Venga, vamos a entrar aquí.
Los centros comerciales no los encuentro imprescindibles pero sí necesarios. Lo cierto es que uno no va allí sino quiere (pero también es cierto que la publicidad y el consumismo propiciado por una publicidad bombardeante a base de spots, revistas y demás ayuda y de qué manera a que vayamos allí).
Yo soy de los que disfruta estando allí (hablo de centros comerciales con nombre y apellidos como son MM, FNAC, CI y alguna que otra vez CARREFOUR porque el único hobby y vicio que tengo es el cine. Libros alguna vez que otra pero en este caso tiro de ed. de bolsillo a no ser una entrega muy especial).
Pues bien. ¿Por qué voy a estos sitios? Porque donde mejor puedes disfrutar de ver lo que hay es allí. Por mucho que te lo cuenten o lo veas no es lo mismo que estar allí. Y lo que sí tengo claro es que sólo compro lo que me gusta (casos aparte son algunas piezas aisladas, pero muy, muy aisladas (me sobran dedos de una mano si acaso) que son las que compro por mero completismo pero aquí no daré nombres concretos pues ya los sabemos todos y para eso está la sección de cinefilia).
Muchísimas veces por no decir la mayoría he ido, he visto, he disfrutado mirando simple y llanamente y me he ido. Sin comprar nada en absoluto y he disfrutado. No necesito comprar siempre que voy, no es mi estilo.
Comprendo que quizás la sociedad del consumo nos haya creado la (falsa) necesidad de que tenemos que comprar para sentirnos bien pero la culpa ya no es de los centros comerciales en sí (creo yo) sino de la publicidad. El que compres es su fin, los centros comerciales son sus vehículos. Te lo colocan todo muy bien, al alcance de tu mano para que te lo lleves sin pensar.
También comprendo y entiendo (muchas veces lo he pensado) que para qué comprar tantas pelis si sólo las vas a ver una sola vez (o si llega) pero por ejemplo ahí está el caso también de los libros. ¿Cuantas veces hemos vuelto a leer un libro después de haberlo hecho? ¿y un CD?
Uno también a de saber donde está su límite consumista y si uno tiene ese vicio quizá detenerlo o frenarlo. Se pueden hacer muchas cosas sin tener que pisar un CC. Implica no gastar y se puede disfrutar muy mucho. Yo no soy padre ni marido, no puedo opinar. Como soltero diré que los CC son una parte de la solución a la diversión de un sábado por la tarde (no de todas, a mi hasta hay momentos que me aburren, fíjate tu. El donde va Vicente no es motivo de que yo me lo aplique).
TAmbién es cierto que están pensados y requetepensados, también pillo por donde van los tiros, de que según donde estén centrados y puestos la afluencia va a ser masiva. Si en un pueblo no hay nada más allá del bar de Aquilino, el videoclub de la esquina que no tiene nada, un quiosco de mala muerte y una tienda de 20 duros con todo "made in Taiwan" pues poca diversión ofrece el asunto a no ser que te la inventes y si el CC tiene todo lo que te puede entretener (que en mi caso sería un cine, poco pido) tengo que ir allí por narices, quiera o no (sí, hay otros caminos pero a lo que vamos).
Por ejemplo, Fnac. Que es el que me viene más a la cabeza por la sencilla razón de que tiene todo (libros, música, películas, merchan... vamos, lo que me gusta disfrutar). Pues allí voy a pasar la tarde como el que va a la biblioteca, al parque o a dar de comer patos (cosa muy divertida por cierto). Es un disfrute el mirar las carátulas, las novedades, los contenidos. Miras, te vas a la sección de música, escuchas algo, más tarde te pasas por libros. Ves que hay, miras por encima los comics, te vas a la sección de maquetas y muñecos y me voy, como he comentado antes. Sólo y exclusivamente compro si sale la que quiero comprar (e incluso, en muchos casos me espero a cuando la pongan de oferta. Paciencia bien llevada). Además, siempre compro al contado. El ver que la pasta disminuye de la cartera también es una ayuda para controlar un poco.
El echo de que te obliguen a que tengas que cruzarte un CC a la otra punta para ir a por X producto cuando podrían tenerlo en la entrada es una manera más de que veas lo que tienen, lo compres (aunque no lo necesites) y ya está. Sino, ¿de qué la idea de tener todos los productos según las necesidades y que el carrito tenga las ruedas trucadas, TODOS, para que giren en según que dirección y, ¡GUALA!, ahí esté algo que no ibas a comprar pero ya que lo ves, seguro que lo utilizas. Está todo planificado y planteado para que consumas. Pero es una norma no escrita que se conoce desde el comienzo de los CC.
También si vives en un sitio que no hay nada vas a tener que ir sí o sí. Comprendo tu malsentir, Magnolia, pues es una rabia contenida de ir sin querer pero ir al final.