Tras pasar por series y películas nacionales y producciones de Hollywood, como '
Resident Evil Afterlife' y 'Love Ranch' (inédita en España),
Sergio Peris-Mencheta encarna al héroe protagonista en 'El
Capitán Trueno y el Santo Grial', la tan esperada como postergada adaptación fílmica de este clásico del cómic, dirigida por Antonio Hernández. En ella, el capitán recibirá la misión de llevar a España un cáliz sagrado, ayudado por sus inseparables amigos Crispín, Goliath y la bella Sigrid (
Natasha Yarovenko).
-El
Capitán Trueno es un cómic de hace 50 años, ¿esta versión está orientada a nostálgicos o a las nuevas generaciones?
-Una mezcla de ambas cosas. Está creada por un nostálgico: Antonio es un 'hijo de Trueno', leía sus aventuras, jugaba a ser el
capitán Trueno... tiene al personaje en las venas. Yo soy de la generación de Luke Skywalker y
Superman. El guión está inspirado en la primera aventura del Capitán, que se llama 'A sangre y fuego', pero el propósito es hacer el Trueno del siglo XXI, no el de 1956. Me gusta pensar que hoy en día el
Capitán Trueno no sería un cruzado 'matamoros', sino casi un miembro de una ONG que viaja por el mundo.
-Ya no se lleva lo de gritar ¡
Santiago y cierra, España!
-No, quiero pensar que ahora diría ¡
Santiago y abre España!
-¿Qué diferencia tiene encarnar a un cruzado español frente a los superhéroes americanos?
-Para empezar, que no tiene superpoderes. Es más
Clark Kent que
Superman. El único superpoder que tiene son unos valores que hoy se han perdido, como la justicia o la ingenuidad. Ahora todos somos muy listos y nos movemos siempre por la cabeza y no por la intuición. Trueno no es el cerebro, sino el capitán. Es bonito ver cómo su equipo le complementa: Crispín es el inteligente, el avispado, Goliath (encarnado por el lanzador
Manuel Martínez) es más visceral, representa la fuerza y la nobleza, mientras que Sigrid es el corazón, la parte emocional. Sin ellos, Trueno no sería nada.
La emoción del autor
-¿Has leído muchas historietas del Capitán para documentarte?
-He estudiado mucho algunas y me hubiera gustado leerme todas, pero no he tenido el tiempo ni la posibilidad, porque algunas son difíciles de encontrar y porque tuve que entrenar duramente para el papel.
-¿Qué nos dices del nivel de la producción y los efectos especiales?
-
Sinceramente, esperaba que iba a ser más cutre. Me ha sorprendido mucho el despliegue que ha habido, no solo durante la producción, sino después, en postproducción. Han hecho maravillas y hay muchísimo dinero invertido. Es una película pura de aventuras, de las pocas que se han hecho en el cine español. Creo que no se confía suficientemente en este tipo de cine porque no confiamos en nosotros mismos.
-¿Tuviste oportunidad de hablar con Víctor Mora?
-Sí, pero después del rodaje. Está impedido físicamente y no puede viajar, y nosotros estábamos yendo de un lado para otro continuamente. Luego, cuando he podido estar con él he descubierto que es como un niño. Cuando nos vio a los cuatro vestidos de los personajes se le iluminó la cara y se le saltaron las lágrimas. Ver cómo este señor se encontraba en carne y hueso con aquello que le ha acompañado toda su vida fue emocionante.
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