Es sorprendente la capacidad que tienen las puertas del barco para cerrarse cuando se presenta una situación difícil. Igualmente me gusta ver un barco tan preparado con las herramientas necesarias (o no) en el momento que la necesites. ¿Hace falta una pértiga? ¿Dónde va a estar mejor que tirada en el suelo del pasillo? ¿Necesitas una radial? Joder, pues lo mejor es tenerla donde se vaya a usar, como por ejemplo los compartimentos estancos del barco. Con todo el juego de protección, ya que de nada sirve morir si no puedes ver como te ahogas gracias a las virutas que se te han metido en el ojo.
No creo que una radial eléctrica sea una herramienta del todo efectiva para hundir un barco. Debemos observar que por su diseño, es una herramienta bastante versátil y manejable cuando te enfrentas al desafío de cortar una varilla. Permite al operario una gran movilidad así como cortar en varias direcciones según al dificultad que presenta la pieza. Pero también es una herramienta que presenta una serie de limitaciones. No deja de ser un eje motorizado que mueve otro disco de metal, y el tope de corte normalmente viene marcado por el radio desde el eje, radio que obviamente con el desgaste que sufre el disco se ve disminuido a medida que cortas metal con ella. Así, un velero de metal, preparado para no requebrajarse en la tormenta más grande que ha vivido la humanidad o encallado cerca de donde hasta hacía un momento había un gran remolino de agua, ha de estar construido en base a un casco bastante duro, lo que denotaría que se trata de un casco o doble casco bastante sólido y ancho como para soportar esos grandes envites a los que le somete la mar. Ese casco, o doble casco (seguramente me inclinaría sobre esta segunda opción), por lo tanto iría más allá de las versátiles posibilidades que presenta una máquina radial eléctrica, por lo que teniendo una bala de oxígeno habría ido más a lo grande si verdaderamente queremos joder los compartimentos estancos para que nuestro barco sea tan navegable como una caja de zapatos.
Ojo, todos se salvarán. Seguramente en cuanto llegasen a otra tormenta, ese barco tuneado inclinado hacía proa sería el no va más para enfrentarse a esas olas de cincuenta metros que tiene la serie.
Bien es cierto que el leit motive de la serie pueda ser el poner a nuestra pintoresca tripulación en apuros en cada episodio, pero están perdiendo en cierto modo un poco la referencia de la diversión, al coste que sea, claro está. Si es poniendo una caja negra con lacito a 90 metros vale, lo que sea, se todo lo gratuito que quieras, pero ese tercio final ha resultado un tanto insoportable.
Harry Stamper se tiene que quedar en el asteroide, solo que esta vez no sabemos si la hija se quedará con el más feo. Da igual, tiene que cuidar de su hermana, la quiere mucho y su deber como capitán es salvarlos a todos. Mejor que mueran tres que cuarenta... o cincuenta, o sesenta (no he contado los extras). Hay extras por todos lados que salen muy de vez en cuando. Cuando estamos entre conocidos no es necesario que aparezcan, hay otros que son marineros que manejan las velas. Creemos que viven en chalettes adosados en el palo mayor. Da lo mismo. El barco está encallado, está jodido. Pero Ulisses is the Mayor, creo que si le mata Gamboa puede morir tranquilo pues habrá hecho todo en la vida. Probablemente es un ser inmortal que no envejece, ya que su madurez y su experiencia en muchas ocasiones está por encima de la del capitán. Conoce mejor la nave que él, solo con haberla catado unos días sabe hasta donde puede llegar, que puede dar de más, sabe hasta donde llegar al quinientos por ciento de su resistencia, sabe como se comportará, como maniobrará y que pasará. Solo necesita que los astros le guien, o en este caso un viento que va subiendo en intensidad según lo desesperada que sea la situación. Es Ulisses, no hay que darle más vuelta al asunto.
Otro leit motive de la serie es el cajón. El cajón del armario de la habitación del capitán siempre está abierto. Es necesario para la trama que el capitán choque siempre con él. Libera la tensión entre los televidentes estúpidos a los que les debe hacer gracia. Supongo que humaniza al cabrón del capitán, aunque siempre es humanizado de la misma forma, o llevándose cual héroe a la científica a su cama mientras se le queda enganchado el sujetador a un clavo de la pared y casi se le ve todo... Pero de igual forma que cuando encalla. Daba la casualidad de que la científica se estaba duchando por lo que tiene que ir desnuda hasta los brazos del capitán. Momentos de tensión sexual.
Me da la impresión de que quieren meter demasiadas cosas sin desarrollar las anteriores. De repetirse en situaciones límites (otra vez creen que van a morir) sin desarrollar o terminar de desarrollar tramas estúpidas. Desaparecen tramas, aunque sea entre adolescentes que no son desarrolladas minimamente para saber en que situación psicológica los tenemos, si el cojo sigue creyendo que no hay tierra o Piti empieza a intimar mientras actúa de Cupido del sufrido Ulisses, el segundo plato de Ainhoa.
Mientras, alargamos aspectos un tanto irrelevantes y los unimos con los momentos de tensión, alargando la emergencia que en ese momento se pueda tener, dejando a alguien como yo exhausto. Hace falta alcalde, por lo que mientras el capitán pierde el tiempo antes de ponerse a la tarea de joder el casco para ahogarse, celebramos elecciones a ver si la gente quiere a Ulisses o a Gamboa, los dos archienemigos del barco. Momentos de tensión, vemos quien es traidor y quien no al grupito que ambos han ido creándose alrededor mientras el capitán espera a que ocurra un milagro mientras cree que el casco se va a partir en dos. Pero al final no pasa nada. El barco ha estado encallado y se ha retorcido, pero sigue igual de navegable que siempre. Fijaos si es navegable, que hasta navega mientras esta ENCALLADO. Y si no fijémonos en las escenas exteriores, por ejemplo mientras Ainhoa se reconcilia con su amado Gamboa. También el barco está inclinado a voluntad, otras veces está más recto que la herramienta de De la Cuadra mientras piensa en su Salomé.
Esta vez me ha dado la impresión de que se repetían, que esto era un poco como el transmisor con cuenta atrás y que esto da lugar a situaciones lacrimógenas de personajes desesperanzados (de nuevo) que en este capítulo se alargan hasta la extenuación. Pero para aliviar tensiones, tenemos de nuevo el show de Santiago (digo, de la Cuadra), escuchando lo que quiere escuchar a través de la pared del camarote, llevando con ello a confusión de nuevo al crédulo de Resines, digo el capitán, cuando han entendido algo del revés.
En fin, veremos como es el siguiente, donde al parecer se pierden aún más hasta llegar al fin del mundo, digo a donde sea, donde el sol ha desparecido. ¿Se han perdido? ¿Han viajado a una dimensión desconocida perdidos con las brújulas locas? ¿Por qué se peleará esta vez Ulisses con Gamboa?