Respuesta: El Megapost de los MUSICALES
(Id, Vincente Minnelli, 1958)
2 pesares por mi parte que duelen como si me hubiese pillado la mano con una puerta.
1º) El tropezón más doloroso hasta la fecha por uno de los directores que más admiro.
2º) El tropezón más doloroso hasta la fecha de todos los musicales que llevo vistos desde que tengo uso de razón.
Como dice una de las canciones del título en cuestión:
“Qué aburrido”.
Porque señoras y señores, este musical es aburrido. Con todas las letras. Es muy difícil que un musical, más con los ingredientes y elementos que contiene, pueda parecerme aburrido, pesado y cansino. Mucho tiene que torcerse la cosa para que yo resople como un caballo. Pero es que Minnelli, siendo un maestro de los musicales por antonomasia, uno de los realizadores que siempre me conquista y que con muy poco que se esfuerce se calza una obra maestra absoluta aquí, con Gigi, ha conseguido todo lo contrario y voy a narrar las razones del porqué.
- Los actores.
Aunque los actores interpretan sus personajes y se guían / basan en un guión es muy triste que de todo el elenco sólo dos actores logren salvarme la función: Maurice Chevalier con su papel de mujeriego y vividor a partes iguales (sin importarle la edad de la fémina) y con las cuales no puede durar más de unos meses y Eva Gabor como la tía petulante, acomodada, exquisita y educada que le enseñará las costumbres, rituales y maneras para conseguir ser una chica distinguida.
Sus papeles respectivos son los que consiguen que la película no se hunda, que no sea un cúmulo de naderías y dotan a cada una de sus escenas de un don exquisito por ser unos roba escenas de campeonato. Y si soy benévolo podría decir que Hermione Gingold, la abuela de Gigi que se encarga de cuidarla y mantenerla, por su porte y distinción, una actriz de la antigua escuela de las cuales no se puede decir nada malo, dota ese carisma necesario para hacer sus escenas emotivas y distinguidas.
Pero los 2 protagonistas de la función, Leslie Caron como Gigi y Louis Jourdan como Gastón son de lo más insoportablemente aburrido que yo me haya encontrado en un musical y aunque es cierto que Minnelli suele dotar de estas formas a sus actores / actrices en sus musicales estos superan la media haciendo sus interpretaciones demasiado cansinas y muy amaneradas, con un exceso de maniqueísmo y un exceso en sus actuaciones que no logran transmitirme lo que yo espero de ellos. Aparte de que personajes son muy recargados y que sobrepasan el límite de mi paciencia (sobre todo el de Gigi, quien no simpatiza conmigo y Gaston es demasiado impertinente como para caer en gracia, encima le dotan de una indecisión que se pasa). Y si encima le añadimos las maneras tontas de Gigi en casi la mayoría de sus actuaciones (siendo el sumun de la exageración y la sobreactuación en la canción “I don’t understand the parisians”) entonces es poco probable que sea algo que acepte y aplauda.
- Las canciones
Si por algo me gustan los musicales es por varias razones. Y las canciones son el elemento fundamental (claro que aquí he dicho una boutarde como un piano pero ya me entendéis). Y si algo destaca es este musical es por tener las canciones menos pegadizas y más aburridas de todos los musicales con los que me encontrado. Quizás, y sólo quizás, el tema “Thanks heaven” cantado por Chevalier sea el más acertado y el menos monótono pero por lo demás son temas que van y vienen, que no ayudan a avanzar y que son casi todas canciones habladas. No es que sean hip hop ni un rap pero desde luego la musicalidad no la ponen las letras, desde luego. Y estoy convencido que dentro de poco no creo que ni recuerde el “thanks heaven”.
Y eso, de un musical que se respete y se precie, es, como mínimo, triste.
- La historia
Sí, está bien, entre comillas. Entiendo que es la típica historia romántica que trata sobre de cómo Gastón se enamora perdidamente de la niña que siempre conoció así. Pero esto, que podría resumirse perfectamente en una hora y cuarto, hora y media, se alarga hasta la extenuación en unas 2 horas que son extremadamente agotadoras, que muchas cosas son puro relleno y que en este caso es un claro ejemplo de querer complacer más a los repartidores de premios que a los espectadores.
Y no niego la espectacularidad de la ambientación, haciéndome creíble ese París del 1900. O el vestuario, que es un lujo para la vista. La puesta en escena, aún siendo muy básica, no deja de ser lo justo y necesario para un título de esta envergadura pero que queréis que os diga las formas y maneras, en este caso, quedan relegadas a un segundo plano en pos del fondo, que es lo que falla aquí. Todo esto consigue que sea un título completamente irregular, que flojea demasiado en la gran mayoría del metraje y que tristemente se excede en la narrativa para resumir el final en apenas 5 minutos. Muy descompensada.
Ya digo, es una lástima porque era muy difícil que Gigi, como tal, fuese a causarme tan mala impresión. Es algo que no me entra en la cabeza. No puedo comprenderlo cuando título que descubro de Minnelli pasa, automáticamente, a ser uno de mis favoritos. Bueno, quizás otro día. Pero no revisionaré con gusto como sí hago con otros musicales.