Son tan estufefactantes los comportamientos totalitarios, que no autoritarios, de Pedro Sánchez como las tragaderas de las gargantas de los estudiosos de sus intimidades. La tradición golpista socialista es de todos sabida pero se esperaba que con los tiempos modernos y que lo que hacen se vea en la tele tuvieran algo de vergüenza, algunos al menos, pero de momento, no los veo. El asalto al estado de derecho es un hecho, un atraco a las instituciones, una fechoría de delincuentes y maleantes y muchos que presumían de decentes han corrido a esconderse, han desaparecido , han callado como cobardes y han dejado tirada a la gente y al país que juraron defender.