Lo País sale en defensa.
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De verdad, si fuera mala persona me pondría a aplaudir este tipo de iniciativas. Me crearía una cuenta en Twiter para alabar todo ese valor y valentía. Y dejaría que, a 30 años vista, la naturaleza hiciera su trabajo. La naturaleza es por norma, implacable. A las consecuencias de haber tenido unos hábitos de mierda, no las puedes engañar. No las puedes comprar, sobornar o amenazar para que digan lo que tú quieres. El cuerpo te da los sustos que te tiene que dar, lo que tú pienses sobre tu estado de salud, no le importa.
Pero es que, joder, no. Estamos hablando de aceptar como real algo que no lo es. Se trata de dos cosas distintas, y las mezclan (interesadamente y a mala fe) para que parezcan lo mismo.
Una cosa es decir "tengo 10 kilos de sobrepeso, y no tengo complejo por ello". Pues bien. Yo peso casi 70 kilos, y según las estadísticas, debería pesar 63. No voy a señalar a nadie. Entendemos que los habituales estereotipos físicos que se nos vende desde la publicidad y los medios, no son alcanzables para casi nadie, y muchas veces, ni son deseables, o son directamente tan poco saludables como puede serlo la obesidad.
Otra cosa es decir "tengo 10 kilos de sobrepeso, y no es un problema, porque en realidad, el sobrepeso no existe, lo han inventado para oprimirme y herir mi autoestima. No hay ningún problema de salud en pesar 10 o 20 kilos de más, y no tengo que tomar ningún tipo de iniciativa en mejorar o cambiar nada, porque todo está bien, yo me siento sano, estoy sano". Eso es mentira. Una mentira que puede matar gente.