A ver, Iker es Iker y le pasa lo que a muchos. Cuándo hay un tema que quiere trata de forma seria y rigurosa, esconde dentro un periodista de raza de la vieja escuela. Además ha hecho documentales muy buenos. Lo bueno y lo malo, es que no se cierra a nada, y que es muy apasionado. Es como un niño, y muchas veces con Carmen Porter los veo como un Mulder y una Scully.
Pero vamos que es un tío que se sigue sorprendiendo, que siempre sigue buscando nuevos huecos y que no se conforma. No se le caen los anillos y si hay que dar el do de pecho lo da en un plató grande como el que tiene en Mediaset o en su casa. De hecho creo que es peor tenerle sometido incluso a la escaleta en el directo de la TV con tiempos. Iker mola explayado, dejándole que el tío reflexione en voz alta. Ahí el colega da clases magistrales.
Es que tenemos muchas veces ciertos prejuicios. Por ejemplo... Eduardo Inda... El colega es un notas, un psicópata mediático muchas veces que comete los grandes pecados del periodismo. Representa lo peor de la profesión. Pero cuando quiere puede ser un maestro, y muchos de los grandes escándalos de los que se aprovecha la agenda mediática, los sacó él.
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