PEDRO J. RAMÍREZ
01/09/2013
OPINIÓN
Comisión para la Verdad y la Regeneración
¿Qué significan los partidos y los sindicatos en la vida pública? Todo. ¿Qué podemos esperar ahora de ellos los españoles? Nada.
Es preciso remedar la célebre contraposición del abate Sieyes sobre el Tercer Estado para describir el clima de desmoralización y fatalismo con que los ciudadanos afrontan el que será el séptimo curso desde el inicio de la crisis económica. Mientras la mejora de indicadores como la prima de riesgo o la balanza exterior continúa sin traducirse en financiación para las pymes, creación de empleo y renta disponible para las familias, la vida pública aparece más contaminada que nunca por el agente tóxico de la corrupción.
Los dos grandes partidos que desde el inicio de la Transición vienen alternándose en el poder político y las dos centrales que, para evitar sobresaltos, han mutualizado el ejercicio del poder sindical están merecidamente bajo sospecha. Es cierto que en este momento el PP aparece más alto en la picota que el PSOE por causa de su probable contabilidad B y que el escándalo de las facturas amañadas, destapado por la redacción andaluza de EL MUNDO, señala de momento a UGT más que a Comisiones Obreras. ¿Pero alguien duda de que la financiación ilegal, la entrega de dinero en metálico en las sedes o los pagos injustificados a dirigentes, familiares y amigos, desde Filesa a Amy Martin y Cornide, desde el caso Casinos al caso Palau, ha sido una lacra común a todos los partidos gobernantes? ¿Y alguien duda de que los fondos para impartir cursos de formación, financiados por la Unión Europea y gestionados por las autonomías, han sido saqueados sistemáticamente por los sindicatos –y a veces también por la patronal– para sufragar tanto su actividad propagandística como el modus vivendi de los abnegados apóstoles de la clase obrera?
No podemos olvidar además que el caso de los ERE en Andalucía, también desvelado en su día por este periódico como derivada del caso Mercasevilla, sigue siendo la madre de todos los escándalos, tanto por la cuantía del dinero público defraudado como porque engloba la corrupción política y la sindical. Sin negarle –por infrecuente– su valor, la dimisión de Griñán no deja de ser un cierre en falso del frente de las responsabilidades políticas; pues no ha venido acompañada ni del esclarecimiento de los hechos ni del menor atisbo de contrición.
Éste es el telón de fondo sobre el que está desarrollándose el drama del llamado caso Bárcenas que lastra, condiciona y amenaza con bloquear la capacidad política del presidente del Gobierno en un momento crítico para España. A la propia gravedad de las denuncias, expresadas por el ex tesorero en nuestras cuatro horas de conversación, ratificadas punto por punto ante el juez Ruz, se unen ya los garrafales errores cometidos por el PP a la hora de afrontarlas. Hasta el extremo de que si el mes de agosto comenzó con un problema, ha concluido con dos, al añadirse a lo que dice Bárcenas, lo que han dicho Rajoy ante el Parlamento y Arenas y Cospedal ante el juez.
Como ocurriera en el caso Watergate, al final puede resultar peor el remedio que la enfermedad, más dañinos y políticamente incriminatorios los manejos para tapar lo sucedido que el propio pecado original de la financiación ilícita y los sobresueldos. Sobre todo porque la invención de un relato alternativo –«cuando yo llegué a la Presidencia del Gobierno, el señor Bárcenas no estaba en el partido»– está generando ya sus propias complicaciones, pegajosas como ese chicle que no hay manera de dejar subrepticiamente depositado en ningún sitio.
Todos los españoles tienen ahora muy claro que el señor Rajoy es capaz de «manipular y tergiversar» los hechos en su propio beneficio. A eso la oposición le llama mentir. Y hay serios indicios de que ni la actual secretaria general ni su antecesor dijeron tampoco la verdad al juez en relación al desenganche entre el PP y su ex tesorero. No es una cuestión baladí pues atañe a si es cierto o no que desde 2010 la nómina de Bárcenas compraba su silencio, a si es cierto o no que Rajoy pretendió prolongar esa situación tras la aparición de su fortuna en Suiza y a si es cierto o no que Cospedal sabía que la «indemnización en diferido» no era una indemnización en diferido. O sea, a si la actual cúpula del PP tenía motivos para temer las revelaciones y documentos de Bárcenas.
A nadie se le escapa que el recorrido judicial del caso es limitado pues, por inaudito que parezca, la financiación ilegal de un partido no es delito en España y la prescripción siempre auxilia al delincuente discreto. Pero las últimas diligencias acordadas por el juez –volcado del ordenador de Bárcenas, pericia sobre los visé de Lapuerta, citación a las secretarias de ambos– pueden servir para corroborar en sede judicial la veracidad de los apuntes que presentan a Rajoy vulnerando la ley de incompatibilidades al cobrar sobresueldos en negro o para enfatizar la paradoja de que el ex tesorero sufra prisión preventiva a fin de que no pueda destruir pruebas mientras en Génova se rayan y trituran discos duros.
¿Cómo afrontar políticamente este escenario? El PP sigue haciéndolo de la peor manera, despojando a Bárcenas de su presunción de inocencia y presentando a todo el que le dé algún crédito como «cómplice» y «colaborador necesario» de su estrategia destinada a desviar la atención del dinero amasado en Suiza. El diputado Martínez Pujalte declaró el otro día que hay que «obligar» al ex tesorero a decir la verdad sobre el origen de su fortuna. No sé si es que lo de Soto del Real le parece insuficiente y está abogando por los apremios y el potro de tortura, pero de lo que no se da cuenta el veterano peón de brega del PP –noble y taciturno como los banderilleros de Solana– es de que, el día que eso suceda, comenzarán de verdad los problemas para su partido.
O la procedencia del dinero de Bárcenas es lícita o no lo es. En el primer supuesto, difícil de creer por la cuantía y la limitada actividad financiera del titular, estaríamos sólo ante un delito fiscal y se desvanecería la coartada de que trata de tapar sus vergüenzas con la hoja de parra de los papeles. En el segundo supuesto todas las variantes conducirían de nuevo al PP: o estaríamos ante el trust de los tesoreros –Naseiro, Sanchis, Bárcenas, Lapuerta…– o ante el desvío de parte de la caja B o ante una trama de cobro de comisiones que necesariamente implicaría a personas con mando en plaza. Si a alguien –incluido el señor Floriano– se le ocurre otra alternativa, aquí tiene una página de periódico para desarrollarla.
En todo caso, si yo estuve cuatro horas con Bárcenas y la oposición le ha dedicado ya cuatro sesiones parlamentarias tormentosas, Rajoy ha pasado toda su vida política a su lado y nunca podría salir incólume de una sentencia que acreditara sus hipotéticos desmanes. No en vano alguien, con la autoridad suficiente para hacerlo, le miró un día a los ojos y le dijo: «Pero si el partido eres tú, Luis…».
De todos es sabido que mi propuesta de que el 4 de agosto fuera, también en España, 4 de agosto, tal y como ocurrió hace 224 años en Francia, cayó en saco roto. Rajoy descartó de plano el camino de la catarsis a partir del reconocimiento de los hechos y nos mantiene encerrados en la ratonera de un relato que implica que Bárcenas –con la anuencia de Lapuerta– estuvo durante 20 años preconstituyendo una prueba falsa, a base de trufar apuntes reales, que afectaban a personajes secundarios, con otros inventados para putear a Rajoy, Arenas o Cospedal. Quienes no se traguen ese trozo de queso dejarán de ser buenos ratones españoles y quedarán estigmatizados como malditos roedores que obstaculizan la recuperación económica.
Es verdad que si sumamos el desafío independentista catalán a la urgencia de estimular la salida de la crisis, necesitamos como nunca un presidente en condiciones de poner al Gobierno en perfecto orden de combate. Y es verdad que no existe medio legal alguno para forzar la renuncia de Rajoy mientras él siga dispuesto a mantenerse. Convertir por lo tanto cada sesión parlamentaria de lo que queda de legislatura en una estéril fotocopia de lo vivido el martes en la Diputación Permanente, sólo serviría para acentuar nuestras frustraciones.
Así las cosas, la mejor solución sería abrir un espacio institucional específico para abordar los problemas de la corrupción con visión de conjunto, desgajándolos de la gestión del día a día y del propio control parlamentario al Gobierno por los demás asuntos. Sería como un teatro con dos salas de representación o como una discoteca con dos pistas de baile. En una aplaudiríamos a Rajoy el día que bajara los impuestos o plantara cara a Mas, y en la otra le abuchearíamos según lo que fuera apareciendo.
Me estoy refiriendo a la creación de una Comisión para la Verdad y la Regeneración Democrática con base parlamentaria y un complemento externo destinado a reforzar su prestigio y credibilidad. Las ha habido en otros países en relación a la violación de derechos humanos por regímenes dictatoriales y debería haberla en una democracia en la que la prosperidad y la dignidad de los ciudadanos están seriamente restringidas por los abusos de los políticos. ¿Cabe mayor factor de competitividad que la regeneración? Para impulsarla sería condición sine qua non un acuerdo PP-PSOE que permitiera diseccionar sus vísceras, como si de una lección de anatomía se tratase, y convertir en iniciativas legales las recomendaciones de ese órgano de auditoría democrática.
La arquitectura institucional de este proyecto admite múltiples variantes y cualquiera que explique la suya será convenientemente apedreado. Como eso va en mi sueldo, he aquí lo que propongo: 1) El Congreso constituiría una comisión de investigación encargada de establecer responsabilidades políticas en aquellos casos de corrupción que o bien la mayoría de la cámara o bien la mayoría de los grupos considere pertinente. Al menos el caso Bárcenas, el escándalo de los ERE en Andalucía, el saqueo de los fondos de formación por UGT y el enriquecimiento desaforado de la familia Pujol deberían ser incluidos. 2) Al mismo tiempo se crearía, al modo de una royal comission británica, una mesa integrada por ex dirigentes políticos, magistrados jubilados, representantes de las academias y personalidades independientes –próceres que nada tengan que perder– con la tarea de examinar los hallazgos y conclusiones de la comisión parlamentaria y hacer propuestas para evitar que hechos similares vuelvan a repetirse. 3) Esas propuestas se sumarían a las de la propia comisión parlamentaria y serían debatidas y convertidas en leyes por el pleno del Congreso antes de que concluya la actual legislatura.
Naturalmente esto nada tiene que ver ni con el desarrollo de los procesos judiciales ni con la dinámica que pueda producirse en el seno de cada partido de cara al ciclo electoral que se avecina. Se trata de una propuesta constructiva, y creo que razonable, para que la democracia afronte su enfermedad más grave sin dañar las perspectivas de recuperación económica ni tener que esperar dos años al todo o nada de las urnas. ¿Sería abusar de nuestros millones de lectores, suscriptores de Orbyt y amigos de Twitter pedirles que promuevan esta iniciativa en favor de la #VerdadyRegeneración?
pedroj.ramirez@elmundo.es
JOAQUÍN MANSO MADRID
02/09/20131PORTADA
Cospedal negoció en febrero pagar un finiquito a Bárcenas
Un SMS del ex tesorero a su intermediario con el Gobierno, Mauricio Casals, contradice lo que declaró la secretaria general tanto en público como ante el juez Ruz
El mismo 12 de febrero en que Bárcenas envió el SMS, sus abogados se reunieron con el representante legal de Cospedal para la «resolución contrato»
Bárcenas y su esposa fueron informados de que Alberto Durán ofrecía en nombre del PP medio millón parapoder resolver la relaciónlaboral pactada en 2010
El SMS también pone en cuestión el testimonio de Arenas ante Ruz y el relato de Rajoy en el Congreso sobre sureacción tras la aparición de las cuentas en Suiza
La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, sabía que Luis Bárcenas no había pactado una «indemnización fraccionada», sino un contrato que ella misma negoció resolver en febrero de 2013; y el vicesecretario Javier Arenas sí trató de asuntos económicos con el ex tesorero en nombre de Mariano Rajoy en una reunión en diciembre de 2012, según se desprende de nuevos SMS enviados desde el teléfono de Bárcenas a los que EL MUNDO ha tenido acceso. Los mensajes cuestionan el contenido y, sobre todo, el sentido de las declaraciones que prestaron ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz esos dos dirigentes de la formación en el Gobierno.
El interlocutor del ex responsable de las finanzas del PP es en esta ocasión el influyente Mauricio Casals, el hombre fuerte del Grupo Planeta en Madrid, amigo personal de Rajoy y del ministro Jorge Fernández, presidente-editor del diario La Razón y consejero adjunto al presidente de Atresmedia (Antena 3).
Según fuentes próximas a Luis Bárcenas, Mauricio Casals habría actuado como mediador entre el ex tesorero y el PP, y también con destacados miembros del Gobierno, con la anuencia de su presidente. Los contactos periódicos entre ambos, en persona y por teléfono, se habrían prolongado entre marzo de 2012 –poco después de que Bárcenas fuese reimputado– y abril de 2013, afirman las mismos fuentes. Los SMS que conoce este periódico atestiguarían esa relación.
El 12 de febrero de 2012, a las 19.57 horas en España, casi un mes después de que se conociesen públicamente sus cuentas millonarias en Suiza, Bárcenas envió un mensaje de texto a Casals desde Vancouver (Canadá), adonde había volado para practicar el esquí, viaje del que regresó haciendo aquella legendaria peineta a la prensa. El SMS empieza así: «Mauricio, me llama mi abogado para decirme que mañana sale que sigo cobrando sueldo del partido».
Efectivamente, el diario El País publicó en su edición impresa del 13 de febrero una información bajo el título El PP pagó a Bárcenas una cantidad fija al mes hasta diciembre de 2012, citando fuentes del partido y la confirmación de un «portavoz de la dirección». La noticia relataba que en abril de 2010 se pactó con el ex tesorero el pago de un «finiquito prorrateado» de 400.000 euros hasta diciembre de 2012, incluyendo las cuotas a la Seguridad Social, en la línea de lo que declaró Cospedal en la Audiencia Nacional el pasado 14 de agosto.
«Es evidente que el problema lo tiene Génova. Yo le ofrecí a Mariano a través de Javier que hiciésemos el finiquito en diciembre», continúa el SMS a Casals. Esa precisión encaja en la narración que hizo Bárcenas al juez Ruz acerca de una reunión con Javier Arenas en el restaurante Oriza de Sevilla el 14 de diciembre de 2012. En la declaración que prestó tras ser encarcelado, la misma en la que confesó la contabilidad B del Partido Popular, el ex tesorero aseguró que, en ese almuerzo, le trasladó a Arenas que «tenía dos cuentas en Suiza con los saldos aproximados» y que «era cuestión de tiempo que llegase la información», por lo que entendía «que lo mejor era resolver» su «relación laboral con el partido».
Según ese relato, Arenas «quedó en que ese tema se lo iba a trasladar al presidente del partido y se lo trasladó en una reunión en Moncloa», en la que habría estado también María Dolores de Cospedal, a la que le pareció «una idea estupenda». El vicesecretario habría respondido días después a Bárcenas que, sin embargo, Rajoy decidió que, ya que se había acogido a la regularización fiscal y había dedicado 30 años de su vida al partido, la situación del ex tesorero seguiría «tal y como estaba».
La versión de Arenas en su declaración ante el juez Ruz, cuestionada ahora por el SMS, es opuesta. En su comparecencia en la Audiencia Nacional del pasado 13 de agosto, y a falta de conocer la transcripción literal del interrogatorio, admitió esa comida con Bárcenas –se la había negado a este periódico–, pero, según fuentes jurídicas de acusaciones y defensas, rechazó que hubiesen hablado de su finiquito o de cuentas en Suiza, igual que negó haber actuado como intermediario entre el ex tesorero y la dirección del PP. Aquel almuerzo, dijo, fue sólo consecuencia de una relación de «amistad», de una «relación humana».
El mensaje de texto de Bárcenas a Casals entra a continuación en su fase más relevante: «El abogado de Cospedal pretende que le firme un finiquito predatado a día de hoy. He dicho que sí siempre y cuando ingresen la cantidad que me corresponde ya». Este diario ha tenido acceso a otro documento que refuerza la veracidad del SMS y termina de explicar su contenido: la minuta de honorarios que pasó por sus servicios el despacho del catedrático Miguel Bajo y del letrado Alfonso Trallero.
En el momento en el que Luis Bárcenas le escribía ese mensaje a Mauricio Casals, el 12 de febrero de 2013, se estaba produciendo una reunión entre Trallero y «el Sr. D.». Se trataría de Alberto Durán, jefe de los servicios jurídicos del PP y, por tanto, «el abogado de Cospedal». La cita comenzó, según la minuta, a las 19.15 horas y tenía un objeto muy elocuente: «Resolución contrato».
Esto es: todo indica que la secretaria general del PP era consciente cuando declaró ante el juez de que lo que se pactó entre Rajoy –así lo dio a entender– y Bárcenas en 2010 para aparentar la salida de éste del partido no fue una «indemnización fraccionada» hasta finales de 2012, como dijo Cospedal, sino un «contrato» en toda regla que, además, seguía vigente a principios de 2013 y ella negoció resolver a través del abogado del PP. En esa comparecencia, la número dos insistió de forma reiterada en desmarcarse de los acuerdos económicos alcanzados con el ex tesorero y en descargarlos en el presidente y en Javier Arenas. Los hechos concuerdan mucho mejor con la versión que ofreció Bárcenas como imputado ante Ruz: aseguró que Rajoy se comprometió con él en presencia de Arenas a que siguiese cobrando su sueldo «sine die».
La minuta recoge asimismo cómo, durante la reunión, Trallero habla con Rosalía Iglesias y con Luis Bárcenas «para trasladar su posición» acerca del acuerdo que se estaba fraguando. Tras salir de ese encuentro, el abogado del ex tesorero aún intercambió entre las 20.30 y las 20.45 varias llamadas: «Con el Sr. Bárcenas, sobre noticias que van a aparecer en prensa mañana», en presumible referencia a la información de El País; «con el Sr. D., sobre comunicado que van a emitir», en probable alusión a una nota que emitió el PP al día siguiente, en la que afirmaba que el ex tesorero pactó con el partido una indemnización «en diferido» tras dejar su acta de senador en 2010, y cuyo contenido ya fue desmentido por la nómina y el alta en la Seguridad Social de Luis Bárcenas que publicó este periódico; «de nuevo con el Sr. Bárcenas, sobre dato facilitado por el Sr. D.», y «de nuevo con el Sr. D., sobre respuesta del Sr. Bárcenas».
Fuentes próximas al ex tesorero aseguran que, en esas llamadas, Trallero le trasladó una oferta del PP para firmar un finiquito predatado con fecha de abril de 2010 –lo que habría representado una ilegalidad manifiesta– y una indemnización de alrededor de 500.000 euros, que coincide con la que le habría correspondido de haber sido despedido entonces. Bárcenas se negó a aceptar si no se le pagaban los 900.000 euros netos a los que entiende que tiene derecho ahora.
Precisamente la falta de acuerdo en esa negociación de febrero fue lo que provocó que Bárcenas presentase una demanda por despido improcedente ante los juzgados de lo Social, que se ventilará en un juicio a celebrar en julio de 2014.
«Pago en diferido»
El 25 de febrero de 2013, trece días después de que su abogado se reuniera con el de Bárcenas para resolver el contrato laboral vigente de éste con el partido, Cospedal compareció ante la prensa para explicar que el PP había roto cualquier vínculo con su ex tesorero en abril de 2010 tras pactar el «pago en diferido de una indemnización en forma de retribución».
El resto del SMS es muy sugestivo acerca de cómo empezaban a romperse los lazos entre el PP y su ex tesorero 27 días después de que se difundieran sus cuentas suizas, 24 de que se conocieran los sobresueldos y 12 de que se publicaran sus papeles –«he añadido que, si esto es la guerra, lo va a ser para todos»– y de las expectativas que tenía Bárcenas en la capacidad de interlocución de Mauricio Casals: «Sería bueno que lo traslades mientras tenga solución. Abrazo. Luis».
La comunicación concluye, no obstante, con una severa advertencia del protagonista de una de las mayores crisis políticas de la democracia, que denota asimismo su decepción con la ruptura de los compromisos en los que él parecía dispuesto a asumir su parte: «Si no se arregla a mi vuelta, soy yo el que presenta una denuncia en Fiscalía Anticorrupción. Perdona, pero se han vuelto locos y parece que de nada sirve comportarse como un caballero», escribe Bárcenas.
JOAQUÍN MANSO MADRID
02/09/20131PORTADA
Cospedal negoció en febrero pagar un finiquito a Bárcenas
Un SMS del ex tesorero a su intermediario con el Gobierno, Mauricio Casals, contradice lo que declaró la secretaria general tanto en público como ante el juez Ruz
El mismo 12 de febrero en que Bárcenas envió el SMS, sus abogados se reunieron con el representante legal de Cospedal para la «resolución contrato»
Bárcenas y su esposa fueron informados de que Alberto Durán ofrecía en nombre del PP medio millón parapoder resolver la relaciónlaboral pactada en 2010
El SMS tambiénponeen cuestión el testimonio de Arenas ante Ruz y el relato de Rajoy en el Congreso sobre sureacción tras la aparición de las cuentas en Suiza
También mintió al juez.
Ah, y lo del rescate es otra de las cosas por las que colgar de los cojones a estos HIJOS DE PUTA. Y encima se pitorrean con lo de las responsabilidades...
Ah, y lo del rescate es otra de las cosas por las que colgar de los cojones a estos HIJOS DE PUTA. Y encima se pitorrean con lo de las responsabilidades...
Si no se hubiera rescatado a Bankia y al resto de entidades, el Frob no hubiera podido pagar ni un solo céntimo de sus cientos de miles de depositantes. Es así de cierto, de crudo, de real, de indignante, de sorprendente... todo lo que quieras.
Es un gran mal....pero menor que otros.
Enviado desde mi ALCATEL ONE TOUCH 6030D
Ah, y lo del rescate es otra de las cosas por las que colgar de los cojones a estos HIJOS DE PUTA. Y encima se pitorrean con lo de las responsabilidades...
Si no se hubiera rescatado a Bankia y al resto de entidades, el Frob no hubiera podido pagar ni un solo céntimo de sus cientos de miles de depositantes. Es así de cierto, de crudo, de real, de indignante, de sorprendente... todo lo que quieras.
Es un gran mal....pero menor que otros.
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No, si todo esto esta my bien, [Maruhenda mode]Bla, bla, bla, mariano esta bueno, bla, bla [/Maruehda mode], pues quiero cabezas, rondando y sangrantes, y las quiero ya!
Si no se puede recuperar la pasta, quiero que se recupere lo que sea, 1, 1.000 o 1.000.000€ de los propietarios de esas cabezas hasta tengan que hacer cola para pedir comida y para que les sellen el paro.
Es un gran mal....pero menor que otros.
Vamos, que si tu lo sabes, el gobierno lo sabe y lo sabía. De lo que nos quejamos muchos, es de que han mentido a sabiendas, no de que se haya hecho el rescate en sí de una forma concreta (que también).Si no se hubiera rescatado a Bankia y al resto de entidades, el Frob no hubiera podido pagar ni un solo céntimo de sus cientos de miles de depositantes. Es así de cierto, de crudo, de real, de indignante, de sorprendente... todo lo que quieras.
Lo de la banca ya lo comenté hace tiempo, que la noticia de que el rescate se daba por perdido no es nueva: me parece bien que haya que rescatar a los bancos porque si no se cae todo el sistema con ellos... pero no gratis, no sin responsabilidades, no a cualquier precio y menos a costa de los que siempre sufren, que son los ciudadanos.