El Megapost de los 80: Repasando a Richard Franklin

que es padre de...

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Llevo vista la primera hora y media de 'In search of tomorrow ' y la verdad es que el documental está interesante, pero a nivel de estructura lo veo muy flojo, a veces hacen un tímido intento de hilar todo el tema de la scifi ochentera y su contexto antes y después de la década en cuestión, pero queda ahogado por esos mini making of de los títulos que se comentan. Lo mejor de todo es descubrir títulos que aún no había visto, a pesar de que uno creía haber visualizado todo lo relevante de aquella época, pero queda claro que, afortunadamente, siempre nos quedará algo en el tintero.

Con todo, se aprecia el esfuerzo por entrevistar a algunos de los participantes de aquellas películas, aunque siempre tiene uno la sensación de que tiran por aquellos con la agenda más libre y/o baratos de entrevistar. Lo malo es que seguramente algunos tienen anécdotas y opiniones que dan para media hora de entrevista mínimo, pero que por la lógica de meterlo todo en un único documental, quedan en apenas un repaso de 3 o 4 minutos. Ya podrían hacer una versión 'serie' del docu para meterlo todo ...

Un saludete.
 
Bueno, actualizo el Megapost con una pequeña review sobre una de esas películas con las que crecí, y a las que tengo cariño.

"Karate kimura 3" es la secuela directa de "Karate Kimura 2" aunque aquí deja de contar con la presencia del protagonista de las 2 primeras, el joven americano Anthony Scott, para centrarse en la andanzas de otro joven.

Bueno, todo lo que acabo de escribir en el párrafo anterior, es mentira :lol No es achacable a mí, sino a esa industria nunca suficientemente valorada ni estudiada: el mercado videográfico español. Así, a una película italiana, rodada por el mismo director, Fabrizio De Angelis, y mismo equipo que los 2 primeros Karate Kimura, titulada Il ragazzo delle mani d'acciaio (Karate Rock en los USA) en España la bautizaron, por sus cojones, como Karate Kimura 3. Así la conocimos y así la creímos, durante muchos años, secuela oficial de esta saga. Nos llegó directamente en vídeo de la mayo de Filmayer.

Y el caso es que hay una Karate Kimura 3 real, oficial (Il ragazzo dal kimono d'oro 3) pero que en España se estrenó en vídeo como... ¡Karate Kimura 4! Porque, supongo, no quisieron crear confusiones con esta secuela bastarda de la que nos ocupamos hoy. Así que la Karate Kimura 3 de verdad fue para nosotros, Karate Kimura 4, pero luego hablaremos de ella, que tiene miga y relación con lo que nos ocupa.

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La película nos presenta a un malhumorado policía, el sheriff Foster (el incombustible David Warbeck) que lleva a su hijo Kevin (Antonio Sabato Jr.) a vivir a Oregón, para ver si así se regenera. Y es que el joven Kevin nos es presentado como un "chico conflictivo". Incluso el padre desglosa sus fechorías ante un amigo, "destrozó mi furgoneta, anticonceptivos, alcohol, drogas y la hija embarazada del director de la escuela". La pesadilla de cualquier padre. Así que el sheriff lleva a Kevin a vivir con un amigo, Billy Evans, un policía retirado, por supuesto, asiático, experto en kárate.

Lo cierto es que Kevin nos es presentado como chico problemático porque nos lo dicen. Ni su pinta de niño bueno, ni la chaquetilla de lana blanca que suele llevar en buena parte de la película, ni su actitud, nos dan a entender que Kevin sea lo que consideramos (aquí o en la Italia de los 90) un chaval problemático, pero bueno, líos no le faltarán.

Kevin empieza en la escuela, hace algunos amigos y se lleva bien con su casero, pero se enemista rápidamente con Jeff, el cacique juvenil de la zona, y su banda. Jeff y los suyos son karatekas. Al contrario que en las anteriores pelis de Kimura, donde los adolescentes eran fanáticos del karate que lo vivían, Jeff y sus amigos son matoncetes de gimnasio sin conocimientos o habilidades especiales, y si pueden con Kevin es básicamente, porque dos o tres lo sujetan mientras Jeff le acaricia el lomo. Y es que una noche, Kevin comete la imprudencia de ligar con la novia de Jeff, la morena y explosiva Kim, y la saca a bailar. Compiten y ganan un trofeo de baile, el chaval se lleva incluso un morreo, pero cuando parecía que estábamos asistiendo al inicio de un idilio de película, aparecen Jeff y compañía, le parten la cara al chaval, y Kim se va con Jeff sin más discusión.

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A partir de ahí, se inicia una dinámica narrativa sencilla: Kevin y Jeff compiten en algo por demostrar a quien le huelen más fuerte las feromonas adolescentes, Kevin gana, ganándose de paso, cada vez más, a los chavales del insti y a su vecinita rubia, a la que él no le hace ni puto caso. Pero, por mucho que gane, luego llegan Jeff y compañía, y le revientan la cabeza. Por supuesto, nuestro héroe tiene un plan: ganar a Jeff en su campo, un torneo de karate. Para ello le pide al anciano Billy que le entrene, a lo que este en principio, se niega. Y es que todo maestro de artes marciales tiene un pasado: Billy estaba orgulloso de su karate, pero una noche, sorprendió en sus laborales como policía a un ladrón, y lo mató valiéndose de un golpe de karate. Desde entonces colgó el cinturón, y juró no volver a practicar, ni por supuesto a enseñar, tan noble arte.

Así, la película se va desarrollando con otros retos, como recorrer en una carrera de coches un túnel oscuro donde se supone que todos los que han intentado competir, se han matado o se han quedado para el desguace. Es decir, hasta que Kevin es injustamente acusado de un destrozo que en realidad ha provocado jeff, y el sheriff amenaza con llevarse a su hijo de allí. Billy, entonces, accede a entrenarle.

Kevin reta a Jeff públicamente, y le dice que el premio para quien gane será Kim. Nadie parece demasiado molesto por tal aliciente, ni la propia interesada al verse como premio de una liguilla de karate juvenil, ni el propio Jeff, que le parte la cara a Kevin por mirar mal, pero no le dice ni mu cuando este le sugiere jugarse a su novia en un combate. ¡Como se nota que aún eran los 90!

El entrenamiento de Kevin dura 2 putos días, un fin de semana. Nada. Pero nos lo ponen al son de música electrónica pseudo-noventera, y con insertos en los que se ve a Jeff bailoteando en la pista de la disco con Kim, en lo que, supongo, es un nada sutil intento de mostrarnos una refabulación del cuento de la cigarra y la hormiga: mientras Kevin está sudando la camiseta y aprendiendo movimientos de karate, Jeff está de picos pardos con la novia. Y todo el mundo sabe que vaciar los huevos antes de una prueba deportiva no es aconsejable, joder, ¿es que Jeff no ha visto "Yo hice a Roque III"?

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Además del entrenamiento, Kevin es sometido (durante 2 días, recordémoslo) a una "estricta dieta" que siguió un campeón de karate del siglo XVIII: soja cuajada, arroz marrón, brotes de soja, aceite de tiburón, coles, tallos de bambú y leche de cabra. Tomad nota, que las calles se están poniendo muy duras.

Llega el momento del combate (¡que nervios!). Yo siempre pensé que peleaban en la discoteca (porque así aparecía en la carátula de VHS de la película) pero no.

Toda la ciudad está ahí, para aclamar al vencedor y condenar al ostracismo social a quien resulte perdedor. La cosa está igualada, ambos se reparten unas cuantas hostias, con continuos insertos de la preocupación de la vecina rubita, o de Billy, que realiza, al aire, movimientos de karate que sugiere a su alumno. Pero hacia el final, Kevin se lleva una buena somanta de hostias, y la cosa parece perdida para nuestro joven héroe. Por suerte, en esos momentos aparece su padre, que ha descubierto que las sospechas delictivas sobre su hijo eran falsas, y acude a darle ánimos. ¡Claro, eso era lo que Kevin necesitaba para obtener la energía extra que le permite ganar el combate! Jeff se lleva una manta de palos y pierde, y de propina, Kevin le larga una hostia al secuaz más abominable de Jeff, en lo que es toda una declaración de intenciones para el futuro: ahora, el macarra local es él.

Bueno, llega el final, en la discoteca, escenario importante en esta película, cuyo título de explotación en muchos países es, no lo olvidemos, Karate Rock. Kim está ahí, esperando al ganador para entregarse a él, tal y como estipulaban las condiciones del torneo. Pero Kevin, en el último momento, se cruza con su vecinita rubia, Conny, que acaba de cambiar sus gafas de culo de vaso por lentillas, y de repente, Kevin se enamora profundamente de ella, y deja a Kim con un palmo de narices. ¡Pardiez! Desde que vi "El sexto sentido" ningún final me había cogido por las pelotas así. ¡No lo esperaba para nada!

Tenemos múltiples momentos de relax cómico, a cargo de un gordo que siempre está comiendo helados, y un negro al que sus amigos, no sé si sabiamente, apodan "Chocolate". Si es que después de 8 1/2 de Fellini, no se ha impresionado jamás mejor trozo de celuloide que esto.

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Por cierto, de las 4 fotos que aparecen en la parte trasera de la carátula VHS, hay una foto de una escena que no sale en la película! :facepalm Me refiero concretamente a la primera foto de abajo, en la que un macarra parece estar intimidando a Kevin con una navaja junto a su coche; ni esa escena ni ese personaje aparecen en ningún momento.

Lo cierto es que la "verdadera" Karate Kimura 3 es bastante rara. Parece una mixtura entre Karate Kimura 2 y esta, Karate Rock. Así, nos cuentan que Anthony Scott, el prota de las dos primeras pelis, se ha ido de la ciudad. Eso pone en un brete a sus amigos, porque ahora están a merced del antiguo campeón de karate y matón local, que aquí se llama Joe Carson, aunque en Karate Kimura 2 se llamaba Dick Anderson. No entiendo porque le cambian el nombre cuando, además, el personaje es interpretado por el mismo actor. El caso es que los amigos de "Anthony" en Karate Kimura 2 (la verdadera)... no son los amigos de Anthony que salían en Karate Kimura 2, ¡sino los de Karate Rock! Son los mismos actores que aquí hacen de amigos de Kevin. ¡Un sinsentido!

En ese aspecto, no veo tan lesivo que en España nos metiesen por la cara una falsa secuela, si luego no se aclaraban ni los propios guionistas con la historia que contaban, y reciclaban a personajes de esta para la saga de Kimura "oficial".

Esta película la alquilaba yo, no tan compulsivamente como Karate Kimura 2 (mi favorita de niño) pero sí unas cuantas veces, del videoclub Cinema, a espaldas de mi casa, y también del videoclub Lydia, donde, por cierto, estaba en una estantería dedicada a pelis de acción y artes marciales, compartiendo estante con cosas como Lady Dragón, Ángel de venganza, Campeón de Campeones, Contacto sangriento, o los Kung fu Kids. ¡Una delicia!

El próximo día 31 tendremos por aquí un especial de terror, repasando cierta saga ochentera, si se conjuran los astros y nada falla :atope
 
En "Amar es para siempre" han hecho unas referencias directas a "El coche fantástico" y un tal Dave Hasselhoff. Le ofrecen el papel al actor, en la ficción, Lorenzo Bravo (Andoni Ferreño) y lo rechaza porque sus amistades le comentan "una serie de un coche inteligente, que en el fondo no necesita un conductor, que habla no va a funcionar." :mparto

También cuenta que hizo de malo de James Bond, aunque no en cuál de las películas anteriores a 1981, y le fue bien porque pudo lucirse como intérprete ( es un galán que en el fondo es gay, como Rock Hudson).

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Última edición:
Si hace poco (a raíz de Karate Rock / Karate Kimura 3) hablaba de cómo el mercado videográfico español se inventaba los títulos (¡o incluso secuelas!) como le daba la gana, el tema de las sagas es aún más sangrante. El hecho de que una saga larga acabase repartida entre varias distribuidoras podía propiciar absurdos títulos que nada tenían que ver, haciendo que al ir al videoclub, te armaras la picha un lío.

Así, las entregas 4 y 5 de la saga Amityville eran “La fuga del mal” y “La casa maldita” sin ninguna indicación de que fueran películas pertenecientes a una franquicia. Aullidos 4 era "Pueblo maldito", aunque en esta sí tenían la decencia de decirte en la carátula que era también Aullidos 4.

Luego hay casos que no hay quien entienda, como la saga Death Wish. Las entregas 3 y 4 pertenecen a la misma compañía, Izaro Films las distribuyó en España. Y son, respectivamente, “El justiciero de la noche” y “Yo soy la justicia 2”. ¿Por qué demonios? Ni siquiera sé como es posible que usaran lo de “Yo soy la justicia”, ya que la segunda parte de la saga, que se llamó así, la distribuyó aquí Columbia.

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Y luego está "Prom Night". ¿Cómo que son 4? Pues sí, es una saga de 4 entregas, más el remake. Yo no lo supe hasta que llegó Internet a iluminar nuestras vidas. La primera parte, Prom Night, siempre se conoció en España con su título original sin traducir, aunque ahora la veo listada en sitios como Filmaffinity con el sobrenombre de “Llamadas de terror” que no sé de donde sale. En España la editó en VHS la casa IVS, que editó casi todas las producciones de Avco Embassy de los primeros años 80, con una maravillosa portada que quizás, mi amigo el forero @Trek esté en mejores condiciones que yo de mostraros, ya que sé de buena tinta que algo atesora por ahí, en cierto maletín mágico… :babas:babas:babas

Prom Night es un slasher muy importante en los EEUU. No hay más que ver las referencias de Randy en "Scream", por ejemplo, para saberlo. Yo la conocí por referencias en la primera edición de Fangoria y en algún libro de la editorial Midons, pero tardé siglos en poder verla. En España, hasta donde yo sé, solo se editó en VHS de alquiler, y no volvimos a verla hasta que llegaron Internet y el DVD.

Prom Night no tiene sentido. Ya los primeros giallo con trasfondo psicológico colgaban de un hilo en cuanto a las motivaciones de sus asesinos, originadas normalmente en un trauma infantil relacionado con la violencia o el sexo, o ambas cosas. Aquí tenemos a unos niños jugando en un colegio abandonado o semi-abandonado. Juegan a una especie de pilla-pilla macabro. Durante el juego, todos acojonan a una niña llamada Robin, esta huye de ellos asustada, se cae por una ventana y se mata.

Aquí empieza el descalabre argumental. Los niños deciden irse y callar lo ocurrido, porque si no “irán a la cárcel”. Me parece completamente inverosímil que unos niños no salgan corriendo y llorando en pos de sus madres al ver morir a una compañera de clase, y que tomen la decisión de ocultar una muerte por miedo a las consecuencias, y que sean capaces de callarlo toda la vida. Esta premisa vale (o al menos, es más creíble) si son adolescentes, rollo “Sé lo que hicisteis el último verano”, pero aquí es pueril a más no poder.

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A continuación, los adultos descubren el crimen y enseguida deciden que “ha sido obra de un maníaco sexual”, y detienen a un inocente al que desfiguran durante la persecución. Que una cría se caiga por una ventana y la policía decida al momento que ha sido víctima de asesinato, me parece, otra vez, una cagada grave, nunca lo justifican bien. ¿Es que no hay forenses ahí, o qué?

Pasan los años, y los odiosos críos son ahora adolescentes a punto de terminar el instituto. La película se centra en Kimberly Hammond (nuestra Jamie Lee Curtis) que no formó parte del pacto infantil macabro, pues se fue a casa antes de que ocurriera la tragedia. Todo el grupo de amigos empieza a recibir llamaditas misteriosas, y enseguida nos desperdigan varios sospechosos de los crímenes que van a ocurrir, así, el tipo al que detuvieron por la muerte de Robin se ha escapado del manicomio, hay un conserje rarito pululando por ahí, el padre de Robin parece que oculta algo (es Leslie Nielsen, joder).

La película es un slasher proto-ochentero y se nota. Sigue la fórmula de Halloween en crear tensión y dejar lo bueno para el final, pero juega también al despiste del whodunit con un acosador asesino que no sabemos quien es.

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Pero Paul Lynch no es John Carpenter. La película tarda como 50 minutos en enseñarnos el primer asesinato, y las historias de los chavales no son ni remotamente interesantes, ni la tensión llega a ser muy notable. Para apoyarse, fusilan con descaro parte de la trama de Carrie, de Brian de Palma: así, Kimberly sale con el chico mono del insti, y la antigua novia de este, celosa a rabiar, se ha decidido a “vengarse” y se ha aliado con un indeseable gilipollas que siempre le ha tirado los tejos a Kimberly sin éxito, y ambos planean hundirles la fiesta de graduación con una bromita pesada.

Encima… ¡Prom Night es una peli disco! Ni me acordaba de eso. Por momentos parece que estás viendo Fiebre del sábado noche… nada. La vi cuando tuve Internet y pude descargar un montaje hecho por amor al arte (faltaba década y pico para que saliera aquí en DVD) hecho con el DVD americano y el audio del VHS ripeado y sincronizado. No me gustó, tras tanto hype me decepcionó y no la he vuelto a ver hasta ahora.

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Me parece que no van a seguir staying alive mucho tiempo...


No me ha mejorado. Me quedo de largo con slashers más sugestivos, como "Navidades negras", "El tren del terror", "El asesinato de Rosemary", "La casa de los horrores", "Solos en la oscuridad"…

¡Pero Hello Mary Lou sí me ha mejorado! La secuela llegó 7 años después, desmarcándose por completo de la película original. No estamos ante un slasher, pues, sino ante un exploit sobrenatural de Pesadilla en Elm Street. Y mola. Y sigue molando.

Como Prom Night, Hello Mary Lou se estrenó aquí con el título original sin traducir, y la vi de pequeño en el videoclub, miles y miles de veces. La editó el sello Virgin Vídeo, que editó gran cantidad de pelis de terror interesantes por aquella época, como Phantasma II, El padrastro y su primera secuela, El misterio de la dama blanca...

Hello Mary Lou la alquilé en el videoclub Cinema, a espaldas de mi casa (el megapost del Cinema es cuestión de tiempo). También la tenían a la venta en el videoclub Valle por 500 pesetas, y estuve a punto de comprarla una docena de veces. Nunca lo hice. Quizás algún día…

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Olvidándose pues de su predecesora, Hello Mary Lou nos cuenta una historia distinta: en los años 50, el rey del baile de graduación, Bill Nordham, descubre a su novia del insti y reina del baile, Mary Lou Maloney, tonteando con su mejor amigo. Decide gastarle una putada con un petardo para joderle el vestido, que termina con la chica muriendo quemada viva.

Ya en los 80, la joven pavisosa Vicky Carpenter está en el insti y empezará a ser acosada por visiones y alucinaciones, sin saber nunca que es real o que no, unas excursiones oníricas que recuerdan mucho a las del primer Freddy Krueger. El objetivo de Mary Lou es poseer a Vicky para ser al fin la reina del baile y vengarse de quien la mató.

La posesión parece un tema recurrente en el terror de los 80. En "Pesadilla en Elm Street 2", Freddy quería poseer a su víctima en lugar de matarla. En "Amityville 2" (no casualmente tiene el subtítulo de “La posesión”) el protagonista es un joven poseído por una casa maligna. Chucky es fruto también de una posesión diabólica. Evil (Posesión infernal) dead, El resplandor, la novena parte de Viernes 13, ese final de Halloween 4 en que parecía que Myers iba a poseer a su sobrina, etc, etc.

La película nos presenta el conflicto generacional, así el novio de Vicky es el hijo de Bill, quien mató accidentalmente a Mary Lou (interpretado por Michael Ironside) que ahora es el director del instituto. En resumen, la diversión reside en ver la transformación de Vicky de una modosita tirando a aburrida, a la casquivana proto-Mary Lou. No dudará en morrearse con su propio padre, ni con una amiga (una escena con desnudos integrales femeninos, creo que imposible hoy en día, seguida de una muerte original y malrollera) o en zorrearle a su mismo sacerdote dentro del confesionario.

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Aunque se inspira mucho en los horrores sobrenaturales de Freddy y otros títulos ochenteros, cayendo en el exploit, me ha subido enteros. Serie B con mucha mala leche, de esa que hoy, por el motivo que sea, ya no se sabe o no se quiere hacer.

Nunca jamás había visto la tercera parte de esta saga. Tampoco me suena para nada haber visto la carátula en el videoclub en mis años mozos, y eso que la editó una gran compañía, nada menos que la CBS/FOX. Titulada “El último beso” esta sí continúa tenuemente la anterior, volviendo a tener a Mary Lou Maloney haciendo de las suyas por ahí (interpretada por otra actriz) ya que el guionista es el mismo de la anterior, Ron Oliver, un tipo básicamente televisivo. Así, volvemos a la leyenda de que Mary Lou iba a ser reina del baile, pero murió quemada accidentalmente en el instituto, en 1957. Los demás hechos de la segunda parte, sencillamente se ignoran.

Es una especie de versión especular de Hello Mary Lou, ahora es un chaval, Alex, a punto de acabar el instituto, quien ve a Mary Lou en sueños y alucinaciones. Solo que Alex, más que ser poseído por ella, se enamora de ella.

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Alex es un poco gilipollas, pero con inquietudes. Quiere ser alguien en la vida, ir a la universidad, etc. Pero sus notas no son gran cosa. La orientadora escolar le dice que “no todos pueden ser médicos” y le aconseja que sea camarero. Su novia mona, pero algo sosa, le exige que sea más romántico. ¿Es de extrañar que Alex prefiera las alucinaciones y sueños con Mary Lou, que su vida?

Si Hello Mary Lou tenía ya algún punto cómico, esta es directamente, una comedia chusquilla, asumida como tal. Adolescentes idiotas, adultos gilipollas o incompetentes, una fotografía pseudo-televisiva que da más grima que Mary Lou, actores conocidos en su casa a la hora de comer… con todo, que la película acepte, desde el minuto 1, que es un cachondeo, la redime un poco.

Y el rollito de que Mary Lou sea amable con el chaval, y haya entre ambos tensión sexual y no un pilla-pilla kruegeriano de sustos, pues es algo nuevo. Hay momentos muy surrealistas, como cuando Alex se queda dormido en el examen final porque sueña con Mary Lou, llegando a escribir solo una línea en la hoja, pero luego Mary Lou lo rellena mágicamente es… bueno, uno se plantea si tener una novia promiscua y que te hace los exámenes es en realidad una tragedia, que a la chavala le mole chamuscar a un par de extras por ahí, tampoco parece un “contra” tan pesado si lo pones junto a los “pros”. O algo. Como le dice Alex a Mary Lou en su primer post-coito, “Tenemos que fijar unas reglas básicas para que esto funcione. Primero: tienes que dejar de matar gente”.

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Con todo, sí, es mala y fea a rabiar (la película, no Mary Lou) algo así como un episodio de aquella serie de “Las pesadillas de Freddy” de hora y media de duración, pero me he divertido más que con la primera, mira. Me hizo pasar un buen rato con su mezcla de comedia tonta, ingenuidad ochentera y cutrismo visual. Un SÍ para mí.

Hace muchísimos años leí una entusiasta crítica de Prom Night IV, no sé si en pasadizo.com, cinefantástico o uno de aquellos foros hoy perdidos en la bruma de los tiempos, que aseguraba que no era “un slasher más” sino una peli muy interesante, de cierta entida. Tardé varios años en verla (no ha sido de fácil acceso, por aquí, hasta hace relativamente poco tiempo). Se supone que se estrenó en España en vídeo como “Líbranos del mal” pero he sido incapaz de hallar muestra alguna de la existencia de ese VHS, yo la vi directamente en Internet. Si alguien sabe algo de ese VHS, que hable ahora. No sé ni que casa distribuidora la editaría.

Por tercera vez, volvemos al instituto Hamilton donde transcurren las 2 pelis de Mary Lou, y volvemos a un prólogo que se sitúa en 1957 durante el baile de graduación de dicho instituto. Parece que vamos a asistir a una nueva versión de lo mismo… pero no. Agradecidamente, no es así, y nos olvidamos de Mary Lou para esta entrega. En este caso es un joven y perturbado sacerdote, el padre Jonas, quien ajusticia a una pareja, la cual se dedicaba al milenario arte americano de perder la virginidad en el asiento trasero de su coche la noche de graduación.

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El padre Jonas tiene unas ideas un tanto peculiares sobre el pecado de la carne, y da la impresión de que se saltó todas las clases del seminario donde se hablaba de cosas tales como el perdón, o la compasión. Vamos, que él entiende que lo de “No matarás” no va con él.

Descubierto el crimen, los otros sacerdotes deciden ocultarlo y encerrar al padre Jonas en el sótano de la iglesia, convenientemente atado y drogado. Todo normal. Cosas normales que se hacen en todos los gremios profesionales. Se nos da a entender que la locura de Jonas proviene de haber sufrido abusos sexuales de otro sacerdote, su mentor, y que tiene estigmas. De hecho esos estigmas son parte de una especie de "fuerza maligna" que parece emanar de él, aunque se dan la explicaciones justas, parece que los guionistas no se atreven a dejar a un "cura loco asesino" sin más, pero tampoco tuvieron arrestos para ir con todo y presentarnos a un "cura loco asesino poseído con poderes" que es lo que dan a entender con pequeños detalles, como que apenas envejezca o que tenga un hisopo que lanza fuego.

En cualquier caso, el padre Jonas permanece encerrado y drogado en el sótano de la iglesia la friolera de 33 años, hasta que un nuevo sacerdote es encargado de su custodia se apiada de él y decide intentar ayudarlo. La ayuda es... no drogarlo, lo que por supuesto, causa su despertar, y que asesine a su nuevo cura guardián. Los otros sacerdotes, por cierto, deciden tapar el crimen y hacer pasar el asesinato por un suicidio, no hay más que gente maja en esta peli.

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A partir de la fuga de Jonas, la película se centra en Megan (Nicole de Boer) una estudiante que planea pasar de la noche de graduación, y celebrarlo privadamente en una casa aislada, con sus amigos, casa que fue antiguamente el seminario donde Jonas ejercía. Mala idea, claro. Jonas no tardará en pasarse por allí para ir aligerando el reparto.
Lo cierto es que esta "Líbranos del mal" no es mala, pero tampoco despega de la rutina. Llegó en mal momento, esos primeros años 90, demoledores para el cine fantástico, es visualmente cutrilla y los actores tampoco son gran cosa, no llega a definirse entre un slasher típico y uno con elementos sobrenaturales, y esa indefinición no ayuda. Al final nos queda una historia que duda de la bondad y la transparencia del clero, y la deliciosa Nicole de Boer en sujetador (salió en Cube y en la serie de La zona muerta, la muchacha), un villano con señas de identidad, que usa la religión para matar (crucifijo / cuchillo, hisopo de agua bendita incendiario) que pudo ser grande pero se queda en nada, y el obligado susto final.

En conjunto, me quedo con Hello Mary Lou como película más interesante de la saga.
 
“Even though the ’80s was the time that I probably saw more movies in my life than ever – at least as far as going out to the movies was concerned – I do feel that ’80s cinema is, along with the ’50s, the worst era in Hollywood history. Matched only by now, matched only by the current era!”

QT.
 
Es Tarantino. Un claro ejemplo de que hablar con seguridad y argumentativamente puede hacer que hasta la mayor chorrada parezca inteligente. Dada su opinión del cine de los 50 imagino que muy fan del western sin espaguetis y del melodrama no es...
 
Me acabo de revisar Gremlins...dos curiosidades:

a. en VO el bicho habla en spanglish... "gizmo caca" le dice en la secuencia final el malo
b. si la nieve se funde al pisar y es agua....¿por qué no se multiplican los bichos por doquier en el pueblo? porque el pueblo se tira nevado toda la peli

:agradecido:agradecido:agradecido
 
Series que no volvereis a ver… REMINGTON STEELE

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Estos días he desempolvado la primera temporada de Remington Steele para verme algunos episodios en DVD. Por cierto que la primera temporada, que compré en cuanto salió en dicho formato, es, desde entonces y hasta el día de hoy, la única comprable en nuestro país. La Fox nunca editó ninguna de las 4 temporadas restantes. En otros países como Alemania y USA sí está terminada de editar en DVD, aunque sin el doblaje, que para mí es poco menos que imprescindible.

Por fortuna, esta serie sí ha tenido emisiones recientes en canales digitales, por lo que pueden encontrarse para descargar montajes que aficionados han hecho, con los DVD americanos y el doblaje sacado de grabaciones en VHS, al contrario que, por ejemplo, Magnum P.I. que es imposible hallarla doblada, oficial o extraoficialmente, salvo las dos primeras temporadas que Universal editó.

Desahogado ya sobre el pésimo estado del formato físico en nuestro país, pasamos a revisar una de mis series favoritas de mi infancia. Mi madre estaba enganchadísima y yo siempre la veía aunque fuera de fondo, no me gustaba TANTO como Luz de luna, pero tenía algo... solo que yo no comprendía del todo. En aquellos días no había Internet, y nos enganchábamos a la serie por la mitad, sin más explicaciones. Por tanto, mi infantil idea que el personaje de Brosnan era una especie de fantasma o ensoñación de Laura, un ser inexistente o sobrenatural. Esta idea continuó hasta que empecé a leer sobre ella por Internet años después.


Un poco de historia


La serie parte de una serie de conversaciones entre dos profesionales de televisión como son Robert Butler y Michael Gleason. Butler es un conocido director y productor televisivo, y había trabajado en todo tipo de series desde los años 60 (Bonanza, Los intocables, Twilight zone, El fugitivo, Batman…). En cuanto a Butler, su papel era más el de guionista, donde también llevaba trabajando en la tele desde los años 60 (Los invasores, Hombre rico, hombre pobre, Mi marciano favorito).

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A principios de los 80 ambos empezaron a desarrollar la idea; Butler estaba interesado en una serie sobre una detective que debía “inventar” a un jefe masculino para poder trabajar, ya que nadie confiaba en ella, desde los años 60 trabajó en la idea, pero los intentos de sacarla adelante habían fracasado. La serie tal y como la concebía, habría sido un procedimental de enredos en torno al inexistente jefe, pero cuando empezó a trabajar de nuevo en ella a principios de los 80, a Gleason se le ocurrió que aparecería alguien que daría cuerpo al supuesto jefe de la detective, un impostor al que ella tendría que soportar para sobrevivir laboralmente, aunque no le hiciera maldita la gracia.

Ambas ideas, al unirse, dieron, no sé si atreverme a decir origen, pero desde luego, sí forma moderna, a un subgénero que ha sobrevivido hasta nuestros días. Aún así la NBC estuvo a punto de no dar luz verde por problemas para “comprender el concepto”, aunque finalmente dieron el pistoletazo de salida al piloto.

Dicho piloto mostraba a Laura y a Remington trabajando juntos y ya conociéndose de antes, pero se encontró demasiado confuso y no muy amigable para el espectador, por lo que se rodó el piloto que ahora conocemos, explicando las circunstancias en las que el falso Steele entraba a trabajar en la agencia y tomaba la identidad de Remington Steele; el piloto rodado en primer lugar se emitió como el 1x02 de la serie. Inicialmente, Stephanie Zimbalist rechazó el papel de Laura, aunque finalmente lo aceptó. Con Brosnan pasó al revés: los productores lo rechazaron por considerarlo poco conocido en América, pero Gleason insistió en que él era Steele.

La serie mantuvo buenas audiencias, a pesar de los cambios que se fueron introduciendo sobre la marcha. Inicialmente, con Laura trabajaban Michael Murphy (James Read) que estaba enamorado de su jefa y mantenía tensísimas relaciones de rivalidad con Steele, y Bernice Fox (Janet LeMay) una secretaria cínica y fría. Al final de la primera temporada, Read dijo que no quería seguir porque su personaje no tenía más recorrido ni relevancia, y Gleason tomó la decisión de prescindir tanto de su personaje como el de Fox.

La idea original era introducir a una secretaria joven en la oficina, Mildred, que sería esta vez rival de Laura, pues sería el nuevo interés amoroso de Steele, formando un nuevo triángulo amoroso... pero finalmente contrataron a una mujer mayor para el papel (Doris Roberts) por lo que esa idea se abandonó.

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La NBC estaba deseosa de cancelar el programa al final de la cuarta temporada, cuando saltó la noticia en todos los medios: Albert Broccoli quería a Brosnan para interpretar al mismísimo James Bond, pues Roger Moore estaba demasiado mayor para el papel, requiriendo cada vez más dobles, maquillaje… necesitaba un reemplazo urgente para mantener viva la franquicia.

La noticia relanzó el interés del público por la serie, por lo que se renovó la misma por una temporada más, a pesar de que Brosnan quería dejarla para hacer de Bond, e incluso llevó a la NBC a juicio, pero no había nada que hacer, ya que estaba atado por contrato.

Las pocas ganas de Brosnan, que tenía que ver como el papel de Bond que tanto deseaba pasaba a Timothy Dalton, unido a su mala relación con los productores por el áspero pleito, y la mala relación (secreto a voces) que existía entre él y Stephanie Zimbalist, hizo que la quinta temporada fuese más corta (tan solo 6 episodios, frente a los 22 que tenían cada una de las otras cuatro temporadas) y eso determinó el final del programa, en 1987.

Y, ¿Cuál es el cuento?

Supongo que ya lo saben todos.



Como todos los policiales procedimentales mínimamente interesantes, el principal atractivo de la serie se basaba en la atracción sexual no resuelta entre sus protagonistas. Y aquí, al contrario que en otras, como Luz de luna, por ejemplo, Steele ni siquiera es un verdadero detective. La principal fuente de tensión entre ambos era que Laura era la verdadera detective, Steele debía limitarse a ser un mero representante público de la agencia... pero él estaba encantado de meter la nariz en los casos, aún sin tener ni puta idea de nada parecido a la criminología, dejando a la agencia con el culo al aire muchas veces.

El dibujo de los personajes era bien escueto. Laura era una mujer currante, que se había pasado la vida preparándose para ser detective. Seria, centrada, y preocupada por ser percibida como profesional, sin tiempo ni ganas para desarrollar una vida privada (Steele suele criticarle que se quede trabajando hasta los viernes noche, como buena forera). Steele es más o menos, lo contrario, un hombre de mundo, de quien no se sabe casi nada (ni siquiera su nombre real). Sabemos que fue un ladrón profesional de obras de arte entre otras cosas, y con una personalidad cinéfila (a veces resuelve los casos relacionándolos con argumentos de pelis de cine clásico).

Esa cara me suena

Como suele ocurrir con estas series, fueron una cantera de trabajo para esas caras conocidas. Por los episodios de Remington Steele desfilaron James Tolkan, Julian Glover, Sarah Douglas, David Warner, John Larroquette, Paul Gleason, Gregg Henry, Geena Davis, Dan O'Herlihy, Julie Carmen, Paul Reiser, Jeffrey Jones, Tom Baker, Terry O'Quinn, Allyce Beasley, y un largo etc.

En cuanto a los protagonistas, poco voy a añadir de Pierce Brosnan, de sobra conocido. Stephanie Zimbalist empezó en televisión (Vacaciones en el mar, Lassie, telefilms varios) y alguna peli de cine (El despertar, aquella de momias con Charlton Heston). Se vio catapultada a la fama con Remington Steele, y como ha ocurrido a tanta gente antes que a ella, terminada la serie, nunca llegó a despegar. Pasó gran parte de lo que quedaba de los 80 y 90 protagonizando telefilmes o con apariciones esporádicas en series de televisión.

En cuanto al reparto de soporte, James Read, que interpreta a Murphy en la primera temporada, era el amigo del alma de Patrick Swayze en "Norte y sur", ha trabajado bastante en la tele y aún continúa en activo. La señorita Fox (a quien Steele siempre llamaba Wolf) estaba protagonizada por Janet DeMay, una cara conocida en series ochenteras (El coche fantástico, Se ha escrito un crimen, Canción triste en Hill Street) y salió también en "El señor de las bestias".

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En la segunda temporada, DeMay y Read desaparecieron y fueron sustituidos por Doris Roberts, una veterana de cine y televisión (salió en películas como Pelham 1, 2, 3, Socorro ya es navidad, y ganó varios premios por su papel en la serie Todo el mundo quiere a Raymond), fallecida en 2016.

Mejores capítulos

Puesto que solo he visto la primera temporada por ahora, tampoco puedo reseñar mucho. Pero me encantó el Piloto y me alegro de que lo rodaran, en vez de empezar por lo que hoy es el 1x02. El Piloto presenta bien cómo era el trabajo para Laura y los suyos antes de la llegada del falso Steele, y siembra toda clase de dudas y líos sobre la personalidad y lealtades de este hacia la agencia. El 1x04 (Firmado, sellado y entregado) es donde vemos por primera vez el lado humano de Steele. Cuando un patético analista de la CIA llamado Sheldon acude a ellos, y resulta que lleva tiempo recopilando informes sobre las hazañas (inventadas, por supuesto) de Remington Steele, él intenta imitarlas, poniéndose continuamente en peligro. El personaje de Brosnan toma conciencia de que sus casi incontables mentiras pueden tener consecuencias para terceros.

Divertido también el 1x05 (No robarás) donde conocemos a una ex de Steele, y podemos echar un vistazo a su antigua carrera como ladrón de obras de arte, y el 1x10, La trampa de Steele, donde Laura acude a una reunión de alumnos de la escuela de criminología donde estudió. Pero claro, hay un asesinato... un asesinato que fue profetizado pocas horas antes por la víctima. Se ejercita así una especie de "Diez negritos" con sospechosos que son a la vez, detectives todos, y múltiples pistas falsas.

La volvería a ver... ¡la estoy viendo! :lol Es posible que cuando acumule muchos capítulos, llegue a aburrirme, pero por ahora, revisionarla es un placer. Aunque tenga que acudir a la piratería más abyecta para poder completar su visionado.
 
Hace años, más de los que quiero recordar (no me atrevo ni a mirar la fecha) hice un pequeño análisis del videoclub ochentero que aparecía en ¡Esto es un atraco! de 1987, una de las primeras películas de Mariano Ozores hechas directamente para lanzarse en vídeo sin pasar por salas. Ozores en la misma era un dueño de videoclub, repleto de cintas antológicas y merchandising videoclubero, que eran gloria para la vista. Ya en el filme, el dueño del videoclub se quejaba de que la piratería era un gran peligro y que era difícil mantener su negocio en esas condiciones...

Hoy visitamos otro videoclub, el de Sobreviviré, película española de 1999, protagonizada por Emma Suarez.

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Suarez interpreta a Marga, una chica embarazada que pierde a su novio. Decide tener a su hijo a pesar de tenerlo todo en contra, está sin un duro, sin trabajo y saliendo adelante como pueda. Después de arrastrarse por muchos oficinas del paro (faltaban unos añitos para la atención telemática implantada en toda España) consigue trabajo en el... ¡Vídeo-club Mariví! :lol

Poco después, sin embargo, la propia Mariví le dice que esto del videoclub no da dinero y que piensa cerrar, pero le plantea traspasarle el negocio a ella. Marga lo acepta, y convierte el videoclub en una franquicia (Boom Vídeo). Así, aunque es el mismo local, en la película llegamos a ver dos video-clubs muy diferentes como modelo de negocio:

a) El Vídeo-club Mariví, típico videoclub de barrio, como tantos otros que florecieron (y se marchitaron) en los barrios de España, regidos por sufridos autónomos y sus familiares.

b) El Vídeo Boom, una franquicia que parece querer nutrirse del Blockbuster Vídeo. Y no me parece ningún disparate, pues surgieron varios "clones" del Blockbuster a finales de los 90, como el Intercast Vídeo.

Vamos primero con el Videoclub Marivi:

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Maravilloso. Fachada con pósters de Rocky V, El ejército de las tinieblas de Raimi... ¡La revancha de los novatos! y algo llamado, cito, "Muere perra".

El videoclub Marivi es claramente una triste operación comercial fracasada, en sus últimos coletazos. La propia Marivi, soberbiamente interpretada por Elena Irureta, con esa mezcla de hartazgo vital, arribismo y deprecio por el prójimo, le hace a Marga una breve reseña de su vida comercial: el videoclub fue cosa de su marido, que ahora es ex-marido. Ella de cine no tiene ni idea, y ni fu ni fa. No tiene fe ni ilusión, y su esperanza es traspasarlo y abrir un gimnasio con su nuevo novio, "que nos va más, y se gana más dinero". Como la vida misma, señores.

Es hora ya de entrar y echar un vistazo, cotillear y curiosear entre esas estanterías...

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La mezcla en las estanterías de los títulos novedosos a finales de los 90, y antiguos, no es ni casual, ni negligente por parte de la persona que se encargó de diseñar el videoclub. A finales de los 90, justo antes de la irrupción del DVD, las cosas eran así. Y si a eso le sumamos el desengaño y falta de ganas de su propietaria... clavado.

Podemos ver pósters maravillosos. Muñeco diabólico, La lengua asesina, Mal gusto de Peter Jackson, Juguetes asesinos de la Full Moon, El guerrero americano 2 y una en la esquina que creo que es Cy-Warrior. En las estanterías veo Chico celestial (peli amada por mí y por @Wontnerman como poco), La muerte os sienta tan bien, la versión noventera de Perdidos en el espacio, Mira quien habla ahora, Yo, tú y mamá, Atrapado en el tiempo...

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Atención al mostrador, no puede ser más noventero ni queriendo: bolis, una calculadora de bolsillo, cenicero, paquete de Ducados, taza de café :mparto:mparto

En las estanterías pueden apreciarse (haciendo zoom como un cabrón) múltiples pelis, aunque hay poco ochenterismo y mucha reedición noventera: Curso 1999, La matanza de Texas y La matanza de Texas 3, Apocalypse Now, El cazador y... ¡Reposeída! Maravillosa comedia con Linda Blair y Leslie Nielsen.

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No soy capaz de diferenciar los pósters y afiches de esta última foto. Se ven más pelis. Trans-Gen, Susurros de muerte (una olvidadísima peli con Chris Sarandon, que vi en Tele5 en los años 90) Algo para recordar... la clienta se lleva "Vacaciones en Roma", en una edición de esas de "El mejor cine de Universal" con carátula gris, que nos permitió, en los 90, gozar de clásicos de todos los tiempos.
Detrás de ella, un cliente se lleva una edición (también noventera, me temo) de "En busca del arca perdida".

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Aquí se pueden apreciar Mano a mano con papá, Otra mujer, de Woody Allen, Eraser, la versión noventera de La huida, con uno de los Baldwin y Kim Basinger, El cartero y Pablo Neruda, una de las secuelas de El Cuervo, y una de Richard Gere, cuyo título no recuerdo. Por detrás alcanzo a ver "La secta" título de terror italiano que gozó de cierto culto, en su época, con presencia constante en videoclubs.

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Y aquí tenemos una mejor visión de algunas cintas como La matanza de Texas y su tercera parte, o Curso 1999. También vemos French Kiss, Barb Wire (¡ultra alquilada! :babas) Aracnofobia, o Shocker, 100.000 voltios de terror, de Craven.

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Tras el mostrador podemos ver El silencio de los corderos (que Marga le recomienda a un niño, ante la ausencia de copias para alquilar de Babe, el cerdito valiente, porque "también es de animales" :lol), una de Cantinflas, Me gustan los líos, y una de esas versiones nuevas de La tribu de los Brady...

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En la estantería al lado de las dos mujeres podemos ver mejor algunos títulos, como Temblores 2: La respuesta, o Pesadilla final, la muerte de Freddy. Podemos ver también Mentes peligrosas. Y en la estantería del fondo distingo un par de pelis de Sharon Stone (Sliver, Condenada), la sexta parte de La noche de Halloween, con Michael Myers dando por saco, La fosa común...

Antes de pasar al Boom Vídeo, hacer un inciso sobre la desganada y penosa gestión del Videoclub Marivi. Algunas estanterías se ven medio vacías, o mal colocadas, sin que a nadie le importe. Tampoco parece existir una división temática por estanterías. En la misma estantería he visto a Woody Allen, a Freddy Krueger y a Arnie.

El Boom Video parece apostar por un modelo de negocio totalmente diferente: exige modernizar pósters y selección de títulos, que abundan más en las estanterías con una mayor y mejor colocación. También prima la venta de películas de primera mano, y no solo el alquiler. En general, reitero mi felicitación a la persona que se encargó de dar vida a este videoclubs en sus dos encarnaciones: sabía lo que hacía, y conocía a la perfección el estado del videoclub español. Mi diez.

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Del escaparate desaparecen los póster de pelis viejas. Ni Rocky, ni novato,s ni leches. Se opta por un modelo decorativo algo minimalista, un solo póster, de una peli moderna (Seis días y siete noches). Esa especie de cochecito infantil con bolas y decoración plástica interior, huelga decirlo, no estaba en el Videoclub Marivi...

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Desaparición absoluta de carteles y fotocromos de pelis viejunas. Todo de finales de los 90: Infierno blanco, Dos vidas en un instante, Arlington road...

Podemos ver que ahora las estanterías están divididas en secciones genéricas, y que la distribución de las carátulas, en cantidad y calidad expositiva, han mejorado muchísimo. Y solo se ven películas noventeras: Rescate, Conspiración, El pacificador, Cara a cara, Donnie Brasco, La teniente O'Neil... el videoclub parece más limpio y mejor iluminado.

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Ahora el mostrador está lleno de cosas que se venden. Cajotas con muchas cintas (La biblia, Yo Claudio) que copaban los catálogos de venta a domicilio en los 90, figuras de cine, alguna peli suelta... veo Ojos, con Faye Dunaway y Tommy Lee Jones, que tenía guión de John Carpenter.

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Aparte del cartel, me llaman la atención las cajitas a la derecha, con una etiqueta. ¿Son carretes de fotos? :mparto

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De nuevo, títulos nuevos, todo limpio y navideño, comercial. Deep impact, Relación mortal...

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Paradigmática imagen del videoclub empresarial de los 90: tropecientas mil copias de películas modernas copando las estanterías. No sé si realmente hacían falta tantas copias, ¿se alquilaban de verdad, en 1999, con las privadas, el digital, el Canal plus, la llegada inminente del DVD...?

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Aparte de la cinta de "Desayuno con diamantes" (de nuevo, la colección de El mejor cine de universal) podemos ver expuestas para venta directa cintas de vídeo para grabar, VHS, 8mm... de todo.

No he encontrado más fotos / material en la película, así que eso es todo. Como siempre digo, si alguien conoce de una película española donde salga un videoclub, mándenme MP. El videoclub fue un fenómeno social, y me extrañaría que no se hubiera reseñado más en nuestras películas. De momento conozco 3: Esto es un atraco, La lola nos lleva al huerto, y Sobreviviré. También el de Aquí no hay quien viva, aunque ese era ya muy de pega. En EEUU fueron escenario habitual en los 80 y 90: Jóvenes ocultos, Munchies, Control remoto, El último gran héroe, Doble cuerpo, Scream, Los asesinatos de mamá... pero en España veo poco material.
 
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