Baia baia...
Estos hijos de puta se ven que son los "periodistas buenos que no crispan ni siembran odio"
Voy a hacer un NewSikander con el resto...
Llevan semanas trabajando a destajo, sin almacenar stock. Con sus empleados dedicando infinidad de horas extra. Sin tiempo apenas para terminar el aprendizaje (recordemos que llevaban unos pocos meses con esta producción) han conseguido llegar a más de 80.000 mascarillas diarias.
Todo ello iba directamente a hospitales y centros de salud desde que el virus llegó a España. Con un margen de beneficios mínimo. Sus trabajadores no se estaban dejando el alma por sacar más dinero, sino por echar un cable.
El domingo por la noche, decretado el estado de alarma, los llaman desde el Ministerio para avisar de que van a mandar una furgoneta que recoja todas las mascarillas que aún no hayan enviado. Ellos les dicen el número que tienen y aceptan colaborar en adelante lo que haga falta.
Cuando llega la furgoneta a la fábrica, se encuentran con que va acompañada de la Guardia Civil. Se supone que para ayudar con el traslado. Hacen la entrega prevista sin incidencias, y todos tan amigos.
Hasta que con el comunicado y la rueda de prensa, un intento de la Guardia Civil de colgarse una medallita cambia de pronto la historia. Unas pocas palabras mal escogidas, y el trabajo incansable de semanas queda reducido a carnaza de sensacionalismo.
¿La moraleja? Que cada uno cumpla su responsabilidad antes de exigirla a los demás. Quienes comunican una crisis como esta tienen la suya, y muy importante. En este caso, aunque sea por una simple cuestión de respeto a gente que, a diferencia de ellos, ha hecho bien su trabajo.
No hay evento ni lugar en la que no demuestren su incompetencia.