David FINCHER

Yo lo veo así, para mi forma de ver el producto y la base del género tiene pocas (por no decir apenas) taras o errores. Más aún con el libro que viene previamente.

Reitero (y no lo digo por ti, ojo): querer las comparanzas con sus master pieces es hacerle flaco favor al producto.
 
Fincher se ha currado tanto su manera de filmar, que fincheriano es algo reconocible, pero magistraturas tiene 3 y sólo 3.

The Game es fallida en su todo vale, prefiero Alien 3. La del Pánico y Button son 2 naderías, y la segunda con ínfulas, que es peor.

Fight Club tiene momentos brillantísimos pero es irregular, y de Millenium saca petróleo de un guión mediocre, pero vamos, muy lejos de algo redondo.

Las otras 3 son historia del cine y por lo que será recordado Fincher, ojalá se le añada alguna otra.
 
Es cuestión de la HBO. Entre Fincher y Ellroy parece que hay buen rollito desde hace tiempo a pesar de que no saliera su proyecto de adaptación de la Dalia Negra y fuera a parar a De Palma. Ellroy sale en los comentarios de Zodiac.

Para hacerse una ligera idea de cómo hubiese sido la adaptación de Fincher está el comic francés:

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¡Maravilloso! No tenía ni idea de que existiera un cómic. A ver si hay suerte y lo publican en España.

La Dalia Negra merece una película que esté a su altura. De Palma hizo con ella un auténtico estropicio. Ya desde el casting (salvo Mia Kershner), fallaba casi todo.
 
"Odio el color rosa y magenta que hacen parecer a las personas saludables en el cine"

Juas.
 
Yo defiendo The Game y Panic Room como películas dignas. Y Alien 3, en su remontaje, casi diría que... también. Digo "dignas", no brillantes.

La de Benjamin Button, reconociéndole aciertos, no podría importarme menos.
 
No puedo estar más de acuerdo con Ropit. Aunque no he visto Millenium, me da una pereza del 15...
 
Interesante, la verdad.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/09/15/actualidad/1410808543_339808.html

Una pasión magistral por el cine
El director David Fincher comparte los secretos de su oficio con estudiantes en Madrid

"El que no es perfeccionista solo es un vago" - David Fincher

Con la misma precisión con que rueda sus películas, con la suavidad propia del filo de una navaja, David Fincher (Denver, Colorado, 1962) diseccionó ayer ante un grupo de estudiantes de cine su amor —o, mejor dicho, su pasión— por el oficio. El cineasta obsesivo y meticuloso, el chico que renegaba de las escuelas porque quería aprender solo de sus errores, ese que no quería parecerse ni a sus maestros ni a nadie y logró ser inimitable en obras maestras como Zodiac y La red social,inauguró el curso de la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos TAI con una charla en la que regaló un puñado de consejos prácticos y, sobre todo, un último sentido del deber como cineasta: “El que no es perfeccionista solo es un vago”, dijo. “Es una enorme responsabilidad que alguien te preste atención durante dos horas, que te entregue sus ojos, sus oídos y su mente, así que por puro respeto todo el trabajo jamás será suficiente”.

Sentado en un sillón de cuero blanco de Mies Van der Rohe, sin beber de la pequeña botella de agua que estaba a sus pies, el director de Seven desplegó algunas de las claves de esa poderosa mezcla de astucia visionaria y clasicismo que encierra gran parte de su obra. “El cine es un medio arriesgado, imperfecto y emocional, y todo esto debe, de alguna manera, sentirse en una película”, explicó. Poco antes, el presentador del acto, uno de los responsables de la escuela, el crítico Carlos Reviriego, le había preguntado si coincidía con el invitado de hace un año, David Lynch, quien en la misma aula señaló que para él lo más importante es no renunciar jamás al corte final de una película. “No estoy de acuerdo”, respondió Fincher. “Lo más importante en una película es lograr articular tus intenciones con la mayor precisión posible, tener la habilidad de saber explicarte, saber seducir a los guionistas, a los actores y también al equipo de marketing con tu idea. No me interesa agarrarme a una artimaña legal para lograr mis deseos finales, lo que me interesa es hacer entender a los demás qué ideas caben y cuáles no en esta película. No hay mayor control que la seducción, eso es mucho más interesante que taparse los oídos y apelar a un documento que guardas en el bolsillo. Una película es un proceso de equipo, no es una acuarela que uno pinta solo en su casa”.

Mezclados entre los alumnos, le escuchaban directores españoles como Borja Cobeaga, Eduardo Chapero-Jackson, Pablo Berger o Daniel Monzón. “Habla como sus películas, riguroso y elegante, transmite el gusto por su oficio”, apuntó el director de El niño. Fincher, a quien le debemos algunos de los videoclips más paradigmáticos de la era MTV (el Vogue de Madonna o Freedom de George Michael), debutó con un fracaso: Alien 3. Reniega de un batacazo que sin embargo le hizo crecer: “Tenía 27 años y estaba esperando mi oportunidad. Y claro, nadie te advierte del lío en el que te metes al hacer una secuela que cuesta millones. Yo podía hablarles de Tarkovski y de mis intenciones, de hacer una película distinta de las anteriores, pero a la hora de la verdad no querían nada distinto de las dos primeras”.

No volvió a perder la partida. Fincher aprendió que un largometraje es “un ajedrez tridimensional” en el que todo debe cuadrar y estar al servicio de la película, y eso incluye a los actores. “Admiro enormemente su trabajo, pero no les pongo en un pedestal. Creo en una relación de tú a tú. Quiero que den todo por la película, y no hablo de sudar”.

Rara avis dentro del sistema de Hollywood (“se hacen películas que solo son pornografía destructiva”), cree que el éxito de las series se debe en gran medida a que se han convertido en el último reducto para desarrollar personajes. Él, siguiendo su propio camino dentro del sistema, estrena Perdida (10 de octubre en España), última filigrana de un director que se echa todo el peso a las espaldas: “No siempre tengo la razón pero lo que siempre tengo claro es que a nadie le importa la película tanto como a mí”. Basada en el best seller de Gillian Flynn, Perdida cuenta la desaparición de una joven esposa el día de su quinto aniversario de boda. Narrada a dos voces, la de la mujer desaparecida (Rosamund Pike) y la de su marido sospechoso (Ben Affleck), se anuncia como un thriller psicológico. Fincher, que se mueve cómodamente en las patologías de la sociedad contemporánea, explica dónde está para él el verdadero anzuelo de su nueva historia: “Lo que me interesó de la novela es que hablaba del narcisismo que encierra toda relación de pareja. Ese reflejo de nosotros mismos en el que tanto nos gusta mirarnos hasta que, pasados los años, tres, cinco, el reflejo empieza a desdibujarse provocando en nosotros una enorme ira y desconcierto porque al dejar de reconocernos en el otro descubrimos que se ha convertido en un perfecto extraño”.
 
Algunos detalles adicionales de la charla en este otro artículo: http://www.elmundo.es/cultura/2014/09/16/541747ce268e3eb7078b456b.html
Y en esta ecuación la comunicación es mucho más importante que la tecnología, aseveró el estadounidense. "Siempre les digo a los jóvenes: '¿quieres hacer una película? Cómprate un iPad: desde ahí se puede escribir el guión, enviar correos, filmar, editar'. Ya no hay excusas". Lo que no resulta tan sencillo es lograr que un grupo de técnicos, gestores y artistas comprenda el sentimiento que el director quiere transmitir a ese grupo de extraños que le prestará su atención. Cuando ha colaborado con músicos de la talla de Trent Reznor, Fincher no se detiene en detalles innecesarios, sino que dice: "Quiero tu versión de este sentimiento porque nadie más puede hacerlo".

El director habló también sobre su reciente incursión en el mundo de las series televisivas, como director y productor de 'House of Cards'. "No quería hacer demasiada televisión, pero ha sido muy interesante". Sobre todo, dijo, en lo que se refiere a la caracterización: "La tele es el único lugar ahora para trabajar un personaje; en el cine no hay tiempo para una buena dramatización, para mostrar que al final todos somos hipócritas". Fincher lamentó que en las películas sea necesario sacrificar buena parte del drama para satisfacer a una audiencia cada vez más ávida de experiencias.

Aceptó también que el papel de los intérpretes es uno de los más complicados. "No confío en los actores que no pueden escuchar la opinión de otros actores. La gente todavía habla sobre Tyler Durden [Brad Pitt en 'El club de la lucha'] porque a la persona que lo hizo le importaba la impresión de todos los que estábamos allí". Cuestionado sobre la exaltación de la violencia en la misma cinta, Fincher declaró: "El cine es un medio arriesgado, emocional e imperfecto y una buena película tiene que tener lo mismo".

El gusto de Fincher por el drama es también una de las razones por las que sus cintas tienden a los tonos verdes y amarillos, reflexionó ante la pregunta de un estudiante: "En la televisión y en los Macs hay mucho rosa y magenta, para hacer que la gente se vea sana y feliz. Yo odio eso: me parece un fraude y tenemos que luchar para destruirlo".
 
Yo no soy muy amantes de sus publis y sus videoclips. Están bien, claro, estimulan, pero no me parece que destaquen como luego lo haría. En cuanto a Alien 3, creo que los pocos que la valoran es porque está el nombre de Fincher detrás, cuando es absurdo, porque él reniega de esa película y dice que poco o nada tuvo que ver. Y tras rodaje, desapareció, con lo cual lo que vemos es un montaje y acabados de Paco, el de la sala 5. Recuerdo el producer's cut algo mejor, pero vamos, salvo ribetes de lo que pudo ser, creo que es algo muy olvidable. En cualquier caso, ha salido una nueva versión (la tercera). La revisionaré para confirmar.
 
Seven me gusta. Mucho. Es un thriller convencional con un par de giros de otra esfera y con mirada, y eso está muy bien. Creo que no llega a logros posteriores, pero es una película tremenda, sin duda. The Game es el mismo código que Seven (thriller convencional con giros y propuesta arrebatadora) pero pita peor, ya que tiene complicaciones con la suspensión de incredulidad. En cualquier caso, tiene un juego meta tan fascinante y locuras tan estimulantes que es mucho más que una peli digna. Es muy atractiva. Mucho, otra vez.

El Club de la lucha explota ya su mirada y sus propuestas extremas y SE PASA. Todo lo que sí acierta es fascinante, pero SE PASA DEMASIADO en muchas cosas y se le va. Cuando funciona, es divina, pero cuando no, es complicada. Irregular, pero memorable, sin duda.

La Habitación del Pánico sigue cumpliendo en propuesta loca...PERO YA. Todo lo demás es convencional y da una peli bastante anodina, que a veces levanta de la butaca por su forma de rodarla, pero vamos, NO. Es un film totalmente prescindible en su carrera.

Y llega su primera obra maestra intachable: Zodiac. Un top en todo. Una cosa de museo.

Y llega su primer bodrio: Benjamin Button. Algunos dirán...¿bodrio? Pues hombre, sí, porque hablo de una gran inversión en un gran director y los resultados, pudieron ser de Ron Howard y tiene una artrisis narrativa del quince. Prefiero la de La Habitación del pánico incluso, por suave e ínfulas de invisibilidad.

Segunda obra maestra al nivel de Zodiac: La red social.

Llega un guión convencional, Millenium, y Fincher pone toda su carne en el asador, por eso sale una película digna. Ésta sí, digna, y decir eso es decir mucho con ese material.

Y ya.
 
Fincher tendrá pasión "integral" por el cine...y lo demuestra, pero es tonto "integral".

Quizás en la medianía de la normalidad no encontremos el éxito, el dinero o las alabanzas...pero es más fácil encontrar la felicidad.
Está muy bien ser perfeccionista, pero no predicador.
 
Pues yo estoy totalmente de acuerdo y no soy ningún tonto. Si tienes tiempo y medios para buscar lo perfecto y no lo haces...ERES UN VAGO.
 
coño, predicador????
joder que radikal, tampoco es tanto, él estaba dando una charla, por esa regla de tres david linch el anterior entrevistado, también es un predicador...
ademas tampoco es para tanto la frase como para llamarle tonto, aunque bien es cierto que yo no le tendria de compañero de piso, tiene pinta ser más borde que su puta madre
 
Pues yo estoy totalmente de acuerdo y no soy ningún tonto. Si tienes tiempo y medios para buscar lo perfecto y no lo haces...ERES UN VAGO.
Es que eso que dices es muy diferente a decir que eres un vago si no eres perfeccionista.

Chapeau para quien pueda y quiera ser perfeccionista, pero no inculques esa suerte de hedonismo perfeccionista a quien simplemente busca hacer bien su trabajo en las medianías.
 
Kubrick sí que lo era. El resto son dejados.

Sí, Elliot, estoy flipando. Se dice que hay un montaje llamado ASSEMBLY CUT y que es el mejor...¡y no lo encuentro en Blu-ray!
 
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