Sobre la campaña del Ministerio de Igualdad, todo el mundo se ha quedado mirando el dedo y parece que la luna les ha pasado por encima. La parte más obvia y explícita del anuncio, es la que ha copado los debates. El señalamiento de personajes públicos por parte de un Ministerio, aunque obsceno, no es el objetivo de la campaña, solo el medio. El objetivo es el señalamiento de TODOS los hombres.
La tesis del anuncio se expresa al final con voz en off;
"una de cada dos mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida, si ni tú ni yo hemos sido, entonces quién?". De donde sale el dato de "una de cada dos mujeres..."? Como interpretamos lo que esta gente entiende por "violencia machista", cuando han sido ellos desde hace años, los encargados de redefinir esos conceptos para jugar a su antojo con ellos? Hoy, la violencia machista la sufre tanto una mujer asesinada por su pareja, como una ministra insultada por sus cagadas legislativas. Con ese criterio, lo raro sería que la cifra no fuese "dos de cada dos mujeres...". La primera premisa por tanto, es falsa por intoxicada.
Una víctima no puede existir sin un victimario. Si la estadística, cocinada por ellos, dice que el 50% de las mujeres ha sufrido violencia machista (es decir, ocasionada por la otra parte), deducimos que el 50% de los hombres son culpables? Si yo no he sido ni tú tampoco, uno de los dos miente. Probablemente el que mienta, sea el de derechas. El otro 50% de hombres no culpables (o que abrazaron la culpa hace tiempo y ya han sido comulgados), son los que entregan su voluntad a la izquierda. Al final, todos estos discursos solo utilizan una cortina de humo para aprovisionarse de munición contra el adversario político. Streamers, programas de televisión, aficiones de fútbol, la educación en un Colegio Mayor... como puntas de lanza de un mundo hostil para las mujeres (aunque ellas se nieguen a verlo), y unos hombres que tenemos el machismo tan interiorizado que nos resistimos a aceptar nuestra culpa. Y eso es lo que han hecho los señalados por la campaña; resistirse. Y como dicen aquí en El País, las justificaciones de los afectados refuerzan la tesis. Si reconoces el pecado, eres culpable. Si no aceptas el dogma, solo eres un machista que se niega a cambiar por el bien de ellas. Porque mira, mis datos lo dicen, "una de cada dos". Es un discurso elaborado para que no puedas ganar, hagas lo que hagas.
Una campaña que trata de provocar dolor en las mujeres por agresiones que no han sufrido, al tiempo que insta a los hombres a responsabilizarse por actos que no han cometido. El feminismo ya no trata de proteger a las víctimas, las crea. Con nuestro dinero.