Cassiddy
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Acabada "Es un pájaro..."
Me la recomendaron hace tiempo. No soy fan del comic de Superman, pero me la vendieron mucho como "es para la gente a la que no le gusta el comic de Superman".
Bueno, pues es un coñazo de los buenos. Sus poco mas de 100 paginas me han llevado mas de 3 semanas de acabar. Ese es el nivel de enganche que he tenido con él.
Básicamente: un escritor gafapasta recibe el encargo de escribir un guión para el siguiente comic de Superman, él tiene un drama familiar y odia el personaje, asi que se tira toda la obra rompiendo la cuarta pared, mirando directamente al lector (el color del bocadillo cambia cuando esto sucede) y explicando sus motivaciones para no aceptar el encargo mientras su editor no para de preguntarle si lo va a aceptar ( en la vida real creo que la negativa no habría pasado de la primera llamada). El tío se pasa toda la obra criticando lo que el personaje representa, comparándolo con su propia vida y con un dramón considerable. Parece no darse cuenta de que criticando la sociedad actual acaba convirtiéndose en un estereotipo de aquello que tanto repelús le da: un gafapasta amargado, condescendiente y petulante con el que nunca terminas de empatizar.
El dibujo es tal que así:
Tal vez lo único realmente destacable.
Menuda racha que llevo, salvo Costas salvajes no he leído nada especialmente reseñable en lo que va de año.
Me la recomendaron hace tiempo. No soy fan del comic de Superman, pero me la vendieron mucho como "es para la gente a la que no le gusta el comic de Superman".
Bueno, pues es un coñazo de los buenos. Sus poco mas de 100 paginas me han llevado mas de 3 semanas de acabar. Ese es el nivel de enganche que he tenido con él.
Básicamente: un escritor gafapasta recibe el encargo de escribir un guión para el siguiente comic de Superman, él tiene un drama familiar y odia el personaje, asi que se tira toda la obra rompiendo la cuarta pared, mirando directamente al lector (el color del bocadillo cambia cuando esto sucede) y explicando sus motivaciones para no aceptar el encargo mientras su editor no para de preguntarle si lo va a aceptar ( en la vida real creo que la negativa no habría pasado de la primera llamada). El tío se pasa toda la obra criticando lo que el personaje representa, comparándolo con su propia vida y con un dramón considerable. Parece no darse cuenta de que criticando la sociedad actual acaba convirtiéndose en un estereotipo de aquello que tanto repelús le da: un gafapasta amargado, condescendiente y petulante con el que nunca terminas de empatizar.
El dibujo es tal que así:
Tal vez lo único realmente destacable.
Menuda racha que llevo, salvo Costas salvajes no he leído nada especialmente reseñable en lo que va de año.