(siempre vuelvo, no tengo remedio )
Los defensores de la asignatura de religión quiero que me respondan a unas preguntas:
- Si el asunto es que la asignatura no sea adoctrinamiento religioso sino un estudio serio de las religiones... ¿Estáis de acuerdo en que se estudien todo tipo de mitologías y no solo la católica?
Sí, pero la católica debe ser, por razones obvias, la preponderante. Es beneficioso incluso, porque si algunos piensan que el Catolicismo tiene agujeros, las otras ya ni te cuento...
- Si el tema es querer usar la asignatura como una enseñanza cultural, histórica y social... ¿por qué no la dan profesores de historia o sociólogos o profesores de filosofía no vinculados a la Iglesia? ¿Estaría de acuerdo la Conferencia Episcopal a que no fuesen ellos quienes eligiesen a los profesores?
Yo estaría de acuerdo, siempre que se encontraran profesores sin prejuicios sobre este tema; algo casi imposible (más aún después de tantos años de desprestigio).
- ¿Tiene el mismo derecho el chaval que saca un 5 en matemáticas y un 10 en religión que el que saca lo contrario?ç
Por supuesto. Nadie se queja de que otras "marías", como educación física, cuenten lo mismo que las troncales. Pero es que además es igual de importante. Seguro que un científico nazi sacaba dieces en matemáticas, pero se necesita algo más para estar correctamente formado...
- ¿Por qué no se está hablando de que, mientras religión pasa a ser una asignatura que cuenta para la nota final, filosofía pasa a ser optativa?
Cierto, debería ser tan obligatoria como la religión. Debería hablarse de esto y no de otras cosas (pienso).
En otro orden de cosas: PP y UPyD se niegan publicamente a una condena oficial del Franquismo. De esto también quiero ver los argumentos defensivos en el foro...
Porque (y a riesgo de parecer lo que no soy) también tuvo cosas positivas. Además, condenar la dictadura supondría aceptar tácitamente que la Segunda República fue una experiencia maravillosa (lo que no es cierto).
En otro orden de cosas: PP y UPyD se niegan publicamente a una condena oficial del Franquismo
El hecho religioso (especialmente el Catolicismo, dado que estamos en España) es parte fundamental e indisoluble del ser humano y debe estudiarse en las escuelas; se antoja imprescindible para entender el mundo en el que vivimos. Merece, pues, una asignatura propia.
Carrión...
Después de esto... para que decir yo nada más.
Sí, todo eso se puede estudiar en Filosofía e Historia. Pero claro, perdiendo el misticismo, que a lo mejor es lo que no interesa.
Por supuesto. Nadie se queja de que otras "marías", como educación física, cuenten lo mismo que las troncales. Pero es que además es igual de importante. Seguro que un científico nazi sacaba dieces en matemáticas, pero se necesita algo más para estar correctamente formado...
Muy bonita esa frase, y muy probablemente refleja la verdad, pero ese "al final todo es subjetivo" como conclusión NO justifica que se tenga que dejar la puerta abierta a dogmatismos supersticiosos en los centros de enseñanza.Como decía William James (nada sospechoso de ser creyente) la tan ensalzada evidencia objetiva no pasa de ser, en realidad, una aspiración.
Pero es que además es igual de importante. Seguro que un científico nazi sacaba dieces en matemáticas, pero se necesita algo más para estar correctamente formado...
Porque (y a riesgo de parecer lo que no soy) también tuvo cosas positivas.
Además, condenar la dictadura supondría aceptar tácitamente que la Segunda República fue una experiencia maravillosa (lo que no es cierto).
¿O es que la Wehrmacht no llevaban escritos en sus cinturones la frase "Gott Mit Uns" (Dios está con nosotros)?
Condenar la dictadura es eso. No implica ninguna valoración del regimen previo. Con ese razonamiento tan curioso, lo que haces es justificarla.Además, condenar la dictadura supondría aceptar tácitamente que la Segunda República fue una experiencia maravillosa (lo que no es cierto).
De hecho, mucha gente que hoy en día está en contra de la Iglesia, estudió precisamente religión de chaval... y por impericia de sus educadores ahora abominan de ello.
Ese concepto se basa en la premisa de que tú eres el portador de la luz que vas a compartir con los demás para salvarlos y redimirlos. Por cojones. Preferentemente cuando son niños y más fáciles de influir. Pues muy confiado en la solidez de tu mensaje no pareces.Porque no se trata de adoctrinar sino de iluminar.
Claro, la idea más primitiva es la del pensamiento mágico: el rayo sucede porque Zeus está cabreado y Hefestos le fabrica uno. Hacen falta siglos de análisis para que llegue Benjamin Franklin.Y lo primero que hay que hacer entender (pienso) es que para TODO conocimiento humano (incluída la fe) operan mecanismos racionales e irracionales.
La ventaja del pensamiento científico es que somete cualquier premisa al contraanálisis de las pruebas empíricas y cualquier hipótesis que no se sostenga debe ser rechazada. En cambio, si te ves cargado con la razón suprema, cualquier tipo de método científico es, no solo inútil, sino perjudicial.Siempre hay consideraciones apriorísticas que nos orientan a razonar en una dirección o en otra. Cuando hablan de "el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes" se refieren, entre otras muchas cosas, a ésto. Como decía William James (nada sospechoso de ser creyente) la tan ensalzada evidencia objetiva no pasa de ser, en realidad, una aspiración.
Por eso, a nadie debería parecerle mal que se estudie en las escuelas el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury, las vías de Santo Tomás, los teoremas de Kurt Gödel o los fundamentos científicos del llamado Desarrollo Inteligente.
Tres palabras: Eppur si muove.La Iglesia, en contra de lo que muchos han tratado de propagar, siempre ha estado involucrada e interesada en el saber científico (Escuela de Salamanca sin ir más lejos).
Que elija en libertad... después de un adoctrinamiento obligatorio. Coherentísimo, oiga.Lo dicho. Opino que una asignatura de Religión es imprescindible para que un ciudadano español esté bien formado. Que cada uno después, en libertad, escoja su camino.