Vamos allá.
CON SPOILERS (no leer sino se ha visto la peli aún, gracias).
(
The Lone Ranger, Gore Verbinski, 2013)
Los excesos se pagan
Puedo llegar a entender (incluso yo lo haría de estar en esa situación) que se vuelva a intentar conseguir las mieles de un éxito descomunal siguiendo los parámetros anteriores. Verbinski, Bruckheimer, Depp y Disney han intentado conseguir lo que ya hicieron con los piratas del Caribe. En este caso, basándose en un icono cultural como "El llanero solitario", uno de los héroes clásicos por antonomasia tanto de la radio como después de la televisión. Pero no por contar con el mismo equipo significa que automáticamente vayamos a concebir lo mismo ni el resultado vaya a ser equiparable a aquel cuando ni por asomo.
Para empezar la película es excesivamente larga, muy larga. Dos horas y media dan para mucho y aquí no dan para tanto. Un tagline extremadamente engañoso ("Aventuras en busca y captura") hacen creer al respetable que esto va a ser un asedio de infinitas posibilidades y mayores audacias, más aún cuando estamos enfrascados en el salvaje oeste. Pero mira tu por donde que aquí lo único que mantiene la semejanza con lo que podríamos llamar aventuras de ayer y de hoy es unas cabriolas alucinantes donde se demuestra el dinero empleado y todas en el mismo emplazamiento: persecuciones alocadas en trenes a todo trapo que no tienen freno y juegan con la audacia de los héroes gallardos, aguerridos y carentes de cobardía.
Pero la pena es que tan sólo ocupan, a lo sumo, 30-40 minutos y encima distanciados muchísimo entre sí, pues ocupan, precisamente, el principio y el final. Mientras tanto el aburrimiento en grado sumo se apodera de la película y de un servidor que de nada sirve todo lo que le cuentan si lo hacen de una forma tan automática, mecánica, carente de incentivo y sin la mayor diversión (más aún cuando el producto está predispuesto). Podemos añadirle la fatídica elección de dejar a un lado el guión en pos de lo visual, un libreto que grita a pleno pulmón varias revisiones y ante todo varios perfilados pues aquí sobra tiempo y faltan ideas, sobran historias y falta ritmo. Y eso, en un producto como "El llanero solitario" es matar la gallina de los huevos de oro, en este caso, nuevas entregas para deparar una franquicia en ciernes.
Sigamos. Otro de los mayores errores con los que cuenta la película es la falta completa de tono y la falta de enfoque. Como comedia se queda en terreno de nadie y como película seria se queda en terreno pantanoso pues se toma demasiado en serio a sí misma cuando no hacía falta y calzan una trascendencia demasiado obtusa, demasiado confusa como para poder saber qué intentan decirme realmente. Además, Verbinski ha creído oportuno volver a darle una locura enajenada por momentos que aún no resultando fallida e incluso puede verse como algo supuestamente interesante rompe por completo el tono (¿conejos psicópatas - caballos imposibles - escorpiones que no pican - alimentar un pájaro muerto como chascarrillo ad eternum? ¿qué es esto?). Porque por momentos tuve la sensación de que esto era Rango trasladado a la imagen real y si ya en animación chocaba y no resultaba fácil acomodarse a ella podemos imaginarnos cuanto más en esta entrega.
Pero es el no saber qué me quieren contar, qué quieren hacer con el producto, qué quieren conseguir. Como western se queda flojo pero como espectáculo circense se queda en agua de borrajas, no hay medida ni contemplaciones. Añadámosle una crudeza imposible en algunos pasajes (matanzas indiscriminadas, canibalismo en todas sus posibilidades, arrancamientos de cabellera sin venir a cuento o supuestas y posibles torturas a una mujer que está bajo los dominios de uno de los esbirros entre otras más lindezas) hacen que "El llanero solitario" sea un riesgo innecesario por un lado y una auténtica tontería por otro.
Por último pero no menos importante es la auténtica falta de empatía con los personajes. Es muy triste que el protagonista de la función debería ser el aguerrido héroe del título cuando éste no cuenta con ninguna mítica a sus espaldas y más aún le falta mucho camino para convertirse en un héroe de acción y aventuras (a la antigua usanza). Seguimos con que Toro (Tonto para los americanos) es quien domina y sirve como hilo narrativo pero Depp sigue en sus trece de convertir sus personajes más "ilustres" en una calcomanía sin novedad de todo lo que deparó su Jack Sparrow. Aquí su personaje es una caja de muecas, mohines, gesticulaciones histriónicas y ausencia de presencia que no consiguen hacer de su indio un personaje interesante sino un completo y constante deja-vu, que a su vez eclipsa al protagonista y acaba convirtiéndose en una lucha de presencias que queda en terreno de nadie. Tan sólo el villano de cicatriz marcada, presencia siniestra y gustos más dignos de Hannibal Lecter es el que consigue suscitar cierto interés (sin llegar a marcar).
Un fuego de artificio más que frustrado que es imposible pueda contentar a nadie. No hay término medio, no hay medida para controlar un derroche de billetes verdes a fondo perdido que cuenta con una historia aburrida, típica, carente de estímulo y cuyo montaje, a pesar de contar con algún acierto puntual, no consigue salir a flote y si lo hace es más por la cantidad (ingente) de incongruencias y por salidas de madre que por sus ínfimos aciertos más allá de que sólo funciona en su pirotecnia salvaje (todo el número final que a pesar de llegar muy tarde logra su objetivo dentro de sus límites). Una película que no sirve ni como presentación de iconografía y cuya frase mítica está metida con calzador y el leiv motiv atemporal suena extraño en su empleo. Disney debería pensárselo muy bien a la hora de dar el pistoletazo y el número de cuenta corriente. Casos como este demuestran que no por mucho éxito a toro pasado vayan a conseguirlos una vez más. Aquí no se trata de dinero invertido sino de papel escrito y en esto se nota que inversiones las mínimas.