Respuesta: El Bond post
(Id, Marc Forster, 2008)
Después del mega éxito conseguido con Casino Royale (2006) y habiendo demolido cualquier duda de si Craig era o no el Bond ideal para perpetrar las andanzas del agente doble cero "Quantum of Solace" se convirtió en una de las películas más esperadas por los fans y nuevos descubridores del universo Bond. Desde los primeros instantes acudimos a una película bisagra, continuación directa donde se quedó Casino Royale, siendo un vehículo de venganza directa dejándole la dirección a un comedido Marc Forster, alguien cuyo currículum se encuentra completamente alejado de las lides del género, siendo más pródigo en títulos más intimistas, donde el ojo no está puesto en la acción precisamente y el riesgo fue totalmente mayor.
A día de hoy, 5 años después, la película cuenta con un error de inevitable comentario: el montaje. Tan sólo hay que fijarse en él en los primeros minutos de metraje. Demasiado ecléctico, sin posibilidad de contemplar una secuencia entera sin contar con infinitos cortes como si de un videoclip se tratase. Quizás creyeron que eso le daría mayor rapidez a los movimientos y la sensación constante de acción desenfrenada resultaría eficaz. Está claro que el método Greengrass seguía estando en boga, siendo uno de los referentes elementales del cine de acción moderno pero Forster no es Greengrass. Y se nota. Todo resulta confuso, demasiado indefinido como para conseguir una toma completa sin resultar molesto o cargante. Sin ir más lejos la primera persecución en coche, donde la exposición daba juego para una persecución excelente queda hundida en un montaje que arruina por completo un gran momento icónico como suelen ser las escenas pre créditos iniciales.
Aún y así no todo es un error. Si bien es cierto que el montaje cuenta con la crítica negativa por bandera y así quedará, la persecución por los tejados junto con el plano secuencia donde Bond cae al vacío con el esbirro de turno para finalizar en una briosa escena donde unas cuerdas y unos andamios sirven como escenario de caza y derribo funcionan por sí mismas consiguiendo una sensación de aspereza, tensión y logro que sigue pareciéndome un logro aún volviendo a contar con un montaje atropellado para momentos muy puntuales. Pero es patente que Bond seguía siendo deudor de logro adquirido en Casino Royale reflejándose a su vez en el éxito perpetrado por las dos entregas de Jason Bourne, dotando al agente 007 de una acción basada más en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo como demuestra la escena en la habitación del hotel o la pelea final contra Mathieu Amalric, del cual hablaré más adelante.
El leiv motiv principal de la película era la venganza, como si de un filme de Charles Bronson se tratase. Vesper y la traición, el intento de dar caza a los causantes de la situación sufrida en Casino eran los que promovían a Bond en esta nueva entrega. Aliándose con el personaje de Olga Kurylenko, otro personaje / chica Bond con la venganza como motivos personales, hacen que el guión sea más sencillo y simple de lo acostumbrado (Casino Royale tampoco abundaba en giros argumentales pero estaba enfocado de otra forma). Aquí se torna más a tiro hecho y se recurre a medios naturales y el monopolio con ansias de dominar como envoltorio pero la eliminación de cabos sueltos son la principal moneda con la que juega Bond y eso hace mella en varias partes de la película donde se torna más irregular que de costumbre (la escena del avión y el momento calmado en el interior de la cueva).
Pero Quantum of Solace tiene un tono extraño que conmigo funciona aunque no la tengo en un pedestal como sí sucede con Casino Royale y Skyfall. Quizás porque sigue funcionándome el tono socarrón, bravo y aguerrido de Craig como Bond, su presencia es inalterable, su forma de actuar ante el peligro y acabar con todos y cada uno de sus enemigos de forma eficaz y seca, consiguiendo un personaje sufrido, que sangra, que no duda ante el peligro pero que se debe a su trabajo sigue pareciéndome un Bond real, convincente y sobre todo, cinematográficamente hablando, mucho más completo. Que los motivos de esta entrega sean la venganza choca por ser más emocionalmente básico pero por otro lado hace que sea más cercano y a su vez más creíble o convincente. La forma en como se implica con las mujeres que habitan en sus películas o en como decide llegar al meollo de la cuestión sorteando la dominación de M me sigue pareciendo fascinante.
Que M sea una veleta ante la credibilidad de la inocencia o culpabilidad de su agente más eficaz en tan corto espacio de tiempo es un fallo imperdonable pero no lo considero uno de los grandes males de la entrega. Al igual que Mathieu Amalric no logra convencerme del todo como un gran villano aunque sus esfuerzos por lograr ser carismático (abriendo mucho los ojos para dotar de villanía suprema a su rol) son más que patentes: la escena en la que no duda por un instante en tirar por el balcón a la Kurylenko o el soborno al alto mando militar haciéndole firmar los documentos. Quizás los villanos histriónicos o realizados bajo una patina de personaje de comic o novela pulp resultan más convincentes o como mínimo más recordados.
Pero lo que sí me queda claro es que "Quantum of Solace" destila elegancia y sofisticación en la forma de realizarla. Sólo hay que fijarse en la forma en como plasma Forster las estancias, los escenarios, los parajes naturales o según qué escenas concretas. Momentos como el MI6 en las catacumbas sin dudar en torturar a uno de los integrantes del enemigo a modo de simbolismo de cuan bajo pueden caer bajo el amparo de estar haciendo lo correcto, la llegada al hotel donde el blanco y negro resulta del todo adecuado, la escena guiño a Goldfinger o la escena de la Opera (lástima que el montaje vuelva a ser uno de los mayores errores al respecto en una de las mejores escenas de toda la película), el encuentro del novio de Vesper, la forma de filmar el hotel en el desierto con un lujo realmente logrado.
Con uno de los dos finales que da por concluído uno de los episodios de la vida de Bond (el segundo sería el final de Skyfall) el plano donde Bond lanza el colgante de Vesper a la nieve, previo apostillado "
Nunca me he ido", dejando que el pasado, su relación con su amada, sus recuerdos y sus emociones queden enterrados en la nieve, demuestran que "Quantum of Solace" es un filme irregular (los agentes de la CIA resultan del todo poco acertados) pero que dentro de lo malo, en los momentos potentes el filme funciona más de lo que pueda parecer en la distancia, en una entrega donde los gadgets vuelven a estar ausentes, demostrando que no es necesaria la tecnología para resultar actual, a pesar de modernizarse con ciertos ecos a Minority Report. Porque, ¿desde cuando se ha exigido tanto a un guión de James Bond?