Creo que Magno ha llegado al punto de rotura por el que pasé yo hace algunos meses.
Por muy importante que nos parezca una película, nunca merece la pena estar enfadado con otra persona por ella. Simplemente no vale la pena.
Sigo creyendo que hay criterios de razonamiento muy válidos, o más válidos que otros, para defender una película. Y que hay criterios técnicos que, por su complejidad y profesionalidad, son objetivos. Pero también entiendo que una película, hoy por hoy, es muchas cosas: son las expectativas que tenemos de ella, son la campaña de marketing que la rodea, son la gente que la aplaude y que la desprecia, y son, finalmente, lo que nuestra limitada visión del mundo nos impone.
Hoy por hoy, aunque me sigue irritando leer defensas de productos mal hechos o de películas que considero sin valor ninguno, también creo que hay algo que está por encima de cualquier criterio, y es como te toque, en lo personal, una película. Y eso no significa relativizar y dar todo por válido, pero sí entender que las sensibilidades de cada uno vienen determinadas por lo que somos, por las distintas vidas que hemos llevado, lo que hemos experimentado, etc. Yo puedo defender en el campo técnico y artístico "Two lovers", por ejemplo, pero en el fondo se que me gusta porque me identifico con lo cuenta, con ese ambiente y esos personajes. Y muchas veces me equivocaré y defenderé películas solo porque me han pillado indefenso en mis emociones, pero que más da, coño, son solo películas.
Y ahora, cada uno a un rincón.