Sigo poco a poco viendo los deliciosos seriales de Tom Baker, francamente entretenidos. La cosa ha mejorado MUCHO desde que bajaron el número de capítulos por serial a 4. Antes podían ser 6, más o menos (alguno de Hartnell duraba DIEZ EPISODIOS) pero ahora son mucho más breves y llevaderos.
Y me ha tocado...
Hand of fear.
Esta es una de esas historias que transcurren mayormente en la Tierra. Una extraña mano momificada es hallada en unas excavaciones, y dejará en coma a Sarah Jane al tocarla. Más tarde, huirá del hospital poseída por una entiad alienígena con un solo mandato: ¡Eldrad debe vivir! El Doctor descubre que la mano es, de hecho, más vieja que el planeta Tierra...
He de reconocer que siento mayor ilusión y fascinación por los seriales alienígenas (esto es, ubicados en planetas no terrestres y con personajes extraterrestres) que aquellos que se suceden en la Tierra de nuestros días. Curiosamente, en el periodo en el que esto era más frecuente (o sea, la era de Jon Pertwee, donde al Doctor le fue prohibido viajar en su TARDIS y se quedó varado en la Tierra de los años 70 durante bastante tiempo) no me pasa lo mismo, y se me hacían muy amenos, quizá por que ahí entró The Master, y bueno, The Master es mucho The Master.
En este serial, el extraño ente alienígena intentará succionar energía nuclear para regenerarse, por lo que buena parte de los 4 episodios tienen lugar en torno a una central nuclear, con su personal humano, su burocracia, los militares llegando al lugar, los "el supervisor no se va a creer esto cuando se lo cuente" de turno. En el último episodio, el Doctor accede a llevar a Eldrad a su mundo natal, kastria, y la cosa mejora un poco...
Hand of fear es conocido, sobre todo, por ser el episodio donde la adorable Sarah Jane Smith abandona la serie para siempre (bueno, para siempre en aquel entonces) cuando los mandamases de Gallifrey convocan al Doctor en su planeta natal, estando prohibida la presencia de humanos en el mismo. Una despedida realmente triste para una de las mejores companions de todo el programa, con su nota de humor al final ("
Esto no es South Croydon") pero agridulce, al fin y al cabo, como todas las despedidas de personajes legendarios.