Bueno, este finde por fin pudimos ir con la peque a casa de mis padres después de tres meses. Una casa amplia con su jardín, así que pudimos estar en la terraza sin las mascarillas (para los pro-mascarillas
).
También vino mi tía, que no se la de veces que he comentado que es responsable de departamento en un Hospital de referencia de la provincia de Tarragona. Pudimos hablar mucho rato, y saqué varias cosas en claro...que vamos, ya las tenía.
Parece (parece) que el virus está de capa caída. Casi no tienen ingresos y los que entran son casi sin sintomatología y les dan el alta y cuarentena en casa.
El riesgo de contagio en la calle es prácticamente nulo. No es inexistente (porque no hay riesgo cero), pero casi es más fácil que te caiga una maceta a que te contagies por la calle.
En espacios cerrados, con distancia y mascarillas, el riesgo es también ínfimo. La mayoría de contagios se han dado por contactos no estrechos, si no estrechísimos.
La mayoría de afectados han sido ancianos (como la mayoría de enfermedades), y personas con patologías previas.
Y respecto a los jóvenes que les ha afectado, en su gran mayoría, si no ha sido por patologías previas, ha sido por obesidad. Es uno de los puntos más relevantes. La obesidad es un factor de riesgo elevadísimo.
Y vamos...que a seguir con la vida. Que quizás haya rebrote y quizás no...pero aunque lo haya...ensayo y error y a seguir viviendo.
Y me ha recordado que la hermana de mi abuela, murió por la gripe asiática de los años 50, en la que murieron más de un millón de personas...vamos, que lo de ahora es absolutamente irrisorio con aquello. Pero ahora el exceso de información lo descontextualiza todo, y ahora, Occidente tiene tales niveles de vida que la sociedad no acepta muertes por encima de las que marcan las estadísticas...de ahí el confinamiento entre otras cosas.
Ala ya sabéis...a vivir, a las terracitas y a la piscina.