El Megapost de los 80: Repasando a Richard Franklin

Pasamos revista a la carrera de uno de esos directores que destacaron en su momento como promesas del cine fantástico.

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Richard Franklin fue un interesante realizador australiano, con una carrera apegada al cine fantástico (falleció en 2007). Nacido en Melbourne en 1948, recibió una educación musical, y durante su infancia y adolescencia, parecía profesionalmente orientado a la música, llegando a formar parte de un grupo como batería (The Pink Finks). El escaso éxito de sus intentos profesionales le llevó a cambiar de profesión, y decidió ser cineasta.

Franklin, rendido admirador de Hitchcock (con quien llegaría a tener buena relación) se mudó a Estados Unidos para estudiar cine en la escuela de California (la USC) donde coincidiría con gente como George Lucas o John Carpenter. Fue en la USC donde Franklin organizó una proyección de “La soga” (su película favorita del gordo británico) que motivó una llamada de Hitchcock, una serie de conferencias de este en la USC por mediación de Franklin, y su posterior relación amistosa.

Terminados sus estudios, en lugar de quedarse en Estados Unidos, Franklin volvió a Australia para trabajar, aprovechando el auge de cine australiano que se vivió en los 70, con el epicentro en el cine fantástico, fenómeno con nom bre propio: Ozplotation. Fueron descubiertos George Miller (y Mel Gibson) con su “Mad Max”, Peter Weir pergreñó las que probablemente, siguen siendo sus películas más fascinantes, “La última ola” y “Picnic en Hanging Rock”, Rod Hardy dio una original visión del vampirismo industrial con “Sed” (Thirst), Nicolas Roeg firmó “Walkabout”… productos como “Despertar en el infierno”, “Arlequín”, o “Largo fin de semana” tuvieron sus dosis de fama y reconocimiento en festivales y mercado internacional.

Y Richard Franklin llegó al gran mercado con “Patrick” (1978). No fue su debut. Antes había firmado “The true story of Eskimo Nell” (una sátira sobre sexo y voyeurismo) y “Fantasm” (una serie de relatos eróticos de blandiporno) trabajos alimenticios de novato, que el propio Franklin siempre quiso olvidar, refiriéndose siempre a Patrick como “mi primera película de verdad”.

“Patrick” vino a sumarse a esos trabajos fílmicos sobre gente con poderes mentales. La telequinesis, la lectura mental, todo aquello estuvo muy de moda en los 70, hasta el punto en que mucha gente creyó que los poderes de la mente serían el gran acontecimiento del siglo XX (se escribieron ríos de tinta sobre el tema).

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En el aspecto cinematográfico, fue la novela de Stephen King “Carrie” publicada en 1974, y su adaptación al cine firmada por Brian DePalma en 1976, el pistoletazo de todo un subgénero fantástico que daría la turra en el cine setentero, ya fuera desde una óptica “personal” (como Carrie, o el propio Patrick) o desde un prisma más “científico” o “gubernamental” (superdotados psíquicos explotados sin piedad por oscuras organizaciones, como en “Scanners”, “La furia” o la posterior “Ojos de fuego” de King).

Patrick contó con un guión del popular Everett De Roche, guionista de muchos de los éxitos australianos mentados antes (como “Arlequín”, “Largo fin de semana” o mi amada “Razorback: Los comillos del infierno”). De Roche ya había escrito parte del guión previamente, pero lo reescribió con Richard cuando este entró en el proyecto, añadiendo bastantes elementos nuevos. La película pudo rodarse gracias a varias subvenciones del gobierno australiano, y no contó con ningún rostro demasiado conocido, siendo el principal reclamo su protagonista, la actriz británica Susan Penhaligon. A Patrick lo interpretó Robert Thompson, australiano implicado en un par de productos más de la Ozploitation, como “Sed” o la posterior “Roadgames” del propio Franklin.

Patrick cuenta la historia de un muchacho que, tras sufrir un extraño trauma (la escena inicial es confusa de narices) asesina a sus progenitores y cae en un profundo coma, del que se cree que ya no saldrá. Tres años después, al hospital donde Patrick está internado llegará la enfermera Kathy Jacquard, que comenzará a cuidar a Patrick y a observar extraños fenómenos que la llevarán a investigar… la teoría que sustenta la película es que, cuando alguien se ve privado de un sentido, los otros 4 sentidos se ven magnificados en cierta forma, para “compensar” la pérdida. ¿Qué pasaría si existiera un sexto sentido, los poderes de la mente, y alguien viviera, como Patrick, en coma, privado de los 5 sentidos corrientes? ¿No se ampliarían esos dones extra-sensoriales más allá de lo imaginable?
Patrick puede salir de su inmovilizado cuerpo mediante viajes astrales, llegando a influir en el mundo físico (como cuando intenta ahogar en la piscina al médico que liga con Kathy), así como mover objetos con la mente, y llegar a poseer a otras personas.

La película no es precisamente la mejor muestra de su subgénero, aunque fue muy popular en su día. Tras un prólogo interesante, que nos pone en situación y atrapa, donde destaca el catálogo de parafilias sexuales que la enfermera jefe Cassidy enumera a la nueva enfermera, Kathy, parafilias de pervertidos que han intentado trabajar en el hospital para abusar de los comatosos (no en vano, Quentin Tarantino es un fan de esta película, que homenajería en Kill Bill, donde la comatosa Beatrix, igual que Patrick, tiene el reflejo de escupir durante su convalencencia), vamos llegando a un final más o menos explosivo, pero toda la parte central, la investigación y los crímenes, tiene bastantes problemas de ritmo.

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Nadie es profeta en su tierra. Richard Franklin tampoco. La película supuso un fracaso de taquilla en su estreno en Australia, pero, tras su paso por varios festivales de cine fantástico (ganó el Gran Premio de Avoriaz, y Franklin ganó el de Mejor director en Sitges) llegó a América, donde se convirtió en un gran éxito, vendiéndose en más de 30 países y generando un importante culto gracias al boca a boca y los incipientes videoclubs, motivando incluso la existencia de una pseudo-secuela bastarda, una sinvergonzonería de procedencia italiana (cómo no) titulada Patrick Ancora, que vimos en España en vídeo como “Patrick vive todavía” y que decir tiene que más allá de la explotación, poco tiene que ver con la original.

El estreno en EEUU siempre fue bastante criticado por Franklin, pues al parecer la película fue doblada (por el acento australiano, supongo) y sufrió cambios de montaje, aunque no he conseguido averiguar en qué consistieron dichos cambios.

Su siguiente película sería “Roadgames”, dirigida en 1981, con Stacy Keach y Jamie Lee Curtis como protagonistas. El guión, de nuevo de Everett De Roche, surgió durante el rodaje de Patrick, cuando Franklin hablaba su pasión por Hitchcock y De Roche tuvo la idea de hacer un cruce entre “La ventana indiscreta” y “La soga”, pero incorporando el crimen a un vehículo en movimiento: un camión.

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En Roadgames, Keach es Patrick Quid, un solitario y charlatán camionero (bueno, como el propio Quid dice, “conducir un camión no significa que sea camionero”) que se fija durante sus viajes en una furgoneta, cuyo conductor le irrita al conseguir la última habitación del hotel más cercano. A Quid se le mete en la cabeza, cuando más tarde ve al conductor de la misma furgoneta enterrando algo en la carretera, que pudiera ser el desconocido asesino y descuartizador de mujeres del que habla la radio…

Durante su viaje, Quid recoge a Pamela (Jamie Lee Curtis) una autoestopista un tanto absurda que enseguida se une a la investigación porque los crímenes le parecen fascinantes. Lo cierto es que la construcción de personajes y la relación entre camionero y autoestopista es bastante rara. Que recojas a una mujer con tu coche, y lo primero que esta te suelte cuando aún no ha terminado de poner el culo en el asiento, sea “mi padre vive con una puta, a lo mejor hace el amor mejor que tú”, no sé hasta que punto era normal en 1981, hoy suena bastante desconcertante.

La película no funcionó económicamente, ni en su tierra ni en su trasvase a EEUU (de la mano de la compañía Avco Embassy) y demás mercados internacionales, no tuvo éxito. Quizá porque, como el propio Franklin decía, la película se vendió como un slasher, cuando no lo es, y probablemente la presencia de Jamie Lee Curtis despistó al espectador, que esperaba un baño de sangre al uso y se encuentra, más bien, con una historia de suspense algo tosca, pero atípica: en efecto, Hitchcock de nuevo, desde la génesis del guión, el protagonista honesto, que no es ayudado por las fuerzas del orden cuando demanda ayuda, pero sí será perseguido por ellas cuando sospechen de él, y una chica es la única que le cree y se presta a ayudarle… el primer crimen ocurre en tensa elipsis, y transcurre casi todo el metraje sin que seamos testigos de crimen alguno. A pesar de toda la distancia que separa Roadgames del típico slasher a lo Viernes 13, la he visto muchas veces incluida y enmarcada en ese subgénero.

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Aunque no tuvo éxito, gozó de cierto culto, supongo que gracias de nuevo al videoclub. Durante mucho tiempo fue muy difícil de ver, fue una de las películas tras cuya caza invertí muchos años de infructuosos esfuerzos, y esto ha hecho que la estudiara bastante. Por lo que he podido saber, no se estrenó aquí en cines, nos llegó en vídeo directamente, cuando IVS la sacó en VHS como “Juegos de carretera” (título correctamente traducido) en 1985, tal y como recoge la web del Ministerio de cultura. Sin embargo hoy se encuentra como “Carretera mortal” de nuevo, título registrado para su salida en DVD editado por Regia films, tal y como puede verse en la web del Ministerio, con un doblaje planísimo, que dudo sea el original de vídeo, con unas voces desconocidas. En cualquier caso, la página “El doblaje” no recoge ningún doblaje de esta película, por lo que es imposible saberlo.

Tras cosechar algunos éxitos en su tierra, Franklin se iría a hacer cine a Estados Unidos, dirigiendo la primera secuela de “Psicosis”, el gran clásico de su admirado Hitchcock: “Psicosis 2: El regreso de Norman”. Difícil lo tenía para crear una secuela de semejante obra, más en una época donde las secuelas, reboots y demás, solían ser productos de explotación económica, nada respetables desde el punto de vista artístico. No le salió mal la apuesta. Apropiándose de algunos de los elementos del subgénero de moda, el slasher, Psicosis 2 prefiere mantenerse fiel al suspense. Así, durante toda la película se producen asesinatos, pero ignoramos quién los comete.

La película subvierte de forma inteligente los roles ya vistos. Norman, tras 20 años internado en un hospital, ha conseguido superar los difíciles avatares de su vida, y está listo para regresar a la vida normal y reintegrarse. Así, aquí, la villana de la historia es la heroína de la anterior, Lila Crane, que descubría los hechos junto con Sam Loomis, y que aquí está dispuesta a todo con tal de que Norman vuelva a ser encerrado, enloqueciéndole ella misma, si él no está lo bastante mal para ello. La película juega así al despiste. ¿Es Norman quien ha vuelto a las andadas y está cometiendo los asesinatos? ¿Está Lila tan trastornada y tan furiosa como para llegar a matar para que Norman sea culpado por ello, y encerrado de nuevo? ¿Son los crímenes obra de un desconocido autor, al que el espectador aún no ha visto?

No sé mucho sobre terapia o psiquiatría. Pero me sorprende que un hombre que sufrió reiterados abusos durante su infancia en su hogar, y que luego asesinó a varias personas en el mismo lugar de adulto, después de pasarse más de 20 años internado… vuelva a ese lugar, a esa misma casa y al mismo trabajo, y que su psiquiatra (Robert Loggia) le anime a ello como parte de su recuperación. ¿No habría sido mejor un cambio de aires? En cualquier caso, Perkins consigue construir a un Bates más frágil aún que en la anterior, y por el cual, el espectador sienta interés e incluso empatía.

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Con un guión de Tom Holland (posteriormente, director de “Noche de miedo” y “Muñeco diabólico”), que fue lo que atrajo a Perkins, el cual de entrada se negó a participar, pero al leer el guión se interesó, la película tiene una génesis curiosa: Robert Bloch escribió, a principio de los 80, una secuela de su novela, una “Psicosis 2” que nada tiene que ver con la secuela fílmica, pues situaba a Norman en Hollywood. La Universal, preocupada por el tema de los derechos de la franquicia, decidió crear su propia secuela de la película. El personaje que incorpora Meg Tilly iba a ser inicialmente interpretado por Jamie Lee Curtis.

Desconociendo que prensa tiene hoy en día, en su momento fue un éxito tanto de taquilla como de crítica. En taquilla llegó a quedar en el número 2 (por detrás de “El retorno del Jedi”, nada menos) y la crítica fue bastante generosa, en una época, reitero, en que las secuelas solían tener más mala prensa. “Psicosis III” intentaría apartarse del molde básico, introduciendo nuevos personajes y situaciones, y no estaba del todo mal. Incluso la televisiva (y bastante penosa) “Psicosis IV” bien merece un visionado, aunque solo sea por la esforzada interpretación de una magnífica Olivia Hussey como la señora Bates.

La Universal debió quedar bastante satisfecha con el resultado, y fichó a Franklin para dirigir “Juego secreto”, una extraña película donde el director se aparta bastante de lo fantástico (aunque no del todo, no en vano el niño protagonista vive más en la fantasía que en la realidad) y construye una historia de espías y de “Pedro y el lobo” muy potable.

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De nuevo, con un guión de Tom Holland, la película nos presenta a Davey (nuestro Elliott, Henry Thomas) un niño que ha quedado huérfano de madre, y cuyo padre (Dabney Coleman) un militar está siempre ocupado en el trabajo, por lo cual el chico se va construyendo sus fantasías, e incluso creyéndolas: ha creado como amigo imaginario a Jack Flack, un personaje de un videojuego que para él es cada vez más real, y que en su mente ha recreado como una versión jamesbondesca de su propio padre.

Un buen día, fortuitamente, Davey se hace con un cartucho de Atari que contiene secretos militares reales, y empieza a ser perseguido por espías que intentan recuperarlo, sin que les importe mucho el matar a un niño para conseguirlo. Son los momentos más interesantes de la película, cuando, ante una situación de estrés, perseguido, y sin que ni su padre ni las autoridades crean lo que cuenta (en la mejor tradición de Hitchcock) el joven Davey empieza realmente a ver y a hablar con el imaginario Jack Flack, a quien el espectador también ve y oye dándole consejos y apoyo moral. Son momentos alucinados, donde la frontera entre fantasía infantil, alucinación y realidad, se difuminan bastante.

La película tuvo sus problemas, ya que parece que hubo una total falta de sintonía entre Franklin y Dabney Coleman, llegando a subrayar este último su mala relación con el director aún después de fallecer Franklin. No sabemos en qué consistieron esos problemas, en cualquier caso, la película ha quedado como una apreciable muestra de cine infantil ochentero (la Universal pensaba en ella como orientada a niños, y se llegó a estrenar en programa doble junto con “El último Starfighter”) y supone un auténtco catálogo de product placement para el ochentero: consolas, videojuegos (Atari, desde luego) juegos de rol y tiendas llenas de material retro (retro hoy, entiéndaseme, no entonces) hacen las delicias de cualquier amante de la época.

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Con un presupuesto de unos 2 millones, generaría casi 10, demostrando de nuevo la solvencia de Franklin, aunque no sé hasta qué punto se mantiene, puesto que hoy en día creo que está bastante olvidada, al menos por estas latitudes.

2 años después, en 1986, Franklin dirigiría "Link", con auspicio de producción británica, con Terence Stamp y Elizabeth Shue como reparto, y con BSO de Jerry Goldsmith. Everett De Roche vuelve a escribir el guión, colaborando de nuevo con Franklin. La película presenta a un zoólogo británico que vive en una aislada mansión junto a un acantilado, el doctor Philiph (Stamp) que lleva a cabo experimentos sobre varios chimpancés para aumentar su inteligencia, siendo el más aventajado Link, un orangután que proviene del circo, donde su habilidad con el manejo del fuego y sus gestos y maneras casi humanas, llamaron la atención del doctor.

A la casa llega Jane (Shue) una estudiante de biología que viaja hasta allí para trabajar con el doctor como su ayudante. Link se enamora de ella, comprensiblemente, a mi juicio, y cuando Philiph decide que Link es ya muy viejo y se dispone a practicarle la eutanasia, Link le dice que eso de la eutanasia no es para él, y mata a su amo. A partir de entonces se producirá una tensa caza, auténtico acoso y derribo entre el orangután, violento y brutal cual Rubiales, y la joven Jane, la pretendida de Link, que intenta huir con el chimpancé más joven a su cargo.

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La idea venía de los años 70, cuando Franklin tuvo la idea de hacer algo parecido a “Tiburón” pero con primates. Abandonó la idea hasta que, a principios de los 80, el guionista De Roche le enseñó varios artículos sobre la brutalidad de los primates, y varias matanzas extremadamente violentas que algunos habían llevado a cabo contra su propia especie, incluyendo el canibalismo. La idea interesó a Franklin de nuevo, pero se fue a EEUU a rodar “Psicosis 2”, y así, Link no tomaría forma hasta 1986.

La película es interesante, y su ubicación (una aislada mansión escocesa junto a un acantilado) propicia que, una vez el orangután corta las líneas telefónicas, escapar o pedir ayuda sea prácticamente imposible: la solución al problema que oculta esa oscura mansión deberá ser resuelta dentro de la misma por Jane, sin esperar ayuda externa.
2 años después, en 1988, disfrutamos de una película muy similar, “Atracción diabólica” de George A. Romero, donde una simpática monita, con la que se ha estado experimentando, inoculándole hormonas femeninas humanas, es adiestrada para ayudar a un paralítico a adaptarse a su situación, enamorándose la mona de su nuevo dueño y creando situaciones bastante angustiosas gracias a la parálisis total que sufre este. En general, me gusta considerar ambas películas como un díptico logrado y agradable, dentro de la serie B ochentera.

Franklin, sin embargo, quedó muy decepcionado. La película sufrió varios cortes y remontajes en su trasvase a la industria americana, llegando a perder hasta 13 minutos respecto a su montaje original, contra los expresos deseos de su director. Richard ya había empezado a acariciar la idea de una secuela, una especie de precuela en realidad, que hablaría sobre una guerra de primates en África, pero el relativo fracaso de Link y el sabor amargo que le dejó su distribución, le quitaron la idea de la cabeza antes de concretar nada.

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La película fue un fracaso, no logró recaudar más de 1,7 millones en su estreno, y las críticas fueron más tibias y menos amables de lo que lo habían sido hasta el momento en la filmografía del director. Quizá sea esto lo que, después de 8 años de intenso trabajo, Franklin no volvió a dirigir una película hasta 5 años después.

Y la siguiente sería su segunda secuela, y su última producción norteamericana: “FX 2: Ilusiones mortales". Secuela de una película (“FX: Efectos mortales”) a la que tengo un gran aprecio, buen ritmo, estupenda BSO de Bill Conti, y solventes actores. Bryan Brown era en aquella, el especialista en efectos especiales Rollie Tyler, al que el gobierno americano pedía ayuda, para que hiciera su magia y fingiera el asesinato de un mafioso que deseaba pasar a la clandestinidad y ser testigo protegido. Pero el fingido asesinato resultaba ser más real de lo previsto, y agentes gubernamentales empezaban a perseguir a Rollie con intención de matarle, mientras que un policía, interpretado por Brian Dennehy, le creía un asesino.

La secuela llegaría en 1991. Rollie ha abandonado el mundo de los efectos especiales tras sus vivencias en la primera película, y ahora se dedica a diseñar caros juguetes electrónicos, cuando el exmarido de su actual novia (Rachel Ticotin) un policía de Nueva York, le pide que le ayude, usando su viejo arte con los efectos para tenderle la trampa a un sádico asesino de muchachas. El asesino logra ser capturado y muerto, no antes de que mate al policía. A Rollie, concluido el caso, empieza a perseguirle tanto un sicario como la policía, por lo que llamará a Leo (Dennehy) que ahora es detective privado, para que le eche una mano.

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Sin ser espantosa, es bastante menos elegante que la anterior, con un ritmo mucho menos ágil y una factura casi telefilmesca. La mafia, el Vaticano, unas monedas robadas y unas cuantas sorpresas finales cogidas con pinzas, dejando múltiples cabos sueltos, no consiguen reconstruir el clima de acertada intriga de la primera parte, la cual tenía alguna pincelada de humor (basadas sobre todo en el cómico compañero de Dennehy) mientras que aquí da la impresión de que todo es cachondeo; y donde en FX había un excelente plantel de secundarios de época (Cliff DeYoung, Jerry Orbach, Diane Venora, Mason Adams)… es aquí bastante más débil, siendo el de Rachel Ticotin el rostro más reseñable después de la pareja protagonista. Me sorprende que, tras protagonizar uno de los títulos estrella de apertura de los 90, como fue “Desafío total” sólo un año después estuviera metida en una producción de estas características, y con un papel testimonial sin ninguna importancia.

Como curiosidad, la película fue producida por Dodi Al-Fayed (que figura en los créditos como Dodi Fayed) que ya intervino como productor en la primera parte, el malogrado compañero de la princesa Diana en su último y fatídico viaje. Parece ser que hubo problemas de producción en esta, y el director de segunda unidad, Vic Armstrong, dirigió la película durante las últimas semanas de rodaje en Toronto, por motivos que no he conseguido desentrañar.

Aunque hizo una salida aceptable en la taquilla en su primera semana de estreno, liderando incluso la cartelera, se hundió en seguida, y apenas recuperó lo invertido. El desengaño de Franklin le hizo decidirse por volver a trabajar a su Australia natal… pero esa es otra historia.

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Y la verdad es que ya no he seguido el camino que allí recorrió. Si alguien ha visto sus películas de esta última etapa australiana, que hable ahora. Este trabajo, esta última etapa, incluye varias series de televisión (dirigió 5 episodios de la serie basada en la saga de "El señor de las bestias") alguna película para cines, y varios telefilms en los que estuvo involucrado, de bastante variedad temática (ciencia ficción, drama familiar, intriga…). Su última película, "Visitors", fue estrenada en 2003. Franklin tenía otros proyectos en mente, sobre todo participar en un documental sobre la saga de Psicosis y el legado de la película original en la cultura popular, pero falleció de cáncer de próstata antes de poder ser entrevistado para ello.

A modo de curiosidad, por cerrar el post, Franklin fue co-productor de la mítica ochentada "El lago azul", justo después de dirigir Patrick. Por lo visto, el director de aquella, Randal Kleiser (tiene post propio en el foro) le conoció en Hollywood, y Richard le sugirió usar actores australianos, y le ayudó en la selección del casting. Desconozco hasta donde llegó su participación como productor. Quede, en cualquier caso este post, como memoria a uno de esos directores en su día en boca de todos (al menos, en el ámbito del cine fantástico), hoy, bastante olvidado.
Roadgames me parece la leche, muy recomendable y psicosis 2 es muy decente.
La del niño espía no me entró nada.. y la FX efectos mortales me gusta más la primera pero la segunda para un domingo tontorrón se puede ver.
A mi la de link no me desagrada, me parece que merece verse.
Vamos un director que tenía cierto gusto...
 
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Roadgames me parece la leche, muy recomendable y psicosis 2 es muy decente.
La del niño espía noe entró nada.. y la FC efectos mortales me gusta más la primera pero la segunda para un domingo tontorrón se puede ver.
A mi la de link no me desagrada, me parece que merece verse.
Vamos un director que tenía cierto gusto...

Roadgames me ha ganado mucho (a pesar de un doblaje bastante malucho, me lo apunto para revisarla en VOSE en unos meses). La primera vez que la vi, me decepcionó, seguramente porque yo también me esperaba el típico slasher, es un producto muy distinto. Todo el cine fantástico australiano que surgió en aquellos años 70/80, se merece una reivindicación, porque tenían elementos muy interesantes, aunque no siempre se rematara bien, por falta de medios o lo que fuera.

FX 2 está perfectamente definida: peli de sobremesa. A mi me la regalaron en VHS los dueños de un videoclub, por cierto :lol
 
La sinopsis tiene buena pinta.
Ya vista...escarabajos/cucarachas que se tiran pedos e incendian cosas... tiene una escena de terremoto inicial muy curiosona donde se debieron dejar la pasta.
Luego a media peli pasa de peli con bichos que matan gente a mad scientist que crea una nueva raza de escarabajo super inteligente..
Todo muy meh... Pero la escena inicial merece verse.
 
vistas todas menos PATRICK, me parece un tipo muy estimable

Coincido. A ver si algún día te ves Patrick y calzas crítica. A Tarantino le chifla. A mí me recuerda a "The medusa touch" en su planteamiento, aunque claro, toque australiano, cuatro duros de presupuesto y ni Richard Burton ni Lee Remick ni nada.
 
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Siguiendo este post iniciado en el 2020... https://www.nosolohd.com/xf/threads...-a-richard-franklin.7412/page-92#post-2084567




Como quien dice, ya casi ha finalizado el verano. Y si, este año también ha habido cine de verano gaditano :amor

Generalmente, paso unos cuantos días en julio y otros tantos en agosto. Como mis hijos van creciendo, este año me castigaron sin bajar en julio porque no querían perderse ni un solo día de los sanfermines. Normal, yo hubiera hecho lo mismo a su edad :latigo Así que los pases fueron en agosto.

Este año han caído algunas películas como (faltan muchas, pero mi memoria de pez es lo que tiene):
-Sin perdón
-Los tres mosqueteros, D'Artagnan
-Verano del 42
-The quiet girl (encanto tanto a jóvenes como adultos)
-Dirty Dancing
-It Follows
-Air (Amazon)
-La Diligencia (esta se repitió, ya que el año anterior se proyectó, por demanda del público)
-Top Gun Maverick (simplemente, alucinaron)
-Nadie
-Pánico en el transiberiano
-Seven
-Rebelión en las aulas
-El silencio de los corderos
-Hasta que llegó su hora
-Ect...

Os dejo una pocas fotos (me absorbía viendo la película y se me olvidaba tirarle fotos a la mayoría de ellas). Ya disculparéis la calidad de las mismas, ya que están hechas con el móvil de aquella manera. En algunas sale un hijo solo para poder hacerse una idea de las dimensiones de la pantalla.

Antes que nada, os muestro una primera foto para que veáis el ambiente exterior que rodea la casa, con prácticamente cero contaminación lumínica, lo que hace la experiencia de proyectar inigualable, seguidas de otras que muestro mi lectura de tebeos de esos días, otro de mis placeres, recomendando la maravillosa novela gráfica Contrition, dibujada por Keko y guionizada por Carlos Portela, maestro del coleccionismo de ediciones limitadas y gran amigo de este foro, cuyo nick es, como muchos sabéis, Dr. Canus.

Y profundizando en Contrition, juro que nada tiene que ver mi amistad con Canus para decir que es una obra de arte y lo mejor que he leído en muuucho tiempo. Fue empezar a leerlo y, pensaba tirar con el tres o cuatro días, cayó del tirón, ya que no podía dejarlo, con una absorbente historia ambientada en un lugar real, dibujada por un Keko en estado de gracia cuyo estilo le viene increíble. Una obra maestra, la cual, y no me extraña, está copando los números 1 de ventas este verano en España y doblando ventas en el país vecino al norte de los pirineos, donde el tebeo está mejor valorado.
Por encima, nada mas acabarlo, mantuve con el autor una conversación telefónica (si, doy asco, lo se :rubor), el cual me destripó todos los detalles que se me habían pasado por alto, mejorando aun mas si cabe, la experiencia de lectura. Fue un día sencillo, haciendo cosas sencillas, pero inolvidable. Y esos, son los mejores e imborrables días que da la vida.
Repito... Juro y rejuro que nada tiene que ver mi amistad con el autor para hacer mi valoración e intento ser lo mas objetivo. Es mas, le dije que el mismo se había puesto el listón muy alto para su siguiente trabajo y, me respondió que seguramente nunca llegaría a ese nivel, pero que al menos sabía que había escrito algo que se salía de lo estándar y estaba en el nivel que solo llegan unos pocos. Doy fe que es así y muchas gracias por el ratazo que me hiciste pasar, primero a través de la obra y después desmenuzándola telefónicamente :hail



























Por lo demás, como siempre, maravillosa la experiencia de compartir con otros lo que mas me gusta en un entorno privilegiado para hacerlo, convirtiendo cada final de día vacacional en algo único e imborrable en mi memoria y, lo que es mejor, en la memoria de muchos de los allí presente, sobre todo de la chavalada joven que, como no podía ser de otra forma, están viviendo los veranos de su vida y esto, estoy seguro que les hace un poquito mas felices.

¡¡VIVA EL CINE!! :amor:amor:amor
 
alguien recomienda esta?

Pesadillas de una mente enferma​


 
Estoy viendo "El príncipe de Bel-Air".

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No, esta no. FUERA de este hilo.

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Me refiero a "El príncipe de Bel-Air" de 1986. Se trata de un telefilm, emitido por televisión en España con su título original bien traducido, y he averiguado que en su día salió en vídeo como "Un caradura en Hollywood", editada por Record visión para videoclubs. Otro título inventado porque sí, porque les dio la gana, en fin.

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Robin Prince (Mark Harmon) es un limpia-piscinas que trabaja en las exclusivas mansiones de Bel-Air, y mantiene a menudo extra-conyugales romances con las señoras ricas para las que trabaja, a espaldas de sus maridos. Es mujeriego, despreocupado y sin visión de futuro. Liga bastante, pero no se ata a ninguna mujer, y tiene un grupo de amigos con los que suele estar metido en mil actividades y planes para ligar, básicamente. A pesar de que tiene contactos que le ofrecen trabajos mejores, Robin suele rechazarlos, pues le gusta su estilo de vida sin responsabilidades.

Un día, su mejor cliente y promotor (Robert Vaughn) le pide que le espabile a su chaval, un estudiante de instituto algo despistado y poco hábil socialmente, y es a través de este chaval que Robin conoce a su prima, Jamie (Kirstey Alley) una artista que está de vacaciones en Bel-Air. Por primera vez, el mujeriego e independiente Robin va a sentir por Jamie una atracción especial como no ha sentido hasta ahora por ninguna mujer... pero, ¿es capaz el limpia-piscinas de ser fiel a una sola mujer?

REPARTAZO ochentero. Para empezar, tenemos aquí coincidiendo a 3 integrantes de la mítica y especial "Juega tropical": Harmon, Alley y Dean Cameron, que en aquella interpretaba al mítico "Sierra", aquí tiene un pequeño papel como ayudante de la tienda de suministros para piscinas. También tenemos a Jonathan Stark (el ayudante del vampiro en Noche de miedo, o colega del prota de House 2). Robert Vaughn y Patrick Labyorteaux. Por ahí está el hermano de Patrick Swayze... ¡y aparece mi adorada musa, nada menos que Bárbara Crampton en todo su esplendor! :hail :hail :hail :hail :hail :hail

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Dirige Charles Braveman, habitual televisivo (Doctor en Alaska, Sensación de vivir y Melrose Place...). Vi esta película de niño, estoy convencido, porque tan pronto encontré su pista hace unos años, buscando ochentadas en IMDB, "supe" que la había visto, pero no recuerdo el contexto o la ocasión, debía ser muy pequeño. Vista la peli (encontrarla me ha costado lo suyo) no paraba de anticipar cosas que iban pasando, ha sido como un deja vu constante.

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No sabía donde poner esto, así que lo dejo aquí.
Por circunstancias que no vienen al caso, ayer vi un cacho de la serie Vacaciones en el mar en VO y tiene risas enlatadas :roto2 ¿La versión doblada las tenía? porque no me suena y quedan como el culo...
 
No sabía donde poner esto, así que lo dejo aquí.
Por circunstancias que no vienen al caso, ayer vi un cacho de la serie Vacaciones en el mar en VO y tiene risas enlatadas :roto2 ¿La versión doblada las tenía? porque no me suena y quedan como el culo...

Pues en Youtube hay varios capítulos doblados, y sí, llevan risas enlatadas.

 
- Necesitaba decirlo.... necesitaba decirlo... me... me... me encanta Gopher... ya lo dicho... ya lo he dicho... Burl Smith alias "Gopher". :sudor

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Por misterios insondables de las redes en Youtube han ido colgando durante este año toda la serie de "Vacaciones en el mar" en inglés desde usuarios de distintos canales la mayoría de las veces de Países Árabes. :?La he ido revisando completa. La estructura era casi siempre la misma: tres historias diferentes con artistas famosos, que en ocasiones repetían su aparición como pasajeros del crucero de lujo “Princesa del Pacífico” en su ruta desde Los Ángeles (Estados Unidos) hasta Puerto Vallarta (México). La serie contribuyó a popularizar la industria de los cruceros a nivel internacional.
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En cada capítulo, como indicaba, teníamos tres historias. Una historia era de amor convencional; otra era dramática y la tercera, cómica. Por la serie se pasearon algunas de las más grandes estrellas de Hollywood. A destacar el mítico capítulo rodado en Barcelona con Chiquito de la Calzada actuando como palmero flamenco.



o el protagonizado por Jeremy Brett, el Sherlock Holmes de la serie de Granada TV interpretando a un atildado mayordomo.

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También son notables los episodios en los que intervenía la exuberante cantante española Charo Baeza, quien fuera musa de Xavier Cugat y que merece que algún día alguien haga un “biopic“ de ella. Con su simpatía y desparpajo, triunfó en Estados Unidos sin perder nunca su marcadísimo acento español.



La química entre los actores y actrices que formaban la tripulación funcionaba como un reloj. El capitán Merrill Stubing (interpretado por el actor Gavin MacLeod) aportaba el punto de sabiduría paternal sobre la tripulación.

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Todo un lobo de mar. Un hombre honesto, y stricto cuando era necesario y que sin embargo estaba siempre disponible para ayudar a sus compañeros aunque fuera al margen de las ordenanzas. Sólo en ocasiones puntuales se veía envuelto en historias amorosas.

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La directora del crucero, Julie McCoy (bellísima Lauren Tewes), que fue despedida por su adicción a las drogas a mitad de la serie y reemplazada por la actriz Pat Klous, que representaba a su hermana, Judie quien asumía la responsabilidad de ser la nueva directora de crucero.

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Los guionistas se inventaron que Julie se había casado por sorpresa con un fotógrafo de cine, aunque esto lo sabemos por los diálogos de los personajes, ya que no se permitió que la actriz se despidiese de su papel.

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Lauren Tewes fue felizmente, recuperada de nuevo en los episodios finales de la serie.

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El doctor Adam Bricker, interpretado por Bernie Kopell. Mujeriego médico de a bordo, con varios matrimonios fallidos a sus espaldas.

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Kopell es un actor que tiene una extraordinaria facilidad para imitar voces y habla castellano a la perfección. En ocasiones lo hacía con el idioma alemán, como homenaje/guiño al villano Conrad Siegfried, de la organización "Kaos", que encarnara en los años 60 en la serie "El Superagente 86", serie de la que también era guionista. En uno de los espisodios de "Vacaciones en el mar", uno de estos episodios en clave onírica que toda serie de televisión tiene, igual que los de viajes en el tiempo, cuando empieza a mostrar signos de agotamiento, Gopher sueña que están en la Segunda Guerra Mundial y el personaje del doctor Bricker es secuestrado y reemplazado por un espía alemán con su misma cara. Ello permitió a Kopell recuperar la voz de Sigfried para satisfacción de los fans de "El Superagente 86".

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El sobrecargo Burl "Gopher Smith", interpretado por Fred Grandy, quien acabaría dejando la serie prácticamente al final de la misma para embarcarse en una exitosa carrera política como senador republicano. Grandy ha comentado en alguna entrevista que aunque su carrera política le aportó muchas satisfacciones, es consciente que ésta nunca habría tenido lugar sin la popularidad de su personaje en "Vacaciones en el mar". Gopher era el reverso cómico del doctor Bricker. Se le reservaban las tramas cómicas y aunque siempre estaba persiguiendo a las chicas, casi siempre le salían mal todos sus planes.

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A medida que la serie fue avanzando, Gopher fue perdiendo parte de su locura inicial y fue ganando en seriedad y responsabilidad dentro del barco, en una maniobra que me recuerda un tanto a la gradual transformación/madurez del personaje de Chandler en "Friends", aunque nunca perdería el punto de comicidad de los inicios.

A diferencia del personaje de Julie, a Gopher sí se le permitió despedirse como Dios manda. Los guionistas inventaron que abandona el crucero cuando un millonario, al que había ayudado en capítulos anteriores, le ofrece convertirse en gerente de un hotel.

Completaba el equipo, el barman Isaac Washington (Ted Lange), quien llegó a protagonizar un famoso anuncio de "Trina Piña Colada" en la España de principios de los 80, como muestra de su extrema popularidad entre el público de todo el mundo.

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Isaac y Gopher eran amigos íntimos en la serie, que fue una de las primeras en dar un papel protagónico a un actor de color en horario de máxima audiencia.



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Finalizaba el equipo, Vicky Stubing (Jill Whelan), la hija del capitán Stubing, quien empezó en la serie como actriz invitada cuando no era más que una niña y pasó a formar parte del elenco fijo cuando el capitán Stubing le pide que se quede a vivir con él en el barco. Vicky va creciendo durante la serie hasta convertirse en una joven que trabaja como ayudante de Julie McCoy.

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En las temporadas finales, se sumó al reparto Ashley Covington Evans (Ted McGinley), como el fotógrafo del barco. Un aristócrata que nunca ha dado un palo al agua y que se ofrece como fotógrafo para aprender a ganarse la vida sin depender de la fortuna familiar. Precisamente Jeremy Brett fue el actor que encarnó a su mayordomo en el episodio en el que el célebre actor inglés apareció como artista invitado.

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Más allá de la visión ligero, festiva y hoy sonrojante de muchas de sus tramas, incluso políticamente incorrectas en su mayoría, fue una serie que permitió a muchos actores y actrices dar sus primeros pasos... y a veces los últimos, rescatándolos de su retiro.

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He empezado indicando que me gustaba Gopher... el patoso Gopher, la fuente de los momentos de humor de la serie, sin embargo, acabó conquistando el corazón de la chica. Gopher y Julie se enamoraron en varios episodios. El payaso conquistó a la dama y le robó el corazón. A veces como una broma para engañar/despistar a sus respectivas parejas ocasionales, otras porque Julie ayudaba a Gopher para demostrar a los demás que podía triunfar con las mujeres, como sucede en el episodio en el que aparece un jovencísimo Tom Hanks con pelo afro, encarnando al odioso y triunfador antiguo compañero de estudios de Gopher y Julie se hace pasar por la novia de Gopher para que su antiguo camarada devoa Universidad, no le siga tachando de perdedor.

Los besos comienzan en broma para espantar al molesto Tom Hanks, en uno de los pocos personajes desagradables y netamente negativos, que ha interpretado Hanks en su larga y fructífera carrera, pero Gopher y Julie descubren que sienten algo más que amistad... No obstante, al final del episodio prefieren que el amor no desvirtúe su relación y ambos deciden voluntariamente quedar sólo como buenos amigos y camaradas.

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Cuando la serie rescató a la encantadora Lauren Tewes como actriz invitada (con un delicioso y más moderno corte de pelo), haciendo que Julie vuelva al "Princesa del Pacífico" como pasajera del crucero (en realidad, los productores estaban testeando a la actriz para ver si una vez superados sus problemas con las drogas podía reincorporarse a la serie) informando a sus amigos que su marido, el fotógrafo de cine está en un rodaje, Gopher descubre que Julie no les está contando la verdad. La pareja matrimonial está en crisis. Julie confiesa a Gopher que le ha echado mucho de menos. No ha encontrado a nadie que le haga sentirse tan a gusto y que le haga reír como él. Ambos se confiesan mutuamente sus sentimientos, reviven su amor y están a punto... a punto de quedar juntos de nuevo, esta vez parece que sí.

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Al final, el marido de Julie le pide una segunda oportunidad, Gopher y Julie vuelven a quedar como amigos, aunque con el dolor intenso de saber que en realidad se aman y se amarán siempre.

A finales de los años 90, la serie tuvo un breve remake, "The Love Boat: the Next Wave", con una nueva tripulación con el malogrado Robert Urich como nuevo capitán del crucero. Parte del reparto original apareció invitado en algunos episodios. Julie y el doctor Bricker entre ellos. Su reaparición fue para mostrárnoslos casados ¿?¿?¿?¿ (desafortunadamente, Fred Grandy en plena vorágine de su carrera política, no apareció en ningún episodio del remake). Cuando el nuevo capitán les pregunta que cómo es que se han casado, ambos le responden que lo suyo ya venía... venía de muy lejos. Personalmente, no considero esto "canon" respecto a la serie original porque Julie y Gopher están destinados a estar juntos. ¿Matrimonio entre Julie y el doctor Bricker? ¡¡¡Los cojones!!! :apaleao

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Y ya está... va por ti Gopher y por todos los buenos momentos que tú y tus amigos me habéis hecho disfrutar este año con vuestra serie. Tenía que decirse... y se dijo... ¿EH?

 
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