Hemos llegado a la página número 100, inmejorablemente inaugurada por nuestro hermano
@sikander Nunca pensé que llegaríamos hasta aquí. La edad, los compromisos y las cosas de la vida, me han ido quitando tiempo para hacer de este post lo que quería. Algún día, quizás, cristalizará todo en ese maravilloso libro que nunca me atrevo del todo a plantear... ¡Falta tanto por hablar! Aún no hemos revisado el cine de acción ochentero, ni muchas italianadas (Jaimito, Bud Spencer y Terence Hill, Karate Kimura, y tantas otras).
Tengo 3 post empezados para este Megapost. Uno, el próximo Megapost veraniego, donde, desde hace años, vengo reseñando 5 películas ochenteras de temática veraniega. O vagamente veraniega, porque cada año resulta un poco más difícil seleccionar 5 títulos variados, pero para este 2022, creo que no defraudará. Lo publicaré en julio.
Tengo también pendiente un megapost sobre ciencia ficción... probablemente tendré que dividirlo en varios, con cintas como Runaway (estimadísima por mí, con Tom Selleck en la cima de su carrera), Exploradores, El imperio contraataca y El retorno del jedi, El vuelo del navegante, Atmósfera cero, Aliens, Cortocircuito y secuela, 2010, Rescate en NY, Perseguido... no veo el día en que estará acabado.
Y tengo, por último, más en mente que escrito, un megapost sobre la saga Amityville, más a largo plazo, pues tendría que revisarlas todas, ya que no las tengo muy vistas. Además quiero aprovechar para leerme el libro de Jay Anson, que compré no hace más de un par de años. Hoy está más o menos claro que fue todo un timo, pero lo quiero leer con todo.
Pero eso queda en el futuro. Hoy, por celebrar esas 100 páginas de orgía ochentera, quiero contar una historia de videoclub. Será, además, la PENÚLTIMA historia de videoclub que puedo contar, pues se me agotan las vivencias. ¡Si hubiera nacido 10 años antes! Con más tiempo, dinero y autonomía para vivir aquello... probablemente, entonces, no habría sentido el mismo amor por aquellos antros. Mejor que me quede como estoy.
El videoclub Murillo debía su nombre, en un alarde de originalidad e inventiva, a la calle donde se localizaba: calle Murillo, nº 20. Lo conocí allá por 1989, quizás 1990. Yo tendría entonces, unos 10 años, y aunque era un videoclub pequeño, de poco stock y dueños no demasiado cinéfilos, le tengo cariño por cómo lo descubrí.
Fue una tarde de sábado, un invierno. Mi hermano y yo planeábamos ir a jugar un partido de fútbol al solar que había a espaldas de casa, cuando mis padres se despertaran de la siesta. Solar donde ahora hay un parking, pero bueno, la vida. Pues no pudo ser. Se puso a DILUVIAR, con mayúsculas, y se jodió el plan. Mi madre estaba en aquel entonces, embarazada otra vez, y para que no diéramos en exceso el coñazo toda la tarde encerrados en casa, mi padre propuso llevarnos al videoclub.
A un videoclub que no conocíamos, dijo.
No creo que pueda expresar lo que ello significa, explicárselo a alguien que no conociera ese submundo. Conocer un videoclub
nuevo era una pasada. Yo, lo primero que hacía, era intentar adivinar la edad del videoclub, buscando las pelis más viejas. Luego, iba mirando si tenían mis favoritas... por aquella época, Noche de miedo, el King Kong setentero, los Bond de Moore, Greystoke, Indiana Jones, Muñeco diabólico, etc. Y luego ya, a hacerse socio y a curiosear.
Nunca le pregunté a mi padre cómo había descubierto ese videoclub. Allá que fuimos, simplemente. Estaba abierto. Lo llevaba una mujer joven, no más de 30 años, no demasiado simpática ni nada cinéfila. Se notaba que estaba allí para ganarse la vida con algo que no le gusta. Dios da pan a quien no tiene dientes... y dientes a quien no tiene papilas gustativas, al parecer.
El videoclub era
muy pequeño. Un cuadradito con estanterías, una estantería "recóndita" que al principio tenía porno, luego quitaron la sección porno incluso, fijaros si era pequeño. El mostrador, a la derecha desde la puerta y ya está. Pero no fiaros de mi palabra. Os he hecho un mapa... una verdadera mierda de mapa. Con el Paint:
Era un videoclub "nuevo" y se notaba. Llevaría muy poco abierto, y no tenía mucho en "películas antiguas" aunque algo había. Recuerdo que mi padre se pilló una que estaba en el estante de NOVEDADES (que era el que quedaba justo frente a la puerta, detrás estaba la estantería rinconera con porno) "Escuela de jóvenes rebeldes". Mi hermano y yo pillamos "Krull". Cine de calidad, desde siempre.
No estaba cerca de mi casa, precisamente, el Murillo. Pasé bastante tiempo sin ir. La siguiente vez, fue una tarde que pasamos con mis tíos. Recuerdo que fuimos a una heladería que quedaba cerca, y luego sugerí ir al videoclub. Allí había un cambio fundamental: en la estantería "rinconera" no había porno, sino películas que habían puesto a la venta por 500 pesetas cada una. Películas "de videoclub" usadas, no de venta directa.
Recibí confirmación de mis tíos de que me compraban una. Pronto estuve eligiendo entre 2: la edición de videoclub de "Cazafantasmas" y la de "Viernes 13: Último capítulo", la 4ª parte de la saga. Me quitaron la decisión de las manos, porque se negaron a comprarme esta última. No importó que yo les dijera que ya tenía la 5ª parte en VHS comprada de videoclub (era cierto) ni que a mi me dejaban ver esas cosas. Así perdí para siempre hacerme con una copia genuina de una película cuyo precio hoy en el mercado de segunda mano, roza lo absurdo.
También gané, claro:
Y SÍ, fui incapaz de quitarle la pegatina. ¿Sabéis qué? Jamás lo haré.
Recuerdo que esa misma tarde en mi casa, la vi con mis primos en el vídeo PHILIPS que teníamos entonces. Y desde entonces, soportó sucesivos visionados. Por cierto, se conserva fenomenal, la digitalicé hace un par de años y menuda copia que me salió, lástima de formato amputado, que si no tiro el DVD.
Continué yendo al Murillo con una regularidad más bien mediocre, dado que no solo estaba lejos sino que era más pequeño y con menos oferta que otros videoclubs que me quedaban más cerca. Con el paso de los años fui de vez en cuando, ahí alquilé, todavía llevado por mi padre, "Capitán Ron" una comedia con Kurt Russell y Martin Short que aún hoy me es irresistible, aunque está muy olvidada. También alquilé secuelas varias de "Muñeco diabólico" (la 2 y la 3, porque la 1 no la tuvieron nunca), "Indiana Jones y el templo maldito", "Nuestros maravillosos aliados", "La pandilla basura", "El guardián de las palabras"...
Por cierto, las películas de C&C Vídeo traían, solían traer, dentro de la carátula, un folleto con novedades. Una tarde, abriendo varias carátulas para verlos, el ruido repetitivo y sin sentido alertó a la no demasiado motivada dueña del lugar, que me soltó "Deja de abrir las carátulas, hombre, que no hay nada dentro, las cintas las tengo yo en el mostrador". Como mis actos tenían sentido (para mí) intenté explicarle que no me interesaban para nada las cintas, y que dentro de algunas carátulas SÍ había algo... pero ni me escuchó. No estaría interesada en mis polémicas.
Pasaron los años, y siendo yo ya un adolescente con autonomía (gracias a la bici) y algo más (no mucho) de poder adquisitivo, empecé a ir a todos los videoclubs de mi ciudad. De hecho mis sábados por la mañana, saliendo a buscar videoclubs por cada rincón,
dan para post, y quizás algún día, caiga.
Sí, el carnet de socio ha sobrevivido, y lo llevo en la cartera
Con los 90 cada vez más avanzados, empezaron a traer películas VHS de venta directa, que exponían en el escaparate. La primera de venta directa que compré en el videoclub Murillo fue una peli familiar navideña que se llamaba "Todo lo que quiero para navidad". No puedo mostrárosla, porque anda en un envase en casa de mis padres. La segunda, "Entre pillos anda el juego" que por cierto, la tiré en una limpieza general, ahora me arrepiento, y la tercera... ah, la tercera.
Pasé bastante por el escaparate, donde la contemplaba con deseo. FOX, dentro de su línea "grandes del cine" había sacado la trilogía de "La profecía". Yo tenía ya las dos primeras, y un buen día, en el escaparate del Murillo apareció, precisamente, la que me faltaba, "El final de Damien". Envuelta en su precinto transparente, me provocaba desde el cristal para que la comprara. 2.000 pesetas.
Tardé un tiempo en reunir el dinero. Y cuando finalmente la compro, yendo por la calle, aún a la vista del videoclub, la desprecinto y... y... ¡¡¡
es BETA!!!
Quedé desconsolado. Volví para ver si me la podían cambiar por versión en VHS, pero fue que no, no era posible. Al final, me devolvieron el dinero.
En esa segunda época de ir yo ya al videoclub solo, alquilé bastantes pelis, también. "Scanners II", malísima, "El príncipe de Zamunda", vi por primera vez "El padrino" 1 y 2, "Mortal zombie" de Yuzna, el remake de "Piraña" con William Katt, "Phantasma 3" (que compré). En aquella época yo ya era un enamorado de John Carpenter, mi director de cine favorito, y en el Murillo alquile y vi por primera vez "Body Bags", "Están vivos" (que compré) y "Memorias de un hombre invisible" (vaya, sí, también, la compré). En aquella época aún no había DVD, hablamos de 1996-97, pero ya te vendían las películas de vídeo más antiguas, aunque no recuerdo exactamente el precio.
Con la llegada del DVD, los VHS se vieron relegados a una esquinita, junto al mostrador, todos en venta por cuatro chavos, pero no quedaba nada remotamente interesante, mucha noventada, rollo Niño rico (aquella de Macauly Culkin), Scream y primeras secuelas, ese tipo de cosas. Dejé de ir. El videoclub, sin VHS, siempre me ha resultado como perder un brazo o una pierna: sabes que algo falta.
Sí que me quedé con la espinita de no comprar aquella copia de "Capitán Ron" que alquilé de niño, y que estuvo en el panel de venta hasta que el Murillo cerró, pero siempre la dejaba para "cogerla otro día". Ese día no llegó.
Mis otras cintas compradas del Murillo
La última vez que pasé debió ser en el año 2002, 2003 o no mucho más lejos que ese año, iba paseando con un amigo y al pasar lo vi aún abierto, incluso me asomé al escaparate, pero no entré. Estaba vacío. El videoclub no era ya negocio, aquello estaba en extinción.
Y ya después... cerrado.
Durante mi investigación en diarios locales sobre videoclubs para estos tochos infumables, encontré DOS recortes que probaban la existencia del videoclub Murillo.
El segundo, anunciando su traspaso allá por 2003. Sé que tardaron en cerrar, porque se cerró más tarde de 2003, aunque la fecha exacta, la desconozco.
¿Qué fue del videoclub Murillo?
Permaneció cerrado muchos años. El local chapado, con las persianas metálicas echadas y con pintadas varias de bandas urbanas; en el toldo (enrollado) podía leerse "Videoclub Murillo 20" y estuve tentado de pasar algún día con unas tijeras, y llevarme el trozo del toldo donde estaba el nombre del videoclub, al menos. No lo hice.
Hasta 2013, según he podido saber, por el archivo fotográfico de Google Street View, el local estuvo vacío. Pasaba por allí de cuando en cuando, durante mis peregrinajes de visita a videoclubs para ver cuales vivían y cuales habían cascado. Ahora, desde ya hace años, hay una lavandería auto-servicio ocupando su lugar. Una vez entré, me paseé por allí sin saber que cara poner, y me saqué luego una chocolatina Crunch de la máquina expendedora. Es curioso "estar" en un sitio y no "estar" al mismo tiempo, porque ese mismo espacio lo conoces de otra forma...
El Murillo no fue uno de los grandes videoclubs de mi vida, pero sí uno al que le tengo cariño, por recordar con nostalgia aquella tarde de lluvia en que lo conocí fortuitamente, o aquella otra tarde en que me hice con "Cazafantasmas", mis cazas de "Johncarpenteradas", el Capitán Ron... era un videoclub pequeño, con muy poco material "antiguo" y pronto especializado en vender películas de venta directa, pero le eché cariño.
ANEXO I: Otros videoclubs, otros mundos
Sigo buscando pruebas tangibles de la existencia de los videoclubs "Torres" y "Cinema". Y mataría por una foto del videoclub "Amigos". No he encontrado rastro alguno en diarios locales, que ya queda poquito por registrar. Tampoco tengo mucho del "Súper V", me molaría una foto. No obstante, en mis peregrinaciones internetiles he encontrado DOS nuevos (es un decir) rastros:
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El Videoclub Trébol: Tengo DOS películas VHS compradas del videoclub Trébol. Una "Juguete mortal", aquella peli con John Lightgow en la que un chaval robaba un dispositivo nuclear y la liaba parda, casi más que Putin. Otra, "Mad Max 2". En mis investigaciones, CASI paso por alto esta prueba gráfica, de tan sutil y avejentada que está. Cortesía de Google earth:
Léase ese "VIDEOCLUB", lo que parece el rastro de un antiguo rótulo, ¿neón? ya retirado, pero ahí queda la palabra, como testimonio. Ahí estaba (estuvo) el videoclub Trébol. A juzgar por las cajas de ¿cerveza? que asoman por ahí, me atrevo a sospechar que eso ya no es un videoclub. Igual me paso un día, y lo compruebo in situ.
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El videoclub San Francisco: Estaba ATPC de mi casa, por lo que iba poco, pero iba, era impepinable ir, porque era un videoclub antiquísimo repleto de joyas. Incluso ya a principios de siglo XXI, aún podía alquilar de sus estanterías cintas como "Killer Klowns" "El padrastro 1 y 2", "Muñeco diabólico", "El misterio de la dama blanca", "Pesadilla en Elm Street", "El ascensor"... desgraciadamente, NUNCA (incluso poco antes de cerrar) quisieron venderme una mísera película. Mira que se lo pedí veces. No sé que harían con ellas cuando cerraron. Cerró entre 2008 y 2009 (la foto que sigue es de 2008, la siguiente, de 2010, ya lo muestra chapado):
ANEXO II: El videoclub: ¿negocio que no fue?
Siempre había pensado que el ocaso de los videoclubs llegó a finales de los 90, con la aparición del DVD, la popularización de Internet, la tele digital, etc. Lo daba por hecho, que había sido así.
Sin embargo, leyendo las guías comerciales y revistas de mi ciudad, se desprende que NO fue así: el videoclub fue negocio en los 80. En los 80, en la guía comercial de mi ciudad, tenían
su propio apartado, "Videoclubs" con 7, 8 o 10 locales diferentes. A principios de los 90, DESAPARECE el epígrafe de videoclubs, a pesar de que, por supuesto, los seguía habiendo, y muchos. De hecho siguieron abriéndose videoclubs en mi ciudad incluso a principios del siglo XXI, el último, que yo sepa, abrió en 2006 y en la puerta de mi casa prácticamente.
Pero ya no se publicitaban. En los 80 había espacios publicitarios a toda página, luego pasaron a tener su propio apartado, luego empiezan a desaparecer los anuncios, luego, "Videoclub" desaparece de la guía comercial, allá por 1992 dejan de nombrarlos, como si no existieran ya. ¿Quizás estaba yo en un error de apreciación respecto a su importancia en los 90? ¿O simplemente, eran locales tan conocidos y cotidianos, que no valoraban pagar por publicitarse en medios de comunicación locales?