Respuesta: "Django Unchained / Django desencadenado": Tarantino se pasa al Western
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Django unchained, Quentin Tarantino, 2013)
Película dividida en dos partes bien diferenciadas con un leiv motiv común a lo largo (y ancho) de toda su filmografía como es la venganza y el ajusticiamiento en el género que quizás mejor le funcione como es el western, siendo más clásico de lo acostumbrado aunque en Malditos Bastardos ya demostró un enfoque más sereno de lo acostumbrado pero sin abandonar su sello de identidad. En este caso volvemos a contar con un Christopher Waltz en estado de gracia como un cazarecompensas que requiere la ayuda de Django, un negro esclavo para poder localizar y acabar con esclavistas fugitivos.
Lo que hace grande (para mi gusto) este título es la narrativa que contiene donde Tarantino expone con todo lujo de detalles y la sobriedad en los diálogos, como suele suceder en la gran mayoría de casos, para ir construyendo una amistad y un debate moral en el personaje del Dr. Schultz hacia Django al comprender lo que significa beneficiarse de un esclavo a su vez que comprende que la situación en la que se encuentra este y sus congéneres son moralmente reprochables. Cine contemplativo sin importarle calzar (nunca mejor dicho) su "made in Tarantino" tan coherente consigo mismo pues no importa el género si puede darle su sello distintivo. De ahí que una gran mayoría de planos, escenas, temas musicales y poses se construyan a partir de un gusto por contentar a sus seguidores lo máximo posible pero sin dejar de ser acertado en el resultado. Porque sin ir más lejos Tarantino disfruta con la pose cool que suele imponer en sus películas con los personajes que dibuja y logra plasmarlo todo con diálogos y resultados convincentes como suele suceder, una vez más, en este "Django desencadenado".
Con referencias múltiples a los grandes apellidos como son Eastwood, Leone, Peckinpah o Ford pero teniendo como base una leyenda del folklore alemán como razón de ser tanto de la historia como de sus personajes. Y aunque pudiera resultar un tanto obvio o simple en la propuesta no dista mucho de cualquier guión visto en un centenar de guiones pertenecientes al cine del oeste donde el héroe de la función hará todo lo posible por rescatar a la chica en apuros ayudado por un compañero fiel. Lo interesante de esta película es como el protagonista y el secundario, paulatinamente, van cambiando las tornas y los papeles para acabar forjando la leyenda del hombre negro libre que va montado en un caballo como símbolo de dominio y respeto y acaba inmolando, literalmente, hasta los cimientos la morada del "amo" y portando su ropaje a modo de dominación absoluta (mejor colofón no puede haber).
Pero incluso Tarantino se permite el lujo de jugar un poco con la historia de la esclavitud, uno de los episodios más tétricos de América donde la ambientación lo es todo y el diseño de producción juega un tanto a favor logrando una seca exposición pero sin dejar a un lado lo humanista y escabroso a partes iguales de las vidas de sus personajes. Huelga decir que uno de los pilares fundamentales de este mamotreto de dilatado metraje es su reparto (a hombros de un elenco principalmente masculino) siendo la mujer de la película la dama en apuros que debe ser rescatada de las garras del villano.
Decir que Waltz es quien roba todos y cada uno de sus escenas es decir poco. Momentos como los primeros minutos de presentación, la escena de la taberna o el de la cena en la mesa de DiCaprio y la guinda del pastel con la firma de la compra son pequeñas píldoras de un hombre nacido para la interpretación. Pero tampoco puedo dejar escapar la mención a un Leonardo DiCaprio haciendo suya la composición del mal encarnado, cuya enajenación debido a la creencia de ser la supremacía blanca con un L. Jackson siendo más esclavista que los propios blancos como sucedió realmente y labrándose uno de los roles más pérfidos y retorcidos. Cierto es que Foxx es quien desentona de entre todos pero encuentro que esta vez su rol, aún no siendo el mejor de todos, logra construir cierta ambiguedad hasta acabar convirtiéndose en un justiciero por derecho propio con el gatillo rápido y la venganza en la culata.
Quizás un metraje más ajustado (aunque no me es necesariamente molesto si tengo que ser sincero) y un empleo de canciones hiphoperas que aún entendiendo un poco el empleo de las mismas resulta un poco cargante o poco acertado en la conjunción de temas al igual que el cameo innecesario de Tarantino en la parte final junto con algún momento muy puntual donde el ritmo decae un poco hacen que sea, para mi gusto, lo único a criticar negativamente pero que aún teniendo sus pequeñas taras reconozco que aún siendo consciente de su existencia no hacen mella o no se convierten en piedras en el camino sin lugar a dudas.
Porque estamos hablando de una película espectacular en las formas y totalmente coherente en resultados deparando uno de los mejores títulos de lo que llevamos de año con un diseño de producción de correcta facturación (inciso especial a la fotografía y a la colección de planos, con unos cuantos convertidos en auténticas postales cinematográficas) con escenas que funcionan ya sea por su exposición (los primeros 10 minutos), por su espectacularidad violenta y seca (el tiroteo en la casa de DiCaprio), por su epicidad emocional convertida casi en una catarsis de heroicidad apabullante (la venganza de Django frente a los hermanos Brittle, con la cámara lenta puesta al servicio de una epicidad magistral) o por su elocuencia narrativa (todos y cada uno de los diálogos entre DiCaprio y Waltz) siendo una demostración de que Tarantino juega sobreseguro con cualquier género que toca y construye historias bien orquestadas, bien dirigidas y sobretodo con el don necesario de convertirse, tarde o temprano, en clásicos por antonomasia.