil, gestión de excedentes, hambrunas, guerras..., y que la alimentación basada en cereales que trajo la agricultura es el origen de prácticamente todas las enfermedades degenerativas que asolan la humanidad, como la obesidad, la diabetes, la artritis y, probablemente, muchos tipos de cáncer. Es irónico que sea precisamente la agricultura el estandarte que enarbola el vegetarianismo en favor del planeta y de los derechos de los animales, cuando en realidad es una máquina de asolar praderas y bosques (con todos los ecosistemas y animales que contienen) para convertirlos en tierras de cultivo.


Luego están los sentimientos. A quien no se le encoja el corazón al ser testigo de los horrores que ha traído la industria cárnica es que no es digno de llamarse humano. La industrialización de la producción de carne y los mataderos son sólo una consecuencia más de la esquizofrenia en la que vivimos como especie, pero deducir automáticamente de esos horrores que el mero hecho de que un animal se alimente de la carne de otro está mal es, como poco, aventurado. “Pero el humano distingue entre el bien y el mal” argumentan los vegetarianos/veganos. Podríamos discutir hasta el infinito si los conceptos bueno/malo tienen algún significado absoluto en el cosmos, o si por el contrario son meras convenciones que nos ayudan a vivir en sociedad (me inclino a pensar esto último), pero incluso desde el convencionalismo más absoluto, no puedo ver mal ni crueldad en una escena de caza de cualquiera de las sociedades de cazadores/recolectores que aún quedan en el mundo. Porque esa es nuestra esencia como animal humano. Porque es así como vivimos en el entorno y a su merced. Porque la VIDA con mayúsculas demanda vida. Porque vivimos dentro de esa inexorable rueda eterna de vida y muerte, y nuestro pecado original fue pensar que la civilización nos libraría de ella. Pero no hay vida fuera de esa rueda. La solución a este mal endémico en el que nos encontramos sumidos yo no la tengo. Es probable que la única salida sea el decrecimiento, no lo sé, pero lo que es seguro es que la solución no está en ir en contra de nuestra biología.


Por lo demás, sólo puedo constatar el desastre que una alimentación exclusivamente vegetal supuso para mi cuerpo. Dentro de mis ocho años de veganismo hubo incluso una fase en la que decidí comer todo crudo, lo que lógicamente excluyó cereales y legumbres, y las ensaladas de verduras y frutas fueron mi único sustento. En apenas unas semanas la extrema delgadez y una incipiente anemia fueron el resultado. Alertado por el médico reintroduje los granos, y fue sencillo ganar peso. Los números en la báscula crecían y todos estábamos contentos. Ojalá alguien me hubiera explicado entonces el concepto “composición corporal”. Acabé siendo una persona con un peso normal, pero formado casi exclusivamente por piel y grasa. Mi masa muscular era inexistente, justo en el periodo de la vida de una persona en la que esa masa muscular es más relevante, incluso sin entrenarla. Aquello dio lugar a problemas posturales de todo tipo, que uno acepta porque “es lo normal”. ¿También es normal que siendo joven, el dentista te diga que tienes los dientes gastados como los de una persona mayor?, la desmineralización hizo su efecto. Y los pro estrógenos de la soja también, produciendo una acumulación de grasa en el pecho que hubiera hecho recomendable vestir sostén. Todo eso “era normal” igualmente; mi constitución, cosa de los genes, me decía a mí mismo. Luego estaba el cansancio constante. Una extenuación se apoderaba de mí cada tarde, haciendo imposible cualquier actividad que no fuera tumbarme en el sofá al acabar la jornada laboral. Eso también le pasa a todo el mundo ¿no?, ¿Y el estado de eterna melancolía?, cosa de mi personalidad sin duda.


Pues no, absolutamente nada de eso es normal, y todo es reversible (en la medida que el daño no sea muy profundo) en cuanto uno vuelve a la dieta que le demanda su biología, la que mantiene el correcto balance hormonal (¡somos hormonas!) y de la que se obtienen los neurotransmisores que nos hacen funcionar como una máquina bien engrasada (ay, la grasa. Otra gran ausente en la cocina de un vegano). Las proporciones de macronutrientes en la dieta vegana están peligrosamente desajustadas. Demasiados carbohidratos, limitadas proteínas (y no disponibilidad de aminoácidos esenciales), y descompensadas y escasas grasas, con un clarísimo exceso de omega 6 y una ausencia de omega 3 (el que se obtiene de las semillas de lino no es satisfactoriamente asimilado por el cuerpo), por no hablar de la ausencia de colesterol (sí, en contra de lo que nos han contado el colesterol es necesario). La ausencia de vitamina B12 y D3 es otro problema. Ante todo esto, el vegano voluntarioso puede cambiar el delantal de cocinero por la bata de químico y pasar el resto de su vida planeando estratégicamente la mezcla de alimentos que le brinde los nutrientes esenciales, y gastando dinero en suplementos de eficacia dudosa que le otorguen lo que su dieta no hace. O puede sencillamente volver la mirada a una dieta realmente nutritiva, porque si bien se puede sobrevivir siendo vegano, vivir la vida plenamente y lleno de salud es otra cosa. Ninguna dieta a la que haya que añadir suplementos sintetizados en un laboratorio es una dieta que traerá salud, más bien al contrario.


Consumir carne, ¿dieta cruel?, ¿injusta?, ¿depredadora? Es reseñable con qué candidez un vegano afirma que rechazando consumir animales deja de ser un depredador, cuando sigue disfrutando de todas las comodidades que le brinda vivir en el primer mundo, negadas por definición a tantos millones de personas para que las disfrutemos tan pocos. La verdad es que para que nuestras comodidades sean posibles, otros tienen que no disfrutarlas: los recursos son finitos. Sin embargo cada uno tiene que elegir su camino en la vida, y la moral es una parte de nuestra humanidad que pesa mucho. Concluyo reiterando que yo no tengo la solución a tan elemental y vasto dilema, me limito a elegir el modo de vida que mejor casa con mi biología y mi moral, con las contradicciones inherentes a esta sociedad de la que soy hijo. El que sea vegano no se va a dejar convencer por este artículo, aunque me considero afortunado si le mueve a reflexionar y buscar información más allá de sus círculos. En estas líneas he intentado solamente señalar cuán equivocada es la mirada vegetariana/vegana sobre un problema que hunde sus raíces en el momento en que la humanidad salió de la caverna, y que extiende sus ramas a casi todos los ámbitos de la existencia. Más allá de la moral, más allá de la política, más allá del plato: quiénes somos y quiénes queremos ser como especie.




Juan Merchán Company


Enlaces de interés:


Sobre nutrición:


www.westonaprice.org


Para aquellos que comienzan a cuestionar su vegetarianismo:


www.beyondveg.com


www.elmitovegetariano.com
 
Cuando uno no es la víctima resulta muy sencillo racionalizar la esclavitud, la tortura, la injustícia y el sufrimiento.

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¿Y si fuera al revés?
 
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Cuando uno no es la víctima resulta muy sencillo racionalizar la esclavitud, la tortura, la injustícia y el sufrimiento.

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¿Y si fuera al revés?

Todos somos conscientes de que en el mundo hay animales que sufren, y son torturados ya sea por caza, por alimentación o por deporte, o por ser sometidos a procesos de fabricación industrial. Ahora bien, los animales no son esclavos. El concepto de esclavitud no puede aplicárseles, la esclavitud viene del sometimiento de la voluntad del esclavo a la voluntad del amo; la voluntad es un atributo humano, los animales no tienen voluntad, tienen instintos. No intento discutirlo, es que no es discutible.

¿Y si fuera al revés? Pues no lo es. Es precisamente eso lo que muchos parecen incapaces de soportar: somos la especie dominante de este planeta, por motivos biológicos, genéticos, evolutivos... intentar negarlo es como querer volver a condenar a la hoguera a quien se atreva a decir que ls Tierra es redonda, no es evolucionar, es involucionar.
 
Pues anda que al virus de la gripe o al del sarampión les preocupa mucho nuestro sufrimiento :cortina
 
No dirías lo mismo si fueras tú la víctima.


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¿Que justicia hay en un león que se come una cebra?

No solo eso sino que a menudo se comen a una pobre cria delante de su propia madre, que solo puede asistir impávida ante semejante horror. Además, siempre se trata de la cria más débil y desvalida, lo cual es absolutamente injusto.
A ver, veganos, qué opinais sobre ello? :pensativo
Siguiendo vuestro propio razonamiento, no creeis que el hombre debería actuar de alguna forma para impedir semejantes injusticias?
 
... y el post robó una TARDIS y viajó al pasado para empezar de nuevo.

No dirías lo mismo si fueras tú la víctima.

Recurso falaz de libro.

Que nosotros diríamos tal o cual si fuésemos la víctima no convierte nada de lo que decís en la verdad que pretendeis.
 
De hecho, me da una enorme pereza tener que repetir los mismos argumentos... sin embargo, cosas como la "esclavitud animal" me mueven a ello, pues es difícil leer algo así y no replicar. Los animales son explotados, no esclavizados. En lugar de unirnos por evitar a algo que a casi todos nos parece mal (el sufrimiento de animales) nos dedicamos a sacarnos los dientes a hostias verbales, y a poner en bucle los mismos argumentos y contraargumentos.

El veganismo es un movimiento muy curioso e interesante de estudiar, y no lo digo en plan coña o ironía. Por una parte, luchan contra la explotación animal a manos del hombre, promoviendo dietas sin productos animales presentes; pero por otra adjudican a los animales los atributos (humanos) que ellos creen que tienen, o deberían tener, que les gustaría que tuvieran, o los que ayudan a apoyar el movimiento (que se basa en impactar y llamar la atención a toda costa, aún sacrificando la credibilidad con cosas como esa imagen de animales comprando humanos en el súper).
 
No he soltado ninguna hostia verbal ;)

Esa imagen es un mero ejemplo de empatía. Y el veganismo es un movimiento que no sólo contempla a las demás espécies, sinó también a la propia espécie humana, sinó sería un sin sentido.
También estoy en contra del sexismo y del racismo, como formas de discriminación, por lo que también me parece justo estar en contra del especismo.
 
No decía lo de la hostia verbal por ti, sino por toda la raza humana en general. Muchas veces estamos de acuerdo sobre el fondo de un determinado asunto, y aún así prefirmos crear bandos divergentes por meros matices, y enfrentarnos por ello.
 
Lo siento, pero yo no soy responsable de que millones de años de evolución me hayan metido al final de la cadena alimenticia.
No pienso sentirme culpable de ello ni renunciar a mi naturaleza omnívora. Si quereis echarle la culpa a alguien, decídselo a los simios que decidieron bajar de los árboles hace unos cuantos millones de años.

Ahora mismo me voy a comer un filete de ternera. Poco hecho.
 
Lo siento, pero yo no soy responsable de que millones de años de evolución me hayan metido al final de la cadena alimenticia.
No pienso sentirme culpable de ello ni renunciar a mi naturaleza omnívora. Si quereis echarle la culpa a alguien, decídselo a los simios que decidieron bajar de los árboles hace unos cuantos millones de años.

Ahora mismo me voy a comer un filete de ternera. Poco hecho.
Pondría una foto de lo que me acabo de pedir porque suscribo lo que dices :juas

Enviado desde mi Passport
 
Lo siento, pero yo no soy responsable de que millones de años de evolución me hayan metido al final de la cadena alimenticia.
No pienso sentirme culpable de ello ni renunciar a mi naturaleza omnívora. Si quereis echarle la culpa a alguien, decídselo a los simios que decidieron bajar de los árboles hace unos cuantos millones de años.

Ahora mismo me voy a comer un filete de ternera. Poco hecho.


El culpable es el sistema del que formamos parte, el cual se ha ocupado muy bien de insensibilizarnos :) Alimentarse sin que nadie deba ser explotado y llevar una vida saludable es posible. Tenemos una opción a ello, no vamos a pasar hambre ni tampoco a enfermarnos.
 
El culpable es el sistema del que formamos parte, el cual se ha ocupado muy bien de insensibilizarnos :) Alimentarse sin que nadie deba ser explotado y llevar una vida saludable es posible. Tenemos una opción a ello, no vamos a pasar hambre ni tampoco a enfermarnos.
¿Y la ropa que llevas? ¿Y el agua con la que te duchas? ¿Y el gas de la caldera? ¿Y el aire que respiras? Y un largo etcétera. Todo lleva intrínsecamente una parte de explotación, una parte de transformación, etc...pero os agarrais al tema alimenticio por su transfondo ético para sentiros realizados y realizar proselitismo, pero en el fondo en vuestro día a día realizáis cientos de acciones cotidianas igual o peor "explotadoras" que las obviáis o minimizais.


Enviado desde mi Passport
 
¿Que los humanos explotamos, torturamos y hacemos sufrir a los animales? Sin duda. Y no me parece mal tener un poco de empatía con los animales, especialmente con aquellas especies que nos producen más beneficios. Que necesitemos a los animales no justifica que a veces los tratemos como los tratamos, y creo que existen muchas conductas hostiles hacia los animales que podrían y deberían ser evitadas.

Ahora bien, lo que es una falacia es apelar a la injusticia. La naturaleza no es justa, ni ecuánime; al contrario, es un lugar muy cruel, en el que generalmente cada especie hace lo que le sale del ojete en busca de su propio beneficio, sin importarle la justicia ni quién salga damnificado. Imagínaos que una legión de termitas invaden vuestra casa y empiezan a devorarla. Según ADC2, lo justo sería dejar que las termitas te desahucien y destrocen ese hogar que te costó todos los ahorros de tu vida, porque es evidente que pidiéndoselo amablemente ellas no se van a ir, y exterminarlas sería un acto de crueldad y tortura.

Igualmente, a lo largo de nuestra vida nos invaden cientos de microorganismos, con la intención de usar nuestras células para reproducirse, y les da igual si nosotros nos morimos en el proceso. Si la bacteria Mycobacterium tuberculosis no tiene empatía conmigo, ¿por qué tendría que tener yo empatía con la bacteria? Porque digo yo que si tenemos empatía hacia los monos, los ratones y las vacas, habrá que tener empatía hacia todos los seres vivos, porque favorecer a unos y a otros no es un acto de especismo. Y los microorganismos, ¿no se merecen la Tierra más que nosotros? Al fin y al cabo, ellos son mucho más numerosos y llevan más tiempo viviendo en el planeta que nosotros.

La naturaleza no es justa. La naturaleza es un lugar hostil para la vida, y cada especie hace todo lo posible por sobrevivir. Comemos animales porque somos omnívoros y necesitamos alimentos de origen animal en nuestra dieta; sin estos alimentos, nos extinguiríamos como especie. Utilizamos animales para experimentar porque queremos enfrentarnos a las enfermedades y salvar vidas humanas. Si no se hubiese experimentado con animales, la mortalidad infantil no se hubiese reducido tanto en el último siglo, y enfermedades que hasta hace poco eran mortales de necesidad no hubiesen sido curables. ¿Vale más la vida de un ratón que la de tus hijos y tus sobrinos?

¿Qué a nosotros no nos gustaría que otras especies experimentasen con nosotros, o que nos criasen en granjas para luego comercializar nuestros órganos en un supermercado? Sin duda. Pero no combatamos la tortura animal alegando que la naturaleza es muy justa y sabia y que los animales nunca nos harían daño a nosotros, porque si hay una cosa cierta es que si otros animales tuviesen la oportunidad de utilizar a los humanos para salvarse a sí mismos, lo harían sin dudarlo un instante. Y de hecho, lo hacen constantemente, y lo harían más si no hubiésemos creado mecanismos de defensa contra ellos.

Si nos aprovechamos de otras especies es porque somos más poderosas que ellas, y ya sabemos que el poder corrompe y se tiende a abusar de él. Creo que todos estamos de acuerdo que los humanos somos superiores a otros animales, en el sentido que somos capaces de sentir empatía y creer en ideales abstractos como "justicia", "igualdad" y "humanitarismo". Creo que algunas conductas que tenemos hacia los animales son indefendibles e injustificables y, como bien dice Henry Morrison, todos deberíamos unirnos para combatirlas. Que los humanos seamos la especie más inteligente del planeta no nos da derecho a hacer cualquier cosa. Pero el querer otorgar a los animales de atributos humanos y querer ponerlos a nuestro mismo nivel y oponerse a cualquier tipo de aprovechamiento de los animales no sólo es ingenuo, sino que esa actitud llevada al extremo conduciría a la extinción de nuestra especie.
 
Pues yo hace poco que estuve en Vietnam, y la verdad es que cocinan el perro como nadie (7 formas de cocinarlo). Debo reconocer que al principio era reacio, pero qué coño, donde fueres haz lo que vieres.

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Que viva nuestra superioridad planetaria.
 
Si con ello te refieres a cambiar el sistema de explotación, y que los animales para consumo humano vivan en un entorno natural, sin ser maltratados, hacinados o engordados de forma artificial... y siendo sacrificados sin sufrimiento, pues sí, estamos de acuerdo.

Si te refieres a que una dieta sin sin carne es saludable o equilibrada, pues ya entramos en el autoengaño de cada uno, pero hay suficientes pruebas y estudios de los daños que este tipo de dieta desequilibrada tiene en el organismo humano, sobre todo a largo plazo; sin ir más lejos el artículo que ha puesto el forero Vega un poco más arriba.
 
El veganismo es un principio ético, no alimentício¿Si pudiera elegir compraría ropa libre de explotación? por supuesto! Con la comida puedo elegir, e intento que sea así en todo.

Henry, he conocido a más personas humanas con mala salud por exceso de carne que de frutas y verduras :)

No sé, a veces pienso que por el modo de comentar y postear esas fotos de los platos que coméis, satisfaceis el paladar y no las necesidades nutricionales que decís priman en la dieta omnívora.
 
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