Yo suelo soltarlo por la tarde, cuando estoy solo, no en la mañana cuando están el resto de compañeros, no por respeto hacia ellos, más bien por no dejar todo apestando y que me señalen diciendo "Ha sido ese".
Pues yo cuando me pilla y donde me pilla. Suelo ser puntual, así que todos los días mas o menos a la misma hora, procedo. Si es en el curro, en el curro. Si es en un velatorio, en un velatorio (desgraciadamente, ejemplo real). La verdad es que tengo cantidad de anécdotas sobre mi sistema digestivo puntual e impaciente. Cuando avisa, ya significa YA.
Si en la mañana me encuentro que tengo que evacuar, disimulo diciendo que tengo que entregar algo a un cliente y subo a casa de mis padres, a 1 minuto de la oficina y Virgen Santa, no hay nada como cagar en el trono familiar.
Se habla mucho de que en la cama de uno se duerme mejor que en la mejor cama del mejor hotel, pero poco se dice de los tigres. Jiñar en un sitio desconocido o compartido con multitud de extraños es algo tan desagradable como compartir cubiertos con un yonqui.
Yo antes hacía equilibrios para no tocar, poniendo cantidades absurdas de papel para que no salpicase aquello. Años después me cansé y pasé a hacer la momia, forrando el rosco de papel antes de posar el culo. Ahora ya lo limpio un poco por encima y, salvo que vea manchas muy evidentes, me planto donde haga falta. Si no, no sale bien. Y soy una persona muy ocupada que no se puede permitir perder cuarto de hora en rituales cada vez que necesite poner un huevo.
Os dejo, que me voy a cenar, me ha dado hambre, como cuando evacúas un tronco de esos que te hace sentirte vacío por dentro.