LoJaume
Desafinando
Ayer, Sant Jordi, pintaba un día feliz, pero, joder, se me fue torciendo, por pequeñas cosas, detalles que son la gota que colma el vaso.
Por un lado, al tener un rosal en el jardín, pude cumplir con mi santísima señora, que es lo más mejor que me ha pasado en este mundo..
Pero por otro, los libros que encargué desde hace tiempo, no llegaron, si, lo sé, es una chorrada, y nada que reprochar, que bastante están haciendo ahí afuera para permitir mantenernos personas aquí adentro, pero es una de esas cosas que te me molestan, que los planes salgan mal.
Pero por la noche, fue el estallido. Llevo desde el primer día de confinamiento obsesionado con que ninguno de mis hijos se hagan daño. Solo el hecho de verme yendo al coche, de urgencias, con alguno de ellos, me supera. Pero ellos lo intentan con todas sus fuerzas. Descalzos, corriendo escaleras arriba y abajo en calcetines. Ya hace unos meses el mayor se hizo un esguince un dedo del pie al resbalarse por las escaleras. Se pasan el PUTO dia zumbandose, chinchandose, dándose manotazos. Y luego se quieren con locura, pero... En serio, no entiendo nada. Pues anoche, uno estaba no sé que haciendo, para fastidiar al otro, así que el pequeño le lanzó un manotazo al grande, que es el pupas, y le torció el dedo pequeño de la mano, que en poco se empezó a hinchar. Joder, se me vino el mundo encima, me desplomé. No sabia que hacer, que frustración más grande, que rabia, que todo. Y el chaval llorando. Yo creo que más por ver la situación y nuestras caras, sobre todo la mía que debían ser un poema.
Menos mal que en casa hay alguien que piensa, y corriendo, ibuprofeno, hielo, y no sé que más. Al poco empezó a bajar, hasta el punto que se pudo acabar de poner el pijama e irse a dormir. Hoy está como una rosa.
Ya sé que es una chorrada, es una pequeña anécdota, joder, pero anoche, me di cuenta de lo extremadamente frágiles que somos y como se te puede torcer en un segundo. Y si, ya sé que ir al hospital no es un drama, que hay circuitos separados, que bla, bla... pero mira, soy así. Y no creo que ninguno de vosotros iríais en estos días a un centro de salud con vuestros hijos sin sentir un escalofrío.
No quiero ni pensar en los dramas que deben estar ocurriendo ahí afuera de nuestra burbuja del hogar.
(Ala, ya me he desahogado)
Sí, los hermanos se pelean. Es algo natural. En realidad, somos como los monos. Supongo que eso forma parte del proceso de aprendizaje, aunque yo tengo la teoría que los niños tienen una tendencia natural hacia el suicidio, porque ciertos comportamientos son incomprensibles.
Mientras tanto, sangre fría, hielo y betadine. No te queda ná!
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