El periodo de incubación del virus parece ser según la OMS de entre 1 y 14 días, con una media levemente superior a 5 días. Además, la mayoría de los casos que requieren ingreso hospitalario lo hacen varios días después de empezar a mostrar síntomas. Por todo ello, lo que hemos visto los últimos días en forma de menor número de visitas a urgencias de hospitales, de ingresos hospitalarios, de ingreso en UCI e incluso de muertes,
es fundamentalmente el reflejo de nuestra primera fase de confinamiento, entre el 15 y el 30 de marzo.
Naturalmente, los efectos de este régimen de confinamiento más estricto aún no han podido ser muy perceptibles, por los periodos de incubación y hospitalización antes comentados.
Lo lógico es pensar, pues, que la tendencia iniciada de reducción de entrada de nuevos pacientes de COVID-19 en hospitales debe continuar, o incluso acentuarse, durante las próximas 2-3 semanas como mínimo.
Entre el 13 y el 14 de abril están retomando la actividad SOLAMENTE las actividades suspendidas el día 31, y regresamos pues teóricamente al mismo estado laboral y social en que transcurrió nuestra vida entre el día 15 y el 30 de marzo. Digo teóricamente, porque en realidad varias circunstancias habrán cambiado:
- Cientos de miles de personas pertenecientes a los sectores que hoy regresan a su actividad, y que trabajaron durante parte o toda la quincena anterior, ahora no lo harán, pues están inmersos en procesos de ERTE, o directamente han quedado en situación de desempleo.
- Mucha gente que no teletrabajó durante aquella quincena, a menudo por falta de medios, ahora lo hará. Muchas empresas han adquirido miles de ordenadores personales a tal efecto.
- Las medidas de protección (mascarillas, geles desinfectantes, etc), se utilizarán mucho más que entre el 15 y el 31 de marzo.
- La gente es mucho más consciente que al inicio del confinamiento de los riesgos de esta enfermedad y sus vías de contagio, por lo que seremos más cuidadosos.
- Los ciudadanos más vulnerables (mayores de 60 o con enfermedades preexistentes) que trabajaron la segunda quincena de marzo, ahora no lo harán.
- Más gente habrá pasado ya la enfermedad, con o sin síntomas, y por tanto (al menos en teoría) deberían tener cierto grado de inmunidad y no transmitir la enfermedad.
En definitiva, los contagios diarios REALES que se produzcan desde hoy y hasta el siguiente cambio en las restricciones de movilidad, serán MENOS que los que se produjeron durante el 15 y el 30 de marzo. Y, recordemos, los que se produjeron en esa etapa fueron infinitamente inferiores a los que se produjeron hasta el 15 de marzo, y están permitiendo la “descompresión” del sistema hospitalario. Aunque en la nueva situación que comenzamos hoy los contagios podrían, teóricamente, ser algo superiores a los de los últimos 13 días (que han sido por fuerza bajísimos, como veremos durante las 2-3 próximas semanas), en ningún caso deberían poner en peligro los niveles de capacidad del sistema a corto-medio plazo.
En consecuencia, la leve apertura de esta semana no debe asustar a nadie, pues no se va a notar en absoluto en forma de nuevos ingresos hospitalarios o muertes durante las próximas semanas.