Mi opinión va en la senda de @Edgtho. Yo entiendo que el aborto sea un tema polémico y difícil de llegar a un consenso, puesto que en él chocan los intereses de dos personas: por una parte, la madre; por otra parte, el nasciturus.
Por una parte, es cierto que toda persona es propietaria de su cuerpo y puede hacer lo que quiera con él (por cierto, no deja de ser curioso que quienes más reivindican a decidir sobre el propio cuerpo, más despotriquen contra la propiedad privada), pero en cuanto una mujer se queda encinta debe ser consciente que su cuerpo ya no le pertenece solo a ella.
Dado que existen varias causas por las que una mujer puede quedarse embarazada involuntariamente, y existe un período de tiempo en el que el nasciturus es sin duda un ser vivo pero es discutible que pueda ser considerado persona, veo lógico que existan unos plazos legales que permitan a una mujer interrumpir voluntariamente su embarazo en determinadas circunstancias.
Pero que yo esté a favor del derecho al aborto (bajo determinadas circunstancias) no quita que el movimiento abortista a menudo peque de argumentaciones peregrinas que a veces rayan más el egoísmo puro y duro que lo racional. Y que a veces el "derecho a decidir" es una reivindicación para comportarse de manera egoísta e irresponsable, rozando lo frívolo y lo negligente, como evidencian eslóganes como "al abortaje".
Y es que paradójicamente muchas de las muchachas que reivindican su derecho a abortar son chicas que jamás han tenido que pasar por dicha experiencia. Basta recordar el caso de Sara Winter, mencionado varias veces en el foro, que durante sus años como activista de Femen Brasil se pasó reivindicando el aborto como "experiencia empoderadora"... Hasta que se quedó embarazada involuntariamente, decidió abortar y descubrió que el aborto es una experiencia dolorosa que no tiene nada de empoderante.
Lo que quiero decir con esto es que reivindico el derecho a abortar (dentro de unos límites), pero todo derecho lleva asociadas unas responsabilidades, y en ningún caso el tener derecho a abortar te concede carta blanca para comportarte de manera egoísta, frívola e irresponsable.
Por una parte, es cierto que toda persona es propietaria de su cuerpo y puede hacer lo que quiera con él (por cierto, no deja de ser curioso que quienes más reivindican a decidir sobre el propio cuerpo, más despotriquen contra la propiedad privada), pero en cuanto una mujer se queda encinta debe ser consciente que su cuerpo ya no le pertenece solo a ella.
Dado que existen varias causas por las que una mujer puede quedarse embarazada involuntariamente, y existe un período de tiempo en el que el nasciturus es sin duda un ser vivo pero es discutible que pueda ser considerado persona, veo lógico que existan unos plazos legales que permitan a una mujer interrumpir voluntariamente su embarazo en determinadas circunstancias.
Pero que yo esté a favor del derecho al aborto (bajo determinadas circunstancias) no quita que el movimiento abortista a menudo peque de argumentaciones peregrinas que a veces rayan más el egoísmo puro y duro que lo racional. Y que a veces el "derecho a decidir" es una reivindicación para comportarse de manera egoísta e irresponsable, rozando lo frívolo y lo negligente, como evidencian eslóganes como "al abortaje".
Y es que paradójicamente muchas de las muchachas que reivindican su derecho a abortar son chicas que jamás han tenido que pasar por dicha experiencia. Basta recordar el caso de Sara Winter, mencionado varias veces en el foro, que durante sus años como activista de Femen Brasil se pasó reivindicando el aborto como "experiencia empoderadora"... Hasta que se quedó embarazada involuntariamente, decidió abortar y descubrió que el aborto es una experiencia dolorosa que no tiene nada de empoderante.
Lo que quiero decir con esto es que reivindico el derecho a abortar (dentro de unos límites), pero todo derecho lleva asociadas unas responsabilidades, y en ningún caso el tener derecho a abortar te concede carta blanca para comportarte de manera egoísta, frívola e irresponsable.