Me he pensado mucho si responder o no... pero bueno, ahí va:
yo la verdad es que nunca he entendido el debate en torno al aborto, salvo una minoría que cree que el aborto debe estar prohibido en cualquier caso y otra minoría que cree que debe estar permitido en cualquier caso, el 80% de la gente, por decir algo, nos movemos en un debate de plazos, excepciones, supuestos...
no es un debate aborto sí aborto no.
Pero es que ése es precismente el meollo del asunto; el debate principal está ahí. Hurtarlo en base a unas supuestas mayorías es puro totalitarismo. Imaginemos una sociedad esclavista que niega a los negros la condición de seres humanos (esa situación es aceptada por el común de la población como normal). El debate no puede dirigirse a lo particular sino a lo universal. No puedes argumentar que, como la mayoría acepta esa situación, el debate es si deben comer bien, si se les puede o no azotar, si deben trabajar más de ocho horas, si se puede separarlos de sus familias... El debate con mayúsculas es si todos los seres humanos somos iguales en dignidad independientemente de nuestra raza; si niegas ese principio ya vale todo... cualquier opinión es igual de respetable.
Una cosa son los principios universales que sí, son inamovibles (no matar), y otra su aplicación práctica. Desde ese punto de vista, el homicidio nunca puede ser legal. Otra cosa es que se puedan considerar (al bajar al terreno de lo concreto) atenuantes (y agravantes, claro) o incluso eximentes (un homicidio en defensa propia, por ejemplo); eso es lo que se puede debatir... Lo que va contra toda lógica es empezar la casa por el tejado (para subvertirla); legislar a partir de lo particular... eso no se sostiene. El propio Pieter Admiraal, pionero de esta mierda en Holanda, está ahora preocupado porque considera que, en pocos años, se va a acabar utilizando la eutanasia para tratar los problemas (económicos) derivados del envejecimiento de la población. Esto sucede cuando te cargas los cimientos de una sociedad en base a un emotivismo falaz. No sé vosotros... pero yo no quiero un mundo con cabinas de suicidio a lo
Futurama, donde se coma
Soylent Green y te electrocuten "a voluntad" en plan
2013 Escape from L.A.
Además, esos porcentajes no son inmutables: varían con el tiempo... las "mayorías" de hoy acaban siendo siempre las minorías de mañana (no nos olvidemos nunca de la Ventana de Overton). Tampoco podemos olvidar que estamos en pleno cambio de ciclo (la resaca de las dos guerras mundiales ya casi se ha curado); llega un período dionisíaco donde ya no contará la razón sino los sentimientos (de sensiblería hablaré después): aquí mismo tenemos a nacionalistas negando la realidad para adaptarla a sus fantasías. La opinión pública está viciada y asume como propias las "verdades" que sibilinamente se han ido inoculando en los últimos tiempos. Tenemos nuevos dogmas (sustitutos de la ley natural) que casi nadie se atreve ya a cuestionar; a gente que tiene miedo a leer un libro porque éste puede hacer tambalear sus convicciones; que considera casi una ofensa que alguien lo recomiende (me recuerdan al abogado negro de La niebla de Darabont) ¿Dónde queda el espíritu crítico? Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo. Me niego a caer en ese infecto pozo de conformismo.Yo no dejo de leer libros que me desafíen (cómo voy a criticar y desmontar a Dawkins si no lo leo). Es imprescindible; un puro ejercicio de gimnasia mental... no quiero ser un puto liquen.
no entiendo esa manía de "que lo otros hagan lo que yo quiero", dejemos a cada uno.
Es el que (re)quiere asistencia para suicidarse el que obliga a otros cuando exige ese "derecho" (todo derecho lleva aparejada una obligación). Que alguien tenga derecho al suicidio asistido implica la obligación del estado a proporcionarle un asistente... Y en el tema del aborto ya se escuchan voces que quieren negar la objección de conciencia de los médicos. Esa voluntad de morir subvierte la voluntad de los demás, que se ven obligados a "ayudarle". Eso sin contar con que puede estar viciada (por el sufrimiento, por la comedura de coco de terceros, porque no conoce o no cree que vayan a funcionar otras alternativas terapéuticas) y que hay personas que terminan por cambiar de parecer o que, en realidad, estaban reclamando otra cosa (atención, compañía, cuidados, medicación...).
Yo lo que recomiendo es empatizar y conocer bien los casos. Ya no digo ir al gregorio marañon a paliativos, lo recomiendo mejor que leer cualquier libro, pero que te toque de cerca un caso de un niño que te pida todos los días morir, veas su sufrimiento, entiendas que eso no es vida, y que la ley te impida acabar con su sufrimiento y a él cumplir su voluntad, es un dolor inmenso. Te da igual la ley y los debates, se te encoge el corazón y tu mismo solo puedes llorar y pedir que esto acabe. Forzar una sonrisa cada día viendo a alguien querido sufrir lo hemos vivido muchos. No se me ocurriría decidir lo que tienen que hacer otros.
Y luego hablas de la patata en el hilo de las elecciones... La empatía se la presupongo a todo el mundo (no creo que haya ningún psicópata por aquí); me parece muy arrogante eso de recomendar empatía. Se supone que este es un debate serio, no un programa amarillista de telerrealidad en el que se cuentan casos particulares con violines de fondo. Es precisamente ese sentimentalismo tóxico e irracional el que contamina cualquier posibilidad de diálogo. Mis experiencias personales (te sorprenderías) y mi dolor me los guardo para mí... ¡¡¡PARA MÍ!!!!... y no dudo que la gran mayoría de nosotros (que ya peinamos canas) hemos sufrido casos muy dolorosos más o menos cercanos. El exhibicionismo lacrimógeno (como el que están haciendo las televisiones) me repugna. ¿Quieres casos y "conocerlos bien"? Lee por favor el libro que mencioné más arriba. Bien documentado, sin argumentaciones religiosas que te puedan molestar, sin sensacionalismo barato... la verdad transcrita por un hombre de ciencia imparcial, por un prestigiosísimo doctor que viaja a Holanda a estudiar su sistema sanitario precisamente para ver si se puede trasladar eso de la eutanasia a los USA y que, como Kurtz, acaba elaborando un informe que se le atraganta a los de arriba (y por ello la adminsitración Clinton recula y da marcha atrás). Prefiero eso y no un reportaje de lágrima fácil en el Marañón (o en el piso de alguien) que te conduzca artificialmente a que lo mejor que se puede hacer con ellos es dejarlos secos.
En Nueva York me han dicho...
En Nueva York lo que había era un médico específico durante la "intervención" para asistir a todo aquel crío que sobreviviera a un aborto practicado después de la semana duodécima; esa sección (que le daba asistencia médica y amparo legal) ha sido eliminada en la nueva ley.
Es decir: si ahora un chaval sobrevive a la escabechina y sale todavía con vida del cuerpo de su madre, se le puede dejar morir.
Muy humano todo...
Además despenaliza el aborto pasada la semana veinticuatro de gestación si el feto no es "viable" y/o la salud de la madre corre peligro (antes sólo si la VIDA de la madre corría peligro; nótese la "sutil" diferencia... habemus coladero); también el aborto forzado (sí... habéis leído bien... acojonante...ya ha habido un caso de asesinato de una embarazada en el que no han podido imputar al fulano por la muerte del crío); y se carga la responsabilidad penal de aquel "médico" (ahora ya no será necesario serlo) que cometa una negligencia durante la "intervención" y acabe con la vida de la madre (increíble). También altera la Ley de Educación para poder vender toda clase de "medicamentos" potencialmente abortivos a menores de dieciséis años, que podrán adquirirlos sin receta e incluso a personas que no son farmacéuticos (eso sí, para fumar y beber, hasta los veintiuno nada...).
¿A quién beneficia toda esto? Al lobby pro-abortista, que amplía negocio y se cubre las espaldas ante cualquier exceso o negligencia.