Respuesta: David FINCHER
SE7EN, David Fincher, 1995
Alguien dijo una vez que el medio condiciona al hombre, y que la vida imita al arte, ser un adolescente en una ciudad pequeña como Oviedo dejaba pocas opciones de ocio a mediados de los 90, (no es que la cosa haya cambiado), una ciudad pequeña y lluviosa bajo un cielo gris plomizo, esa puta lluvia eterna y gorda como la de blade runner que corroía todo a su paso.
El caso es que por aquel entonces todabía quedaban en pie aquellas viejas salas enormes con anfiteatro, con aquellas pantallas preparadas para 70mm, creo que la experiencia de verla así condicionó el impacto que me causo el film por aquel entonces, a mi y lo otros cuatro gatos que asistieron a esa sesión , quiero decir, que aunque evidentemente no fuera Nueva York, y aunque en el film sea simplemente una ciudad sin nombre decrépita una especie de Sodoma y Gomorra donde se crían monstruos, esa gama de grises (que el brutal etalonaje que recientemente ha hecho Fincher se carga sin remedio) esa lluvia acida de Chernobyl ya la tenía con asomarme a la ventana, finalizada la película y aliviando la vejiga en un urinario del mismo cine Principado con un batiente entreabierto de una ventana que daba a un patio de luces mientras diluviava, tuve la impresión de que en cualquier momento podría aparecer un tipejo calvo de las sombras para rebanarame las lorzas y pintar GREED con mi plasma en el baldosín negri-blanco, fue consciente de la posibilidad de ESE MAL, y eso casi hace que me cague.
Concebida como un extraño tour de forde, en el que el asesino es pura abstracción, una especie Angel Exterminador escapado de una película de Buñuel empeñado en convertir sus asesinatos en una de las bellas artes, mientras va eligiendo a los borregos más descarriados del rebaño para predicar su cruel sermón, el espectador una vez alcanzado un pico de tensión sudona, que se situa más o menos en el crimen de la pereza, un crimen que haría orgasmar a El Marques de Sade, y va asistiendo atónito a que los policias son tan sumamente TONTOS, Que los tiene que llamar el mismo!!!! En ese momento es cuando Spacey aparece con las manos en alto y el espectador sospecha que va a haber sorpresón final.
El tramo final con el giro es algo brillante, aunque ya sospechemos que algo pasa con Paltrow, salimos de la jungla de asfalto a campo abierto y a plena luz del día para descubrir que no tenemos posiblidad de redención, descubrimos que Spacey tiene todas las razones del mundo para hacer lo que hizo, que la línea de investigación de los asesinatos fue una puta mierda porque David es un novato impulsivo, nos identificamos con Morgan Freeman, primero en el coche hablando con el asesino, después descubriendo el horror dentro de una caja, y después asumiendo su culpa por guardar un secreto, ese asesino cerrando los ojos para recibir la ira de dios puede que sea uno de los momentos más electrizantes de los 90.
Por segir con la coherencia de los brutales titulos de crédito, una pieza de fotogramas sueltos celuloide, yemas dactilares arrancadas y cuadernos tricotados, en los finales aparece el nombre de Kevin Spacey en primer termino, que astutamente se ocultó de promos y cartelería, mientras que lentamente bajo la música de Bowie surgen al reves.