Atreyub
En busca y captura
Respuesta: El megapost de los WESTERNS
Dedicada, como no, a Duke.
(Asalto y robo de un tren, Edwin S. Porter, 1903)
Considerado por la mayoría de historiadores cinematográficos como el primer western, el que daría inicio a un género que se acabaría convirtiendo en uno de los más consagrados de la meca del cine. Con apenas 12 minutos de metraje, el filme se acabó convirtiendo en uno de los más exitosos de la época y acabaría deparando unas formas muy imitadas en un sinfín de títulos posteriores.
El cortometraje de Edwin S. Porter es una clase magistral en cuanto a montaje, exposición y narrativa. Hablamos de casi los comienzos del cine, cuando todo estaba por explorar, por realizar y por ofrecer. La historia cuenta con escenas sueltas expuestas en escenarios fijos, como si de teatro se tratase, añadiéndole además alguna escena que otra en exteriores pero con el montaje consiguen que todo confiera en un alarde significativo a la hora de darle homogeneidad al conjunto de la historia.
Estamos ante el clásico ataque de bandidos que asaltan un tren robando su contenido. Tenemos disparos, secuestros, trenes robados, tiroteos, emboscadas y un sinfín de situaciones emplazadas en el mundo del western el cortometraje acabaría siendo un clásico por derecho propio y uno de los títulos más impactantes en su época debido a una sola escena de apenas 5 segundos: la escena final donde uno de los forajidos, rifle en mano, apunta directamente a cámara y vacía el tambor disparando contra la persona que tiene delante, en este caso nosotros, los espectadores.
Más allá de si la escena es adecuada o tiene continuidad con lo que sucede, pues la escena anterior deja entender que todos los forajidos acaban muertos a tiros y juega con la confusión pues no deja claro si queda alguien con vida y si esa escena en concreto tiene relación con lo acontecido previamente, lo acontecido incluso a día de hoy es sorprendente por una sencilla razón: juega con el sentimiento primigenio de sensación de ataque sin defensa posible.
El cortometraje estuvo en duda porque según los críticos de la época provocaba un malestar general entre el público al sentirse atacado (entendemos que los sentimientos y emociones de antaño son completamente opuestas a día de hoy). Pero quitando críticas y dudas al respecto la escena sigue manteniendo la fuerza visual que seguramente tuvo en su momento. Un alarde de originalidad y toda una proeza arriesgada para su día pues en principio esa toma no estaba prevista que se emplease ahí sino que se dejó a decisión propia de los montadores.
El resultado no puede ser más acertado y sobre todo efectista. "Asalto y robo de un tren" puede que no contenga una historia perfecta pues algunos planos son bastante largos y cuenta con algún fallo típico de la época (algún amaneramiento teatral en alguna actuación, el empleo de un pelele de trapo a modo de persona atacada que a día de hoy resulta un tanto jocoso, más por el resultado que por el elemento en sí... aunque el cambio de racord al golpear la cabeza sigue siendo impactante hasta aclimatarnos a ese mismo cambio) pero como ejemplo de efectismo, alarde de progreso y sobre todo de ser el botón de muestra para el género es un título referencial, de formato excelente y resultado a tener en cuenta.
Dedicada, como no, a Duke.
(Asalto y robo de un tren, Edwin S. Porter, 1903)
Considerado por la mayoría de historiadores cinematográficos como el primer western, el que daría inicio a un género que se acabaría convirtiendo en uno de los más consagrados de la meca del cine. Con apenas 12 minutos de metraje, el filme se acabó convirtiendo en uno de los más exitosos de la época y acabaría deparando unas formas muy imitadas en un sinfín de títulos posteriores.
El cortometraje de Edwin S. Porter es una clase magistral en cuanto a montaje, exposición y narrativa. Hablamos de casi los comienzos del cine, cuando todo estaba por explorar, por realizar y por ofrecer. La historia cuenta con escenas sueltas expuestas en escenarios fijos, como si de teatro se tratase, añadiéndole además alguna escena que otra en exteriores pero con el montaje consiguen que todo confiera en un alarde significativo a la hora de darle homogeneidad al conjunto de la historia.
Estamos ante el clásico ataque de bandidos que asaltan un tren robando su contenido. Tenemos disparos, secuestros, trenes robados, tiroteos, emboscadas y un sinfín de situaciones emplazadas en el mundo del western el cortometraje acabaría siendo un clásico por derecho propio y uno de los títulos más impactantes en su época debido a una sola escena de apenas 5 segundos: la escena final donde uno de los forajidos, rifle en mano, apunta directamente a cámara y vacía el tambor disparando contra la persona que tiene delante, en este caso nosotros, los espectadores.
Más allá de si la escena es adecuada o tiene continuidad con lo que sucede, pues la escena anterior deja entender que todos los forajidos acaban muertos a tiros y juega con la confusión pues no deja claro si queda alguien con vida y si esa escena en concreto tiene relación con lo acontecido previamente, lo acontecido incluso a día de hoy es sorprendente por una sencilla razón: juega con el sentimiento primigenio de sensación de ataque sin defensa posible.
El cortometraje estuvo en duda porque según los críticos de la época provocaba un malestar general entre el público al sentirse atacado (entendemos que los sentimientos y emociones de antaño son completamente opuestas a día de hoy). Pero quitando críticas y dudas al respecto la escena sigue manteniendo la fuerza visual que seguramente tuvo en su momento. Un alarde de originalidad y toda una proeza arriesgada para su día pues en principio esa toma no estaba prevista que se emplease ahí sino que se dejó a decisión propia de los montadores.
El resultado no puede ser más acertado y sobre todo efectista. "Asalto y robo de un tren" puede que no contenga una historia perfecta pues algunos planos son bastante largos y cuenta con algún fallo típico de la época (algún amaneramiento teatral en alguna actuación, el empleo de un pelele de trapo a modo de persona atacada que a día de hoy resulta un tanto jocoso, más por el resultado que por el elemento en sí... aunque el cambio de racord al golpear la cabeza sigue siendo impactante hasta aclimatarnos a ese mismo cambio) pero como ejemplo de efectismo, alarde de progreso y sobre todo de ser el botón de muestra para el género es un título referencial, de formato excelente y resultado a tener en cuenta.