Subsidio de Subsistencia
Santiago Niño Becerra - Miércoles, 17 de Junio
Bueno, ya ha llegado: el Subsidio de Subsistencia: la ayuda de 400 euros mensuales para miembros de la población activa desocupada que no esté percibiendo ningún otro tipo de prestación y que el Gobierno está considerando, cantidad que percibirán siempre y cuando acepten recibir formación para su reciclaje profesional.
Que esto iba a llegar era más que lógico: era obvio: Uds. lo leyeron en lacartadelabolsa. El Susbsidio de Subsistencia, ¿qué significa?, pues que el sistema identifica que no necesita -ni va a necesitar- tanto factor trabajo, pero, en parte por los ecos del modelo de protección social, en parte por la búsqueda de la paz social, se arbitra una cantidad ultramínima que cubra la ingesta mínima de calorías diarias y poco más (400 euros mensuales equivalen a 133 diarios) y, a partir de ahí que la gente se busque la vida; ‘a partir de ahí que la gente se forme’, dice el del fondo; no: que se busque la vida.
OK: una/un desempleada/o sin ningún tipo de ayuda percibirá ese importe a cambio de recibir una formación para favorecer su empleabilidad cuando haya adquirido esa capacitación. Preguntas que hago (a quienes corresponda): a) ¿qué es una profesión de futuro?, b) ¿será necesaria esa persona para generar PIB cuando se halle capacitada?, porque claro, una persona es contratada si es necesaria, independientemente de la formación que tenga, y c) todas las personas que van a percibir esos 400 euros, ¿tendrán la capacidad intelectual suficiente como para asimilar la información que se les va a transmitir en esos cursos de capacitación para profesiones de futuro?.
En mi libro, “El crash del 2010”, lo comento: es posible que ahora sea instaurada una contraprestación personal supermínima a fin de frenar el golpe (en el 2010, aceptando como buenas las últimas cifras del Gobierno y sumando las estimaciones de subempleo el Reino de España se va a ir a una tasa de desempleo de casi el 25%), pero le llamarán no-se-como camuflando el nombre a fin de distraer al personal, pero cuando tras la crisis, en el 2012 o 2013 se ponga de manifiesto la situación real pura y dura, entonces será cuando, pienso, será instaurada, como tal, una renta mínima, un subsidio de subsistencia, que permita eso: subsistir, igualando salarios mínimos, prestaciones por desempleo y la inmensa mayoría de las pensiones de jubilación. En el 2012 o 2013: cuando, tras la crisis quede diáfanamente de manifiesto que no todo el factor trabajo existente es necesario para generar PIB.
Entre paréntesis: supongo que en estas conversaciones que se están llevando a cabo a varias bandas entre los ‘agentes sociales’ (¿quién acuñaría ese concepto?) a fin de llegar a un ‘acuerdo social’ (idem anterior) se habrá tenido en cuenta que no dan para lo mismo 400 euros en las localidades de Blanes, San Sebastián de los Reyes, o Fregenal de la Sierra, lo digo porque, si no se ha tenido en cuenta, será un nuevo foco de nuevos problemas.
(Me lo dijo hace menos de una semana alguien que es propietario de uno de los despachos de farmacia que más facturan en una de las mayores ciudades del reino: ‘Estamos notando la crisis, y mucho’, ¿cómo es eso?, pregunté yo; la explicación tiene lógica: una farmacia puede vender seis familias de productos: medicinas con receta, medicamentos sin receta, productos para higiene personal, cosmética especial, medicamentos para veterinaria y productos varios que van desde homeopatía a aceites esenciales.
Bien pues según me dijo esa persona, excepto la venta de medicinas con receta, en todas las demás familias de productos, y en mayor o menor medida, se había producido una caída en la facturación, en-to-das. Ahora podemos empezar a elucubrar sobre lo que queramos: que si hay demasiadas farmacias, que la gente compraba por comprar, que se receta demasiado, que la gente se automedica, que si pitos y que si flautas, lo que quieran, pero todo eso es ahora, hace unos años, cuando ‘España iba bien’ y la gente compraba a manta de todo, incluidos medicamentos que se caducaban en un armario y cremas recomendadas por una amiga o por un amigo y que eran utilizadas dos veces porque ni la madre de quien la había comprado aguantaba el olor que la crema desprendía.
De todos modos y si lo pensamos dos veces, si ha descendido el consumo de bienes vendidos en las tienda de electrodomésticos, ¿por qué no iba a caer el consumo de bienes vendidos en las farmacias?).
(El Gobierno quiere incrementar la presión fiscal que gravita sobre los blindajes y paracaídas de los directivos de oro y plata. Como medida política para salir cinco minutos en la tele y que se crucen cuatro comentarios en un bar, no está mal, y supongo que así ha sido diseñada porque que si se ha hecho buscando otra cosa … Una gran compañía tiene mil y un resorte para saltarse, legalmente, esas normativas, por eso es una gran compañía. En fin).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.