El Gobierno social-podemoide de Sánchez

Una cosa, no sé si puedo considerarme sanitario, pero como muy humilde trabajador en la sanidad pública, y que he estado durante todo lo gordo en el IFEMA, puede que sea un desclasado o un incoherente, lo que queráis, pero si acaso incluyesen mi papel en el apelativo de sanitario, decir que no me gusta que me incluyan en un rechazo a la monarquía. No me representan sindicatos ni partidos de izquierdas. El premio me la suda, no me importa nada, pero sí que otros hablen en mi nombre.

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Se han arrogado con sus sindicatos y asociaciones el control y el nombre de la sanidad.

Lo que hacen con cada aspecto de la vida pública, infiltrarse en cada estrato social, en cada gremio, para controlar el discurso de la sociedad civil. El comportamiento vírico de la izquierda la hace totalitaria por naturaleza. Solo hay que dejarles un poco de espacio para que muestren su cara.
 
Embargos de mierda.
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Otro que se pone a repetir tweets, digo lo mismo que dije la otra vez: aquí lo único que demuestran es que esta gente tiene neuronas las justas. Si un gobernante un 9M con todos los informes y avisos que habían antes de esa fecha, te dice sin pudor que no tiene ni puta idea de nada y consideras eso un eximente, es que tienes un cacao mental de aúpa. En definitiva, un gobierno de aficionados y sociopatas colocado por un ejército de gente con problemas mentales.
 
Hoy tras ver lo de la “policía política”, he abierto los ojos. Pense que no, pero Sanchez es un hijo de la gran puta en grado exponencial a cada día que transcurre. Un autentico psicópata desequilibrado que a mi ahora me esta dando miedo.

Un abrazo!
 
Yo lo único que saco en claro de esto es la mierda de clase política que tenemos. Habría que sacarlos a todos a guantazos y empezar de cero.

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... he abierto los ojos.

Txema, me autocito (hace 10 años):

Una gran parte de los que se sientan en el Congreso son profesionales de la política; gente que no tiene la experiencia de haberse machacado en unas oposiciones a abogado del estado o notario, de haber luchado una década en la empresa privada, de haber destacado en una profesión liberal. Desde que salen de la universidad (los que pasan por ella) se han dedicado al mamoneo y a medrar dentro de su partido, y sin él no valen para nada. Por eso seguirán las instrucciones hasta la indignidad y pondrán a su padre de chapero en una esquina (si lo conocen) antes de quedarse en la calle y tener que buscarse la vida.


La cosa ha ido a peor, pero lo esencial permanece. Y Pedro Sánchez es un caso paradigmático. No tiene principios, ni moral, ni decencia, ni palabra. Le da igual 8 que 80. Es un cínico que sólo sirve para llevar las toallas en las saunas de su suegro, pero tiene muy claro el nivel del español medio: conoce a su público.
 
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