Respuesta: El megapost de Valdemar
Pues, después de haber leído a otros detectives de lo sobrenatural, como Silence o Kane, debo decir que si me sorprendió la escasísima presencia del doctor Hesselius, pues pensaba que tendría protagonismo en las historias, pero no es así.
Una vez dicho esto, me ha gustado el libro, sin duda. Le Fanú es capaz de describir la desesperación de los espiritualmente condenados de manera lo bastante gráfica como para hacerse sentir empatía con sus personajes. En mi opinión, los relatos van superándose uno a otro, siendo
Té Verde el más flojito (flojito mis narices, las descripciones del puñetero mono fantasmal que acosa y atormenta al protagonista son fantásticas),
El familiar, cortada por el mismo patrón (hombre convencional acosado por un perseguidor de naturaleza incierta hasta destruir completamente su vida) y donde mejoraba mucho esa sensación de acoso al protagonista, que consigue transmitirme muy bien).
El juez Harbottle enorme, alcanza cotas de excelencia maravillosa. Naturalmente, aquí la empatía no existe, pues se está castigando con justicia a un personaje infame y malnacido que se aprovecha de las leyes para castigar a quienes más le conviene, abusando de su posición para llevar a cabo venganzas personales. Lo mejor son los pensamientos del juez, que se tiene por un hombre justo, honorable, intachable, intocable... y sobre todo, el final, donde a través de los testimonios de varios criados, se reconstruye la ejecución del juicio sobrenatural, que en ningún momento llegamos a presenciar (muy acertadamente).
Carmilla es sublime. Es algo que... hay que darle de comer aparte. Una historia de vampirismo lésbico, de posesión y dependencia psicológica, con esa niña/mujer/arpía que es Carmilla, seduciendo a la protagonista aún sabiendo que el resultado de esa seducción solo puede ser uno. Me ha recordado bastante (salvando las obvias distancias) a
Déjame entrar en la relación entre la vampira y la protagonista. Y ya el final, merodeando por el viejo castillo Karnstein
Desde luego, Le Fanú prepara bien el terreno, con el aviso de lo que va a suceder (la muerte de una niña cercana que había recibido una "visita") el oportuno accidente del carruaje, luego las muertes que se van produciendo en el pueblo, el secretismo hacia el pasado de Carmilla... hasta que, cuando al final se hace la supuesta revelación, ya se tiene bastante claro.
Sublime. Simplemente, sublime. Me ha entrado el gusanillo vampírico: me leí Sanguinarius, hace unas semanas, ahora esto, y ahora voy a por Drácula, novela que leí en mi adolescencia y que no recuerdo mucho, salvo el pasaje inicial de Harker en el castillo, que se me grabó a fuego por su extraordinaria calidad...