La cuestión es que a mí ningún hexperto ni ningún sanitario me ha tenido que decir nada: yo lo vi con mis ojos y lo toqué con mis manos, los protocolos de tratamiento cambiantes a cada nueva cosa que se descubría (los chinos no dijeron nada), tuve los tubos de los respiradores encima, yo mismo enchufaba las máquinas, yo mismo llevaba a los pacientes a las plantas de intermedios y de intensivos, yo hablaba con esa gente y a los dos días cuando volvía ya no estaban, yo ponía medicación y la cambiaba, vi las trombosis, las neumonías, las secuelas, vi a la gente en los pasillos, vi como se desmantelaron todos los quirófanos para meter camas de intensivos, vi las consultas vacías y la sala de espera llena de camas con cortinas para poner pacientes, vi como tiraron tabiques para ampliar despachos y poder meter camas de enfermos...
A mí nadie me ha tenido que decir nada. Y ni mucho menos va a venir un cuñao cualquiera porque ha leído a expertos y sanitarios a decirme que la emergencia sanitaria no fue tal y que llevan año y medio engañándonos como a borregos con un virus que es como otro cualquiera, que las PCRs no valen, que las vacunas son una castaña o que a los enfermos con covid se los mataba en los hospitales para liberar camas, o que íbamos como pollos sin cabeza.