Respuesta: El Megapost del Willy Toledo
Alguna vez lo he dicho, los cambios no vienen de la mayoría, sino de las minorías. No creo que en la Revolución Francesa un monárquico marsellés se enterase hasta unos días después que los parisinos habían decidido acabar con Luis XVI. Es un ejemplo un poco burdo, pero el poder no reside en la mayoría, sino del que tiene la capacidad de hacerse con él.
Más de una vez he dicho en este foro, las cosas que Henry Morrison o Reilly están comentando aquí. Es difícil considerar el régimen en el que ahora vivimos como democrático. Un único argumento nos puede servir para sentar doctrina. No hay separación efectiva de poderes. Ya se ha comentado. Tampoco es una dictadura, ahora bien, pero sería muy utópico referirnos a nuestra capacidad como ciudadanos frente al sistema como soberanía nacional, o hablar de plena libertad y no de una libertad "dirigida". Ya lo decía utópicamente en un legendario hilo sobre los centros comerciales que abrió Magnolia. Quiero tener la capacidad, la libertad de hacerme un ermitaño y vivir en una cabaña viviendo del trueque. No es que quiera hacerlo en verdad, me moriría de hambre, pero nuestro mundo hasta ahora ha funcionado creando unidades de consumo a las que se doma y domina para que vivan en una prisión de multinacionales, hipotecas a intereses bajos y creer que lo que ellos denominan democracia es el mejor de los sistemas. Lo estamos viendo. La capacidad crítica de las personas están bajo mínimos. La luz no llega a sus ojos (y esta puede ser percibida de muy distintas maneras), aceptan el mundo como es y no se lo plantean. Es como el principio de El Mundo de Sophie, la gente acepta como son las cosas y dejan de asombrarse con el mundo.
Pero más allá de todo el párrafo-chorrada anterior, y hablando de lo que aquí se habla que es sobre la antipatía que puede generar Willy Toledo hacía nosotros, supuestas antípodas de su opinión (en realidad no creo que estemos en contra de lo que dice sino de como lo dice), hablemos. El clan Bardem, Willy Toledo, Alberto San Juan o Victor Manuel y Ana Belén junto a Ismael Serrano a lo mejor no me molestan por el hecho de querer una sanidad pública o considerar que nuestro derecho a la libertad debe ser mayor. Tampoco por las incoherencias de su discurso - status (a Willy Toledo nunca le ha faltado Jamón Ibérico y no por su trabajo de actor)... El problema es que no dan su opinión, dan un discurso político desde una tarima donde en el fondo no están con los afectados por las políticas represivas, no... Ellos, en realidad no están muy lejos de esa oligarquía que tanto critican y que en realidad los ha dado de comer como en el caso del señor Toledo. Ellos miran al resto como cucarachas, que no despiertan ni se unen a la evidencia de su discurso, de sus vomitonas políticas que por supuesto no aceptan críticas. La gente debe unirse bajo su yugo, comprar su discurso porque para ellos obviamente es el mejor y no cabe la escala de grises. Su modelo, su libertad es Cuba y Venezuela. Y lo siento, yo puedo ser muy crítico con todo, pero se que en mi argumentación anterior sobre el sistema no se sostiene bajo un análisis riguroso, y lo mismo pasa con lo que venden estas personas. Yo puedo ser crítico, pero también he estudiado, he leído y tengo derecho a no comprar la ideología socialista y sentirme inteligente por ello. No compro que me llamen ciego, que desde su cadalso nos traten a los demás como seres inferiores que no ven la evidencia de lo que hablan, de lo que sostienen, que hemos de simpatizar con terribles regímenes populistas porque son mejores que el nuestro. Para estar en contra de la monarquía, no he de ir bajo un trapo tricolor símbolo de un lamentable periodo. Para estar en contra de este sistema, no voy a estar a favor de un sistema socialista. Lo siento, no. No compro su forma de pensar, ni acepto que me consideren una cucaracha por no comprar su discurso. No lo haré.
Y sí, hay peores regímenes que el Cubano que bailan al son de Washington o Washington baila al son de ellos. Por ejemplo, ese gran aliado en Oriente Medio que es Arabia Saudí.
Alguna vez lo he dicho, los cambios no vienen de la mayoría, sino de las minorías. No creo que en la Revolución Francesa un monárquico marsellés se enterase hasta unos días después que los parisinos habían decidido acabar con Luis XVI. Es un ejemplo un poco burdo, pero el poder no reside en la mayoría, sino del que tiene la capacidad de hacerse con él.
Más de una vez he dicho en este foro, las cosas que Henry Morrison o Reilly están comentando aquí. Es difícil considerar el régimen en el que ahora vivimos como democrático. Un único argumento nos puede servir para sentar doctrina. No hay separación efectiva de poderes. Ya se ha comentado. Tampoco es una dictadura, ahora bien, pero sería muy utópico referirnos a nuestra capacidad como ciudadanos frente al sistema como soberanía nacional, o hablar de plena libertad y no de una libertad "dirigida". Ya lo decía utópicamente en un legendario hilo sobre los centros comerciales que abrió Magnolia. Quiero tener la capacidad, la libertad de hacerme un ermitaño y vivir en una cabaña viviendo del trueque. No es que quiera hacerlo en verdad, me moriría de hambre, pero nuestro mundo hasta ahora ha funcionado creando unidades de consumo a las que se doma y domina para que vivan en una prisión de multinacionales, hipotecas a intereses bajos y creer que lo que ellos denominan democracia es el mejor de los sistemas. Lo estamos viendo. La capacidad crítica de las personas están bajo mínimos. La luz no llega a sus ojos (y esta puede ser percibida de muy distintas maneras), aceptan el mundo como es y no se lo plantean. Es como el principio de El Mundo de Sophie, la gente acepta como son las cosas y dejan de asombrarse con el mundo.
Pero más allá de todo el párrafo-chorrada anterior, y hablando de lo que aquí se habla que es sobre la antipatía que puede generar Willy Toledo hacía nosotros, supuestas antípodas de su opinión (en realidad no creo que estemos en contra de lo que dice sino de como lo dice), hablemos. El clan Bardem, Willy Toledo, Alberto San Juan o Victor Manuel y Ana Belén junto a Ismael Serrano a lo mejor no me molestan por el hecho de querer una sanidad pública o considerar que nuestro derecho a la libertad debe ser mayor. Tampoco por las incoherencias de su discurso - status (a Willy Toledo nunca le ha faltado Jamón Ibérico y no por su trabajo de actor)... El problema es que no dan su opinión, dan un discurso político desde una tarima donde en el fondo no están con los afectados por las políticas represivas, no... Ellos, en realidad no están muy lejos de esa oligarquía que tanto critican y que en realidad los ha dado de comer como en el caso del señor Toledo. Ellos miran al resto como cucarachas, que no despiertan ni se unen a la evidencia de su discurso, de sus vomitonas políticas que por supuesto no aceptan críticas. La gente debe unirse bajo su yugo, comprar su discurso porque para ellos obviamente es el mejor y no cabe la escala de grises. Su modelo, su libertad es Cuba y Venezuela. Y lo siento, yo puedo ser muy crítico con todo, pero se que en mi argumentación anterior sobre el sistema no se sostiene bajo un análisis riguroso, y lo mismo pasa con lo que venden estas personas. Yo puedo ser crítico, pero también he estudiado, he leído y tengo derecho a no comprar la ideología socialista y sentirme inteligente por ello. No compro que me llamen ciego, que desde su cadalso nos traten a los demás como seres inferiores que no ven la evidencia de lo que hablan, de lo que sostienen, que hemos de simpatizar con terribles regímenes populistas porque son mejores que el nuestro. Para estar en contra de la monarquía, no he de ir bajo un trapo tricolor símbolo de un lamentable periodo. Para estar en contra de este sistema, no voy a estar a favor de un sistema socialista. Lo siento, no. No compro su forma de pensar, ni acepto que me consideren una cucaracha por no comprar su discurso. No lo haré.
Y sí, hay peores regímenes que el Cubano que bailan al son de Washington o Washington baila al son de ellos. Por ejemplo, ese gran aliado en Oriente Medio que es Arabia Saudí.
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