Los guiones de las secuelas son un absoluto sindiós que improvisaban entre tomas mientras Disney firmaba cheques a diez manos, por culpa de eso (o gracias a eso) Verbinski dijo "fuck this" metiendo duelos en norias rodantes, barcos en desiertos oníricos que se mueven con cangrejos, carreras de péndulos enormes por acantilados, negras gigantes hechas de crustáceos, batallas navales en torbellinos gigantes, barcos que dan la vuelta sobre sí mismos y otras chorradas maravillosas. El baile de personajes, alianzas, traiciones y resurrecciones en la tercera parte es de no creérselo.