Ni creo, ni mucho menos, que sea de los más grandes, ni me parecen, para nada, bodrios ni Peggy, Tetro o Twixt, por ejemplo.
Tiene una década de los 70 en la que destacó mucho en un Hollywood ya en decadencia, supo hacer muy suyas películas, a priori, de género, haciendo lucir los medios y no cayendo en los vicios feos de la época.
Después, a partir de los 80, hace lo que puede en una industria cuesta abajo y sin frenos, intentando mantener su personalidad.
Nada que ver con Ridley, que es la nada más absoluta, salvo en esas dos películas que ya sabemos todos en que también hizo lucir los medios y el diseño de producción, pero personalidad ni se le supone.
Precisamente, la diferencia entre Coppola y Scott se puede ver comparando Tetro y Twixt con las toneladas de basura industrial que ha ido entregando el británico durante décadas.