La historia del policía infiltrado es grandiosa. No tienen vergüenza. Deberían sentir un mínimo. Que se haya follado unas cuantas en el transcurso de su infiltración sin que supieran que era policía no lo convierte en violador. Pretenderlo, acusarlo de ello, es tan estúpido, tan tosco, que las ridiculiza como mujeres y no sé cómo no tienen un mínimo de dignidad para no quedar como unas idiotas de campeonato. Que las hayan seducido sólo es muestra de la destreza del muchacho y nada de lo que les decía tenía la obligación de ser cierto. Los engaños amorosos, las promesas emocionales, no son demostrables no jurídicamente perseguibles. Lo podrías acusar de espionaje sin autorización judicial, si acaso, pero de violación?...El despecho femenino no conoce el ridículo