personalidades malévolas causadas por abusos de padres o doctores, por transexualidad reprimida, el mal en forma de productora discográfica, de especulación capitalista, de represión ultracatólica, de armas para la guerra fría, de conspiraciones de políticos, de la deshumanización del sueño americano y la droga, de asesinato conyugal, [...]
Pero el tratamiento que le da (en general) a todos esos temas es completamente superficial; una mera excusa para depalmear... El fulano nunca se supedita a ellos; siempre se erige y se impone sobre lo que está contando (su estilo -más encorsetado y menos libre de lo que aparenta- y sus obsesiones terminan por devorar todo lo demás). Es como uno de esos columnistas que siempre hablan de sí mismos y no del tema que se supone están abordando en ese momento. Me resulta molestísimo.
de represión ultracatólica
Supongo que te refieres a Carrie... pero por lo que recuerdo (hace mucho que no la veo) la madre de Carrie no es católica, sino que practica una especie de fundamentalismo cristiano alucinado de origen protestante (cómo no). Además, el verdadero origen del "mal" en la película procede de algo mucho más sencillo y universal: ella (al igual que su hija) es sólo otra víctima más que (en su caso) buscó refugio en la religión (retratada aquí como una falsa y tóxica fantasía de paz y control). La visión del asunto me parece de una simpleza insultante, aunque la tara supongo que ya venía de serie (que me perdonen los fans, pero las pocas novelas de King que he leído -ésta no es una de ellas- pecan de ello hasta decir basta... creo que la única que me dejó medio satisfecho fue Carretera Maldita... de Bachman).
Sean Penn es tan humano o más que Tony Montana, la muerte de su amigo saca su lado oscuro.
Es de trazo (muy) grueso, Ropit... Por no hablar del personaje de Reilly (irritante y clasista estereotipo de redneck apapostiado, que tanto gusta a los "intelectuales" de ciudad) o del psicópata sobreactuado... Los tópicos (y racistas, aunque ellos crean que no lo son) arquetipos que conforman el imaginario del americano progre caucásico costero urbanita medio, se completan con el chicano desorganizado y sin iniciativa (y sin pelotas) que necesita siempre de la guía (y liderazgo) del hombre blanco anglosajón, el afroamericano conformista absorbido por el sistema o la asiática universitaria (espabilada y estudiosa) del final.
Reducir la guerra de Vietnam a una violación que culmina en asesinato no me parece serio; es un eslogan facilón y pancartero. Incluso el mecanismo simbólico de Stone en Platoon (que no tiene ni la mitad del talento que De Palma para lo visual) resulta más humano y menos obvio. La forma de filmar la violación está muy bien... pero después hay un énfasis en las emociones (Morricone ayuda) que roza lo pornográfico (Fox atendiendo a la chica violada)... y por muy bien montado que esté todo el tinglado (yo también me emociono... y me jode) no deja de ser asquerosamente manipulador. Además, me molestan mucho esas set-pieces que tiene que meter con calzador por cojones (la granada), las fusiladas a otras películas (¿ooootra vez el símil de la hélice del helicóptero y el ventilador de techo?), el consejo de guerra (¿ahora me vienes con que el personaje de Penn salvaba niños? Ponlo antes, coño... y no toda esa retahíla de muecas y voces forzadas), lo insultantemente obvio del prólogo (con ese Nixon en primera plana del periódico -lo cual me recuerda a otro momento irritante de Los intocables, con Ness sentado en una postura antinatural para que podamos leer el titular-) o lo fallido (en su pretendida poesía alegórica) del epílogo. A veces la cosa llega a rozar incluso el ridículo: como lo del novato asustado y servil (otro lamentable estereotipo: "este pringado no va a durar nada" y a los dos segundos caen unos petardazos y lo escabechan).
¿Qué nos queda? Pues una fotografía espléndida, con unos planazos de quitar el hipo, de texturas ásperas, contrastadas y sudorosas, enérgica, viva... donde hasta el típico plano general de transición (all llegar por primera vez a la base, por ejemplo) derrocha intención y personalidad; una sintáxis de planos muy natural en muchos segmentos, sin exhibicionismos de mierda, muy fértil, muy exuberante pero también muy concisa; (retazos de) un drama humano complejo y poderoso luchando por salir (aunque nunca lo consiga: el discurso de Rhames, la conversación con el capellán en el bar, el tema "la muerte nos ronda y por eso debemos tener más cuidado que nunca con lo que hacemos"). ¿Qué sé yo? Me gustan que los planos con bifocal tengan sentido (la chica a la que violan trabaja, en efecto, para el vietcong... o esa angulación tan expresiva al contarle lo sucedido al capitán -grande Fox ahí-); lo del túnel del principio (con la cámara descendiendo y esas siniestras sombras despertándose y moviéndose a su son; el tipo que se arrastra cuchillo en ristre...); lo del fuego amigo de los helicópteros contra la lancha (una barbaridad); o ese planazo (travelling) del cabo psicópata volviendo a la choza mientras Fox está a punto de intentar desertar (Bergman).
La verdad es que lo pienso y tiene cosas que están MUY bien, pero...