A ver, es cierto a que a esas alturas todavía no se podía anticipar lo que vino después. Si algunos de los mayores expertos en pandemias del país como el profesor López-Goñi defendían la hipótesis del sologripismo, pues es normal que periodistas que se limitan a repetir lo que les dictan los expertos y las autoridades patinaran como lo hicieron.Qué fácil es hablar a toro pasado cuando todos nos equivocamos y aun vamos dando patadas al balón.
Y qué curioso que siempre vaya en una dirección la crítica.
Y eso en principio no debería haber supuesto un gran problema si no fuese porque desde el flanco de los nosologripistas hubo una tremenda campaña de acoso y derribo contra aquellas personas precavidas que decidieron hacer cosas tan radicales como proveerse de mascarillas o suspender eventos. Se les llamó alarmistas, exagerados, ignorantes, difusores de bulos, fachas... Y lo más gracioso es que esas mismas personas que a finales de febrero te llamaban facha por ir con mascarilla, dos meses después te llamaban facha por salir a la calle sin mascarilla.
Y por eso la crítica va siempre en una dirección: porque intentaron dar lecciones de superioridad moral, la cagaron estrepitosamente, y lejos de disculparse o bajarse de su púlpito, siguieron dando lecciones de superioridad moral tras darle un giro de 180 grados a su discurso. Y encima esta es la gente que se encarga de decirle a la población qué es un bulo y qué no lo es. Si en su día no hubiese habido semejante campaña de acoso y derribo contra la gente que estaba haciendo las cosas bien, y si no hubiese esa insistencia en "mi información es la buena, los otros son unos mentirosos" ahora nadie tendría interés en recordar las meteduras de pata de hace un año de algunos.