Bueno, pues he visto este 'El Padrino, epílogo: la muerte de Michael Corleone', y la verdad es que, previsiblemente, a grandes rasgos no mejora lo que había a nivel artístico y emocional, en lo bueno y en lo malo. Pero al menos hace un esfuerzo por poner en el foco correcto la trama política, que ahora se entiende un poco (sólo un poco) mejor, aunque quizá el drama de los personajes (y la continuidad entre algunas escenas) se resienta un poco al haber buscado este nuevo equilibrio. Irónicamente para Coppola, puede que el casting erróneo de su hija se note ahora más que nunca, puesto que al no tener química alguna con ninguno de los actores que la acompañan, esta alteración del ritmo narrativo (muy leve en el mejor de los casos, todo hay que decirlo) deja todavía más en evidencia el triste pegote de su presencia, en lo que debiera de ser el centro emocional del film.
Por otro lado, supongo que Coppola ha debido de juguetear, como ya hizo en la transferencia HD de 'Drácula', con la colorimetría del film, pues ahora la imagen se ve mucho más contrastada y fúnebre con respecto a las anteriores versiones domésticas. Pero esto, en verdad, me da la sensación de que beneficia a la película en cuanto al tono buscado y cierta continuidad visual con las dos entregas anteriores.
No sé si esta acabará convirtiéndose en la versión definitiva del film que conocerán los espectadores venideros, pero ha sido un intento apreciable de rescatar lo que injustamente está considerado como un naufragio artístico en comparación con el díptico original, cuando en mi opinión algunos de los mejores momentos de la saga están en esta tercera parte.
Un saludete.