Hoy no estoy para reseñas muy largas y elaboradas... además que la película la vi hace ya semana y pico y no me apetece repasarme todo el hilo para acordarme de cada detalle.
Puessss... no está mal, no. Ligera decepción por lo que prometía pero resultado satisfactorio. Eso sí, en una película de dos horas y media como ésta, el ritmo es algo irregular y hay tramos que convencen más que otros.
Fincher mucho menos Fincher que de costumbre, de un clasicismo un poco alarmante precisamente por lo poco académico que suele ser este hombre (que esto lo han hecho con Oscar en mente es obvio). Son sus momentos menos convencionales los más llamativos (la mini-historia de Elias Koteas) aunque a veces sea a base de fusilar Más extraño que la ficción (sí, el accidente). El final con los personajes sonriendo a cámara... atraganta bastante, a pesar del plano del reloj. El tratamiento del curioso caso del título, planote y demasiado convencional, quizás porque salvo un par de puntos (la "huida" de Benjamin) no dista mucho de cualquier vida contada sin ese elemento fantástico.
En cuanto al reparto, Brad Pitt encarna a Button con una sosería descomunal y vaga por la película con perpetua cara de palo (la cara del poster, de hecho) delegando cualquier interés por el personaje en las transformaciones físicas. El resto del reparto se le come con patatas, ya sean secundarios competentes como Tilda Swinton (memorable esa pequeña trama amorosa nocturna en ese hotel que parece siempre vacío), Jared Harris (correcta
sobreactuación), Taraji P. Henson (el único personaje en quien el paso artificial de los años funciona a la perfección, indistinguible en lo físico o lo actoral de una actriz cada vez mayor) y sobre todo una enorme Cate Blanchett que carga con el personaje más jodido (por evolución y por empatía, sobre todo en la primera mitad de su vida) de la película.
Del diseño de producción, vestuario, dirección artística, etc poco hay que decir: impecable. Y llegamos al tema: los efectos especiales. Pues hombre... a mí el Button yayete no me cuadra, la verdad. Y precisamente porque mientras en algunos planos el resultado es casi perfecto (escenas en la bañera, frente al espejo, cuando anda en la carpa del religioso) en otros lo digital canta por seguidillas, sobre todo esos ojos de besugo y esa patatera animación de la boca. Y si fuese un personaje de una pelícla tipo Beowulf el resultado sería magnífico, pero al compartir plano con actores reales la ilusión se viene abajo. Me convence bastante más el rejuvenecimiento con CGI, a pesar de que el truco cante en los ojos de Pitt (borran las arrugas de los párpados pero la carne caída sigue ahí, provocando un efecto cantosillo).
Ahora esperaré a que lleguen los detractores feroces y los no menos feroces admiradores... eh, echadle la culpa a Troy. Él me obligó.