Respuesta: El hilo de MTB/BTT
Bueno... os creíais que os íbais a librar este finde, ¿ehhhhh?
¡Pues no! Toca un nuevo episodrio de...
LAS CRÓNICAS DE MANU. EL MUNTAIN BAIC Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
Este Domingo salí de tranqui. Manué (me dije a mi mismo), si hay que hacer el ridículo, se hace. Pero hacerlo por hacerlo... es tontería. Date un paseíto por el campo, y ya está hombre...
Así que dicho y hecho. Cogí el tren a las siete de la mañana (después de que un simpático y dicharachero barrendero se acordara grácil y graciosamente de la madre que me parió por llevar auriculares y no verme aproximarme a toda pastilla mientras bailaba la lambada o algo parecido). Cerquita, hasta Puerto Real, dispuesto a entrar en contacto con la naturaleza y poco más. A las once, en casa. O antes. Que le den a todos. Si total, ya he asumido que soy un mierda, ahora vamos a corroborarlo y a rendirnos plenamente conscientes de nuestro fracaso. A cascarla.
Si, ya sé que lo del barrendero no cuadra con mi idea de partida, pero es que ver una calle empedrada absolutamente solitaria y extensa me pudo. Pena de cruces, coño, tendrían que cerrarlos de noche...
Antes de seguir, aclaremos una cosa: ESTA VEZ NO ME HE CAÍDO. Si, ya sé que resulta difícil de creer, pero es así. Es más, me he descubierto atravesando sitios impensables para mi hace tres semanas. Al final, va a resultar que estoy cogiendo técnica y todo. Pero bueno, incidentes hubo. Al fin y al cabo... soy yo. Que sería de una salida mía sin incidentes...
Bueno, pues allá que te va Manuel, a paso suave. Por que, hablando de suavidad, es que hasta pasé ya de todo y puse a mi sillín "Team Edition" de carbono, kevlar y titanio, una puta funda de gel de medio kilo que compré para mi mujer. ¡Si, que pasa! Soy un mariquita, lo tengo asumido. Pero mi culo lo agradece. Joder, releyendo esto ahora, queda un poco raro, pero... Bueno, vosotros me habéis entendido, ¿no?
Vale, pues pallá que voy con mi sillín forrado de gel, mi platanito y mi bocata jamón en la mochila, y tres litros de Aquarius de naranja (a Dios pongo por testigo que no volveré a pasar sed). Y mi cámara de repuesto (gracias a Dios), mi cajita de parches, mi bombillo (descanse en paz), y mi parafernalia. Y mis gafitas Oakley, que esta vez no se me olvidan. Tralaralarita, pedaleando me alejo de mi casitaaaaa...
Ok, pues hoy parece que voy bien, si no fuera por este dolor de rodilla y muslamen, joder... Secuelas de la VERY BIG OSTIA del otro día. Ayer me lo decía mi mujer:
"Manuel, que ese moratón tiene mala pintaaaa... ¿Por qué no te quedas en casa?". Pues no. El caso es que si levanto la pierna lateralmente, acostado de lado, veo las estrellas. Todas las del firmamento. Como si me pincharan con agujas de hacer calceta. Pero como no es un movimiento que practique mucho en bici... pues arreando.
Y efectivamente... me arreó. Hubo un momento en que paré de pedalear por que me notaba "raro". pero descubrí que al enfriarme, me dolía aún más. Así que decidí tirar "un poquito". Exclusivamente por motivos médicos, que conste.
Y (oh, ah, uh), descubro que paso a todo el mundo. Probablemente hubiera una convención de globeros en esos pinares, pero oye... la media de 25-30 km/h la llevaba... Y cada vez me dolía menos, y estaba total y absolutamente entero. Hasta me atrevía con repechos metiendo pedales a cascoporro, y los subía a unos respetables 15-18 km/h. Sorprendente (para mi, claro).
Así que llegué al cruce de cañadas. En ese punto, decides si te das la vuelta y así haces tus 30 kilometritos (a lo que iba), si sigues para Medina (lo que hice la semana pasada), subes hacia la laguna del Taraje, o... Ostias, este camino no lo he tomado nunca. Pero si exploro... Dios sabe donde y como acabaré.
A la mierda mis propósitos de mesura. A toda pastilla por el nuevo camino. A ver cuando reviento, o me revienta la musculatura de la pierna y tienen que venir a por mi.
Pero... acojonante. Me encontraba de maravilla (ya veremos la próxima salida). Y el camino se prestaba a ir rapidito (poquisima pendiente positiva, si es que la había), y era muy divertido. Disfrutaba. Pronto me percaté de que iba en dirección a Chiclana. Bien.
De pronto, me entra hambre. Y veo unas higueras. Vaya, voy a probar uno. Así que me arrimo con la bici a la valla (si, estaban detrás de una valla, pero las ramas salían por fuera, ¿qué pasa?). Cojo uno, y... ¡Ostias, que rico! ¡Esto está de muerte! Uno. Dos. Tres. Cuatro. Coñi, esto lo tiene que probar my family. Saco la bolsa y empiezo a coger un muestrario (en el Camelback no me caben más de seis o siete, así que...). A lo lejos, a lo lejos, un labriego con un baston se acerca lentamente, como paseando. Me mira. Le miro. Se cambia de lado y se pone del mío. Vaya. Ya sería casualidad que sea el dueño de la finca, ¿no? Anda ya, fantasioso. Me vuelve a mirar. Disimula. Disimulo. Bah, con ese bastón no puede ir muy rápido. Me agacho para cerrar la mochila. está lejos aún. Pero cuando levanto la vista, está a quince metros escasos. Joder, no ha podido recorrer esa distancia tan pronto apoyado en el bastón. Me quedo mirándole. Me mira. Y... levanta el bastón y sale corriendo pa mi. ¡Ostias! Sé que en estas situaciones impera el diálogo, pero... se me da mal dialogar con los bastones de roble. Así que pego un salto que ni el Hermida en la salida de una prueba, me monto en la bici, y salgo de allí con plato grande y piñón chico, quemando rueda y dejando al labriego en medio de una nube de polvo y tierra que ríete tu...
Algo me decía, pero no conseguí entenderlo.
Eso si, los higos estaban de puta madre. Ya he planificado otra salida para recoger más...
Bueno, pues seguí. Ritmo estupendo. En un rincón me encontré algo que no esperaba: el único pilar vivo que queda del acueducto romano que abastecía Cádiz hace veintipico siglos... totalmente abandonado en medio de un campo de labranza, lleno de matojos y hasta una pequeña higuera desgarrándolo con sus raices (vaya ironía).
Si no fuera por un cartel informativo, hubiera pensado que era un montón de piedras sin valor. Esto lo encuentran en Inglaterra, y montan un centro turístico y cobran por verlo. Y lo que es mas triste... iríamos a verlo.
Bueno, seguí hasta Chiclana y aquí decidí ya regresar. Como me veía muy bien (el primer sorprendido era yo), y sospechando que había hecho el trayecto cuesta abajo, decidí hacerlo cuesta arriba para certificar que sigo siendo un mierda y no creémelo. Pero oye... también fenomenal. Así que decidí volver en bici en lugar de tren. Hasta que me cansara. Cosa que no sucedió, sorprendentemente.
A medio camino, me encuentro a un tipo con la bici ruedas arriba. Obviamente, me paro de inmediato y le pregunto si necesita algo. Me da las gracias, su bombín ha muerto. Llevo yo el mío, menos mal... Le echo un cable, hinchamos la rueda, y al menos puede seguir (tenía reventada la cubierta). A ver si llega a casa. Anoto en mi lista de cosas a llevar cinta americana y presillas de plástico. Porsiaca.
Cuando guardo el bombín, veo que tiene unas grietas. Normal, tiene ya un porrón de años. Pero bueno, ha funcionado.
Al llegar a San Fernando, pensé que estaría bien darme una vuelta por mi antiguo barrio. Mi padre era científico de la Armada, y vivimos unos años en unos pisos militares, así que... para allá que fuí. El Hospital de Marina (donde nací), el Panteón de Marinos Ilustres, mi antiguo colegio... Que recuerdos. Pero todo estaba muy, muy cambiado. Y vi una carretera desconocida. Con una cadena cerrándola, pero nada que no pudieras sortear. Me metí, obviamente. Tirá palante, pero había un punto en que se terminaba en una verja. Fui a dar la vuelta, y noté algo raro... La rueda trasera, totalmente deshinchada. Ops.
La miro bien y... un tornillo autoroscante hasta el fondo. Cáscaras. Bueno, como tengo tiempo y aquí hay sombrita, aunque traigo cámara de repuesto, intentaré poner un parche a ver si me acuerdo. Pos nada, allá que vamos.
Media hora más tarde, y dos parches desperdiciados, el parche está en su sitio. En esto, veo que un soldado asoma la cabeza a lo lejos. Lo miro, y se esconde. ¿A qué jugará este? Bueno, sigo a lo mío.
Inflo un poco la cámara, parece estar bien, la monto, e intento inflar de nuevo. Que coño... me sale el aire por todas partes cuando intento dar presión. Las puñeteras grietas de antes. Se sale el aire. Joder, joder, joder... He salvado el pescuezo a uno, y me lo he retorcido yo. Pero hay que ayudar a los compañeros de fatigas, que narices... A estas miro, y el soldado asomado otra vez. Me ve, y esconde la cabeza cual tortuga. Empiezo a mosquearme.
Me dedico a poner parches... al bombín. Tras media horita más, lo dejo "niquelao". Da vergüenza ajena, pero al menos ya infla. Ahora lo que se vacía es la cámara. Me habré dejado algún boquete más. A la mierda, le pongo la cámara. Otra vez a desmontar. Oigo un coche acercarse despacio... ¿Eing? Ni miro, sigo a lo mío. Lo oigo cerca, muy cerca... está como dando la vuelta a mi lado. Se para. Vale, a ver que quieren. Me giro... y sale a toda pastilla. Cagonelcopón. Ahora si que empiezo a mosquearme. ¿Pero qué es este sitio? Toca vuelta de reconocimiento. El soldado, otra vez asomao. Al frente, lo que parece una típica salina. Nada destacable. A mi derecha, un edificio medio en ruinas. Anda, tiene un cartel. "Campo de tiro con fusil". Y unas dianas más allá bajo un terraplén. La leche, un campo de tiro abandonado. Que cosas. Y detrás de terraplén, un puente antiguo. Joder, es precioso. Y no lo había visto nunca viviendo a pocos cientos de metros de aquí. Claro, es que está en zona milit... ¡Ostias! ¡La revelación! ¡Estoy en zona militar, joder! ¡Por eso me miran! ¡Un tipo se cuela en zona militar, y se tira una hora haciendo no se sabe muy bien qué! ¡Conioooooooooooo...! A poner la cubierta a toda pastilla.
A todo esto, ya no es un soldado el que mira. Veo al menos cuatro. En la cabecera del camino. Con metralletas (lo juro). Empiezan a avanzar lentamente. Veo que se separan. Dos por el centro, uno a cada lado. Por si se me ocurre salir por piernas, imagino. Joder, joder, joder...
LLegan a mi posición (delta, tango, foxtrot), y el más mayor (imagino que el oficial al mando), me saluda mientras los otros me rodean.
Buenas tardes, caballero. ¿Algún problema?. Pupupupupueeeeesssssss crecrecrecreoooo quequequeeee noooooo, pepepepepeperoooooo gragragraciaasssss, un pipipipinchachachazozozozozoooooo...
Veníamos a ver si necesitaba algo, como le hemos visto apurado... Si quiere podemos buscar alguna cámara, o lo que sea... Si quiere beber algo fresco, podemos traérselo...
Para que luego digan. Majísimos. Metralletas aparte.
El resto, de camino, un paseo agradable pero a muy buen ritmo. Por que no estaba cansado. Pero nada. Otros días he llegado a casa absolutamente destrozado y tengo que echarme una siesta. Ayer, podía perfectamente haberme hecho otra ruta igual. Y eso que saqué unos muy dignos 60 kilómetros al final.
Así que vaya... al final se nota. Me queda mucho, pero al menos ves que el esfuerzo se compensa.
Documentación gráfica
Pilar del acueducto Tempul-Cádiz
Puente del Marqués de Ureña (San Fernando), en el campo de tiro
Manu1oo1