Respuesta: Dragones, elfos, duendes, magos: el Cine de Fantasia
Después de unos cuantos años ya, he decidido darle un nuevo revisionado a...
(
The NeverEnding Story, Wolfgang Petersen, 1984)
"
Para cualquiera que haya soñado alguna vez".
(Antes de seguir, indicar que es la primera vez que la veo en VOS). Y disculpad mi tochazo pero creo que todos entenderéis porqué. Sólo tenéis que mirad mi nick.
Nunca un tagline había tenido tanta razón. La película puede carecer de muchísimas cosas y si partimos de la base de que la traslación a la gran pantalla se comió muchísimas partes importantes lo cierto es que el filme de Petersen es un mal traslado pero lo que aquí importa e interesa es si la susodicha sigue funcionando como lo hizo en su día o está completamente fuera de lugar para estos tiempos que corren.
Y puedo decir que sí, aún teniendo sus peros y sus fallos. Me explicaré.
La historia interminable, título de culto en los 80, convirtiéndose en título referencial durante mucho tiempo y siendo un filme que conquistó a la gran mayoría del mundo tiene un mal en sí misma. Y ese no es otro que las formas, los efectos especiales, incluso la fotografía, todo lo que implica el movimiento ha quedado muy desfasado. Los cromas son demasiado cantosos, se perciben desde cualquier ángulo y sería injusto salvarle el apartado que más llama su atención. Si eres un crío te lo puedes creer a pies juntillas que nuestro personaje favorito esté ahí pero a día de hoy es imposible creerlo.
Otro fallo que le encuentro a la película es que a día de hoy funciona más como set pieces concretas que como conjunto pues al haber carencia de partes concretas del libro se nota que se hizo un grandísimo resumen del mismo y hay cierta inconexión entre una secuencia y la siguiente. Dígase por ejemplo el salto tan enorme que hay desde El pantano de la tristeza hasta que Atreyu ha sido salvado por Fujur (Falkor en la VO) o el transcurso que hay entre las distintas pruebas hasta dar con el Oráculo del Sur. O la presencia de Gmork es muy corta y con muy poco metraje (aunque su presencia malsana se hace patente aún no saliendo su figura).
Y el último pero que le encuentro es que a escepción de La emperatriz infantil (Tami Stronach en su único papel pero muy creíble en su rol), tanto Barret Oliver como Bastian o Noah Hathaway como Atreyu tienen más mítica por su personaje interpretado que por sus dotes interpretativas.
Pero por lo demás, la película sigue funcionando a las mil maravillas, sigue manteniendo esa magia que destila por cada poro de su celuloide. Cada momento es único e irrepetible y a ello ayuda muchísimos elementos. Aún siendo una película escueta (son 90 minutos de metraje, títulos de crédito incluídos) no hay ni un sólo momento donde la acción, la aventura y la emoción no estén presentes y sobre todo (y ante todo) bien desarrollados. La película va adentrándonos poco a poco siendo compañeros de viaje tanto de Atreyu como de Bastian como narrador de la historia.
La película está repleta de momentos que aún a día de hoy funcionan con una perfección impresionante. Momentos impagables como la introducción en Fantasía, donde nos encontramos con secundarios que dan al momento vida y color (El comepiedras, El Liliputiense - Deep Roy, el Oompa Loompa / Sr. Mojapompis en los filmes de Burton, o el duendecillo nocturno). Su narración y su situación nos hacen creíble lo que están contando. Todo lo que acontece en El pantano de la tristeza es puro deleite. La tristeza es mayor al descubrir que la muerte de Artax fue real pero apartando ese fatídico accidente, la situación desesperada de Atreyu y el encuentro con uno de los tres personajes más impresionantes de la película, La vieja Morla, es cine en estado puro.
Otro momento impagable, que contiene una dosis de aventura magnífica es el paso de las esfinjes, donde Atreyu realiza esa carrera a contrareloj para salvar su propia vida. En ese momento se nota la mano de Petersen donde la realización de esa escena es completamente creíble, pues el ritmo es acertadísimo, la BSO juega un papel fundamental (elemento del que hablaré a continuación). Pero tampoco puedo olvidar el momento donde Atreyu se encuentra con Gmork, el servidor de La Nada. Un momento decisivo, narrando una realidad absoluta, tan digna de credibilidad y que no se puede negar que contiene verdades como puños: los mayores nos hemos olvidado de soñar, fantasear, dar vida a nuestros sueño. Es triste pero es así. El diálogo es fluído ("si de todas formas vamos a morir, prefiero morir luchando"), la tensión ante tal criatura es palpable y su resolutiva es digna de encomio a estas alturas. La maestría que dotan a un ser inanimado haciéndolo creíble y aterrador en todo momento es obra de maestros absoluta.
Otro de los elementos que dotan a la película de esa magia especial, particular, es la BSO. A cargo de Klaus Doldinger y Giorgio Moroder. Cada una de las piezas es fundamental para dotar a cada escena de vida propia. Escenas donde se presenta La Torre de Marfil / La Emperatriz Infantil (muy épica), los momentos de incertidumbre de Bastian - Atreyu (notas muy distantes pero realmente sobrecogedoras), cada momento donde Gmork hace acto de presencia (una BSO realmente terrorífica) o el momento donde Atreyu y Fujur viajan hasta las fronteras de Fantasía (muy rítmica, siendo casi un tema tecno - dance, siendo completamente acorde con el ritmo de la escena). Pero no puedo olvidarme del tema principal "The neverending history" interpretado por Limahl. Un tema que aún a día de hoy sigue funcionando a la perfección y que se convirtió en un tema de culto musical.
Pero la película no sólo vive de acción, aventuras y BSO. Ahí tenemos una maquetación increíble, donde la plasmación de realidad en los personajes hace que esos animales - criaturas - seres fantásticos nos sean creíbles, casi sin percibir que eso es una maqueta o un animatronic. Gmork es uno de los mejores villanos del género fantástico o Fujur (aún siendo un tanto extraño pues es más semejante a un perro que a un dragón de la suerte) es un ser empático, tranmitiendo candor. No serán perfectos pero como mínimo son tangibles, una parte imprescindible para que un personaje nos lo creamos.
Petersen logró conseguir el enfado de Ende, es comprensible. Pero si dejamos ese aspecto al margen desde luego, a día de hoy, y 26 años después (que se dice pronto) la película es cierto que en su apartado técnico haya quedado bastante obsoleta (que no perdida ni muerta, ni mucho menos) pero si algo tiene y de lo que puede presumir a pesar de doto es que tiene buenos sentimientos que se percibe y consigue momentos donde la esencia del género sigue estando fresco (p. ej. La emperatriz infantil diciéndole a Bastian que grite su nombre, El Sr. Koreander explicándole a Bastian lo que implica "ese libro", Atreyu aceptando el viaje, Atreyu y La Emperatriz en La torre de Marfil, etc.) y que me demuestra, una vez más, porqué fue / es un título imprescindible en el género.
No os fijéis sólo en la fachada, compadres.