A la policía, y así debe ser, se le adjudica por ley, credibilidad a su palabra. Se le presupone a un agente de la autoridad honestidad para el ejercicio de su cargo y su palabra va a misa. Por ley. No por guapo. O por que le quede bien el uniforme. Se le considera intachable a no ser que se demuestre lo contrario. La carga se invierte. Es el otro el que ha de demostrar que el agente miente. Es como debe ser en un estado de derecho que funcione. En cuba o venezuela eso no sirve. En los países civilizados, mientras lo siguen siendo, las declaraciones policiales tienen valor probatorio. Más que las de los particulares. Y eso que también valen en algunos casos. Una mujer que identifique a un violador, o demuestra este que no lo ha sido, o se le puede caer el pelo con la mera acusación. Para podemos la palabra de una mujer es suficiente, la de un policía, no. Estos se creen que viven en la Europa del este comunista.
está bien juzgado y bien condenado. Lo de la demagogia de que no hay pruebas no vale en este caso. La declaración de un agente es una y muy válida. Que para podemos la policía sea corrupta y mienta a mi me la suda. Que se joda. Mientras no se demuestre lo contrario, y estoy aún esperando, el policía que denunció la agresión, y que difícilmente se equivocó de identificación, merece todo mi respeto, mi admiración y mi credibilidad a su profesionalidad y palabra.