Edgtho
Miembro habitual
No debe ser un sapo fácil de tragar.
Bueno, éso es lo primero que destaca en la ilustración. Pero hay muchísimas más cosas. Cómo la mujer está arreglada y con un martini en la mano para dar una imagen al exterior ante el ordenador (probablemente está utilizando Zoom) mientras que de cintura para abajo lleva un pantalón de deporte y unas zapatillas vulgares, además de no tener depiladas las piernas. El biombo que oculta el desastre de la habitación. Que sea negra. Los frascos de pastillas. El contraste entre las mascarillas y el desinfectante, que se supone sirven para combatir el virus, y el hecho de que estén por el suelo. Los gatos, que entre las mujeres solteras se han multiplicado como hongos. Las botellas de vino. El fregadero. La comida china, las cajas de Amazon, el smartphone en la mano... Cada uno de esos detalles se puede interpretar a gusto del consumidor.No nos confundamos. Esta no es la situación actual, ni debida al coronavirus. El que es un guarro, lo era ya antes de la pandemia.