Pablo Casado ha estado muy flojito, Abascal algo mejor, pero estaba ahora escuchando a un tal Jaume Asens y me he puesto de mala hostia que flipas.
Ha empezado a hablar de agradecer a todos aquellos que han estado en primera línea para después pedir perdón por el espectáculo que se estaba dando en el Congreso. Espectáculo, supongo, que él como independentista insolidario infiltrado entre los pandemitas apadrina.
Sí amigos, porque la extrema derecha llama a Golpes de Estado para pedir gobiernos tecnócratas frente a esta banda de ladrones. Porque he de suponer que gente como la que conforma el Gobierno en su mayoría, tienen algo parecido a lo que podríamos denominar como capacidad de gestionar. Hace gracia ¿verdad? Que la chiqui sabe mucho de cuentas, que ya estuvo en Hacienda en Andalucía. Ella es médico, así que sabe la dosis de miles de millones que debe gastar nuestra economía. Pero me estoy desviando, ya que los jugos grásticos se me han bajado a las manos mientras tecleo.
Pero bueno, ahí estaba, subido en la tribuna, teóricamente representando a una de las fuerzas que conforman el Gobierno para hablar con orgullo, frente a esos fascistas, de los demócratas como el padre de Iglesias o el suyo propio que lucharon contra el franquismo. De esa gente que cambiaba el régimen matando polis de veinte años.
Es entonces cuándo me dan ganas de quemar el Congreso y mandar a todos estos hijos de la gran puta a la mierda. Y por supuesto, señor Asens, ese agradecimiento a la primera línea usted, amigo, se lo puede meter por el culo. Porque si un ser como este viene a darme las gracias, lo que me sale del alma es darle un buen y merecido puñetazo en toda la puta jeta de miserable que tiene.