Es que es tal cual. Desde el momento que se abre el melón de cambiar el sexo y las razas de los personajes y no respetar ni la realidad histórica ni la tradición, eso funciona en ambos sentidos. Si un ayuntamiento tiene libertad para reimaginar a los Reyes Magos como drag queens y otro como tres mujeres musulmanas afrodescendientes con hijab, pues otro va a tener el derecho de caracterizarlos como tres caucásicos rubios de ojos azules y nadie le va a poder decir ni mu.